
La desalación se posiciona como una de las grandes respuestas a la escasez de agua que afecta a numerosos territorios, especialmente a regiones mediterráneas y zonas insulares. Esta tecnología se ha vuelto fundamental para afrontar el aumento de la demanda y las sequías recurrentes en España, donde la necesidad de soluciones eficientes y sostenibles es cada vez mayor.
En las últimas semanas, varias iniciativas y planes relacionados con la desalación han centrado el debate sobre la gestión del agua en diversas administraciones y sectores productivos. La puesta en marcha de nuevos proyectos en las Islas Baleares, junto con el refuerzo de infraestructuras existentes y alianzas internacionales, demuestra la importancia estratégica de esta tecnología para garantizar el suministro y adaptarse a escenarios de menor disponibilidad hídrica.
Nuevas plantas desaladoras en Baleares: prioridades y retos insulares
La Agencia Balear del Agua (ABAQUA) ha iniciado el proceso para contratar la asistencia técnica que permitirá planificar tres nuevas plantas desaladoras en Mallorca, Menorca e Ibiza. Se trata de una apuesta estratégica respaldada por un presupuesto de hasta 3,5 millones de euros con financiación procedente del Impuesto de Turismo Sostenible. El objetivo principal es reforzar la garantía de suministro en zonas con dificultades estructurales de acceso a agua potable, debido a la sobreexplotación de acuíferos y la baja calidad del recurso en diversas áreas.
Cada instalación contará con una capacidad estimada de 15.000 metros cúbicos diarios, adaptándose a las necesidades específicas de cada isla:
- Mallorca: Se ubicará en la zona de Levante, donde la sobreexplotación y degradación de acuíferos requiere soluciones estructurales. La nueva planta permitirá ampliar la red de alta y reforzar el suministro a municipios afectados.
- Menorca: El proyecto se situará en Levante, para afrontar el alto contenido de nitratos en los acuíferos, especialmente en Maó, Es Castell y Sant Lluís.
- Ibiza: A pesar de contar con tres desaladoras, la climatología adversa ha presionado los recursos subterráneos. La futura instalación, ubicada en el poniente de la isla, sumará capacidad y facilitará una menor dependencia de acuíferos y trasvases, además de permitir un mantenimiento preventivo del sistema.
La asistencia técnica abordará estudios de alternativas de emplazamiento, definición de captaciones de agua marina, conexiones hidráulicas y documentación ambiental para la tramitación de licencias. Uno de los principales desafíos será minimizar el impacto ambiental de la salmuera y aprovechar la proximidad de las redes de distribución y energía eléctrica, adaptando las ubicaciones y conexiones de forma eficiente.
Desalación y gestión hídrica: respuestas adaptadas a la presión climática

Las autoridades y especialistas insisten en la necesidad de transformar el modelo de gestión del agua mediante medidas de eficiencia, reutilización y reducción de pérdidas en las redes, con objetivos claros de disminuir las fugas. Joan Calafat, director general de Recursos Hídricos, destaca el incremento en la aportación de agua desalada en Baleares, que ha pasado del 20% en 2024 al 25% previsto para 2025. Para profundizar en las estrategias de gestión, puedes consultar la seguridad hídrica en España y Chile.
Infraestructuras como la desaladora de Alcúdia ya suministran agua incluso a Palma, evidenciando la presión sobre los sistemas tradicionales y la necesidad de reforzar la interconexión y expansión de las redes de distribución. Además, se prevé la ampliación y mejora de las plantas existentes y la extensión de la red en alta para llegar a más municipios y reducir la dependencia de acuíferos en estado crítico por nitratos o salinización.
La previsión de evolución de la demanda indica que serán necesarias nuevas inversiones en infraestructuras y mejoras en la eficiencia del sistema, además de un cambio en la financiación mediante aportaciones del Impuesto de Turismo Sostenible y el canon de saneamiento. También se apuesta por combinar la desalación con la reutilización del agua para riego agrícola y recarga de acuíferos.
Innovación y sostenibilidad en los nuevos proyectos

El futuro del sector pasa por integrar innovación tecnológica y sostenibilidad en todos sus niveles. Desde el diseño y construcción hasta la operación y mantenimiento, los nuevos proyectos buscan minimizar el consumo energético y el impacto ambiental, incorporando energías renovables, sistemas de gestión inteligente y modelos de economía circular. Para entender mejor las aplicaciones de tecnologías sostenibles, puedes visitar Solvatten y la potabilización solar.
Un ejemplo de innovación aplicada es la investigación liderada por el HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha en Chile, en colaboración con la Universidad de Alicante y la multinacional Sacyr. Este proyecto ha demostrado la viabilidad de aprovechar acuíferos costeros salobres para la desalación, lo que podría reducir los costes energéticos y el volumen de salmuera producido, beneficiando tanto al medio ambiente como a la economía local.
El desarrollo de protocolos y soluciones para instalar desaladoras en nuevas cuencas busca abordar la crisis hídrica de forma integral y sostenible, con la participación de los ámbitos público y privado. La adaptación de la tecnología a las condiciones locales y la transferencia de conocimiento internacional son claves para ampliar el alcance de estas soluciones.
Liderazgo internacional y oportunidades en mercados exteriores

España mantiene una posición destacada a nivel mundial en capacidad instalada de desalación y exportación tecnológica. Las empresas españolas desempeñan un papel relevante en mercados como Omán, donde la dependencia de tecnologías de tratamiento de agua crea oportunidades para la colaboración y el intercambio de soluciones avanzadas.
La oferta española incluye el diseño, construcción y operación de plantas, además del suministro de componentes y sistemas de gestión digital, consolidándose como referente en proyectos BOT y PPP. El mercado internacional cada vez demanda más tecnologías de automatización, eficiencia energética y tratamiento avanzado, en los que la industria española ha destacado.
Por otra parte, el fortalecimiento de infraestructuras en provincias como Almería demuestra cómo la desalación es una herramienta clave para afrontar cortes en trasvases y evitar el colapso del suministro agrícola. La reparación y ampliación de plantas, junto con nuevas licitaciones, buscan incrementar la capacidad y ofrecer mayor estabilidad a las zonas vulnerables ante la variabilidad climática.
El sector de la desalación continúa evolucionando gracias a la incorporación de nuevas tecnologías, la apuesta por la sostenibilidad y la expansión internacional de sus actores. Los avances en investigación, los proyectos en Baleares y los contratos internacionales refuerzan su papel como pieza clave en la estrategia contra el cambio climático y la gestión eficiente del agua.
