Doñana ha activado una nueva fase de restauración ecológica e hidrológica con la puesta en marcha de obras en la finca Los Mimbrales, un enclave estratégico en el límite occidental del Parque Nacional. En un territorio especialmente sensible por la presión sobre el agua y los hábitats, se busca recuperar procesos naturales que sostienen la biodiversidad y los usos sostenibles del entorno.
Junto a estas intervenciones, se despliega una línea de ayudas públicas para renaturalizar fincas agrarias y forestales del área de influencia, con incentivos económicos a largo plazo. La combinación de actuaciones en campo y financiación pretende acelerar la recuperación de ecosistemas y reforzar la resiliencia del conjunto de Doñana.
Qué se está haciendo en Los Mimbrales

Las obras, impulsadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se desarrollan en 1.000 hectáreas de la finca Los Mimbrales, adquirida por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en 2015 para aliviar la presión sobre el acuífero. El proyecto se diseñó con la participación de sectores agrarios y forestales, científicos, administraciones y ciudadanía, priorizando soluciones basadas en la renaturalización.
Entre las actuaciones destacan la recuperación de antiguos cursos de agua conectados con el Arroyo de la Rocina, la eliminación de vegetación exótica invasora y la plantación de especies autóctonas. Se contempla además adaptar (o retirar cuando proceda) infraestructuras de riego y construcciones obsoletas para crear hábitats de nidificación y zonas húmedas que favorezcan aves y anfibios.
- Restablecimiento de arroyos y microhumedales tradicionales.
- Retirada de especies vegetales alóctonas e invasoras.
- Refuerzo de comunidades vegetales propias de Doñana.
- Reconversión de antiguas balsas y estructuras en hábitats funcionales.
- Creación de una red de caminos para mantenimiento y prevención de incendios.
La Comisionada del Ciclo del Agua y la Restauración de Ecosistemas, Francisca Baraza, ha subrayado el valor del proyecto como referente de recuperación ambiental en Doñana, al restaurar procesos ecológicos esenciales y reforzar la biodiversidad en un entorno extremadamente frágil.
Recuperación hidrológica y conectividad ecológica

Las medidas previstas favorecerán la recarga del acuífero, la mejora de la calidad del agua que entra al Parque Nacional y la reducción de procesos erosivos que aportan sedimentos a la marisma. También se espera recuperar hábitats de ribera, alcornocales y formaciones de monte mediterráneo hoy muy mermadas en la finca.
Una vez restaurada, Los Mimbrales actuará como corredor ecológico entre el Parque Nacional, el Parque Natural y áreas agrarias y forestales, facilitando el movimiento de fauna como el lince ibérico. El plan incluye habilitar pasos de fauna en drenajes existentes (como los de la A‑483), crear majanos para conejos y sembrar cereales y leguminosas que incrementen la disponibilidad de alimento para especies clave.
Calendario y financiación
La intervención cuenta con un presupuesto de más de seis millones de euros y está financiada íntegramente por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), dentro del Componente 4 de conservación y restauración de ecosistemas. La Oficina Técnica de Doñana coordina los trabajos, cuya finalización está prevista para junio de 2026.
Ayudas para renaturalizar fincas del entorno
En paralelo, el MITECO, a través de la Fundación Biodiversidad, ha lanzado una convocatoria dotada con hasta 28,5 millones de euros para promover actuaciones de renaturalización y restauración ecológica en el ámbito agrario y forestal del área de influencia de Doñana. La orden reguladora (TED/870/2025, de 5 de agosto) fija un marco técnico exigente, con seguimiento de resultados ambientales y enfoque de transición justa.
Podrán optar personas físicas o jurídicas con derechos sobre los terrenos, titulares de explotaciones agrarias o silvícolas, entidades locales y otros agentes públicos y del conocimiento. Se excluyen solicitantes con sanciones firmes ambientales o urbanísticas vigentes. Las actuaciones deberán ejecutarse en superficies con uso agrario en regadío (entre 2004 y la fecha de la convocatoria), con un mínimo de 0,5 ha por solicitud y compromiso de mantener el uso forestal durante 30 años tras la ejecución.
La ayuda alcanza hasta 70.000 € por hectárea en diez anualidades (7.000 €/ha y año), como prima por renaturalización y mantenimiento. En la Corona Norte, la aportación adicional de la Junta de Andalucía y la Diputación de Huelva eleva el incentivo hasta 100.000 € por hectárea. El plazo de presentación de solicitudes se sitúa entre el 29 de agosto y el 8 de septiembre, en régimen de concurrencia competitiva.
Vigilancia, participación y demandas de las ONG
Organizaciones como WWF valoran positivamente la apertura de estas convocatorias, pero insisten en que las medidas pasen del papel al terreno y se cumplan los plazos. Reclaman coordinación real entre administraciones y la aplicación simultánea de actuaciones estructurales.
Entre las prioridades señaladas figuran el cierre de pozos y regadíos ilegales, la sustitución del uso de aguas subterráneas por superficiales en Matalascañas y el despliegue efectivo de planes sectoriales (como el Plan de la Fresa). Estas acciones contribuirían a revertir la sobreexplotación del acuífero, cifrada en informes recientes en torno al 109%, y a cumplir compromisos con la UE y la Unesco.
Biodiversidad: señales positivas
En el Paraje Natural Brazo del Este se ha constatado la reproducción de cerceta pardilla, con cuatro pollos en una de las fincas bajo acuerdos de custodia, encadenando avances del proyecto LIFE para la especie. En 2024 se registraron 806 crías en España (la cifra más alta en dos décadas), con 101 parejas y 618 pollos en Andalucía.
En este paraje se han formalizado acuerdos de custodia sobre 226 hectáreas, con actuaciones como el acondicionamiento hidráulico y un sistema de vallado virtual para gestionar el pastoreo sin barreras físicas. Además, la Línea 4 del Marco de Actuaciones para Doñana moviliza más de 12 millones de euros para mejora de hábitats, destacando intervenciones en Las Marismillas (creación de humedales y refuerzo de poblaciones de conejo) con efectos directos sobre depredadores como el lince ibérico.
Este impulso simultáneo de obras, financiación y custodia del territorio sienta las bases de una restauración ecológica a escala de paisaje en Doñana: recuperar el agua y los hábitats, apoyar a propietarios y agricultores en la transición y consolidar resultados medibles en biodiversidad y conectividad.