La búsqueda de alternativas a los motores eléctricos convencionales, altamente dependientes de tierras raras, se ha convertido en una de las prioridades para la industria del automóvil en Europa. En un escenario marcado por la presión de marcas asiáticas y estadounidenses, así como por las tensiones en el suministro internacional de materias primas, las iniciativas centradas en desarrollar motores eléctricos sin tierras raras han cobrado más protagonismo que nunca. Destacan proyectos como el consorcio europeo HEFT, liderado desde España, y el innovador desarrollo industrial del Green Silence Group en Italia, aportando soluciones distintas pero complementarias a este reto tecnológico y estratégico.
Reducir la dependencia de materiales críticos no solo responde a motivos económicos o de seguridad, sino que impulsa una movilidad eléctrica más respetuosa con el medio ambiente. Gracias a la experimentación en nuevas tecnologías, Europa quiere posicionarse de forma competitiva frente a gigantes como Tesla o los principales fabricantes chinos.
Innovaciones para motores eléctricos sin tierras raras en Europa
Uno de los desarrollos más llamativos procede de España, donde un equipo de la Universidad de Mondragón y varios socios europeos están dando forma a motores eléctricos de última generación que prescinden en gran parte de tierras raras como el neodimio. Este proyecto, enmarcado dentro de la iniciativa HEFT y financiado por la UE, persigue fabricar soluciones que sean más ligeras, potentes y respetuosas con el medio ambiente, reduciendo la huella de carbono y facilitando el reciclaje al final de la vida útil del motor.
La estrategia principal ha consistido en sustituir el uso clásico de imanes permanentes de neodimio por imanes de cerio, un material menos demandado, o directamente apostar por diseños que permiten una extracción sencilla y reutilización de los imanes. Además, el cambio hacia carcasas de plástico reforzado con fibra de vidrio, en lugar del tradicional aluminio, ha supuesto una reducción significativa de peso y emisiones.
Estos motores también incorporan circuitos de refrigeración más optimizados y un diseño interior que permite lograr mayores revoluciones y un funcionamiento compacto sin penalizar la potencia de salida.
Italia dinamiza el sector con motores de reluctancia
En paralelo, el Green Silence Group en Italia ha apostado por una línea tecnológica diferente, rescatando e innovando sobre los denominados motores de reluctancia. Este tipo de motor síncrono evita por completo el uso de imanes permanentes, lo que lo hace independiente de las tierras raras. El principio de funcionamiento se basa en la alternancia de materiales electromagnéticos y huecos de aire en el rotor, optimizando la eficiencia energética sin necesidad de aportar energía al rotor directamente.
Al eliminar los imanes permanentes, los costes de fabricación bajan considerablemente, facilitando tanto el reciclaje como la reducción del impacto ambiental. Esta tecnología ha demostrado ser lo suficientemente versátil para su aplicación más allá del automóvil, adaptándose también a vehículos industriales, maquinaria agrícola e incluso robótica silenciosa.
Resultados y beneficios medibles: más eficiencia, menos coste y menor impacto
Las pruebas realizadas sobre los motores desarrollados en el marco del proyecto HEFT han mostrado mejoras contundentes frente a modelos comerciales actuales, como los equipados por el Fiat 500e o el Volkswagen ID.4. Algunos de los datos más destacados son:
- Peso reducido en más de un 59%.
- Hasta un 60% menos de tierras raras empleadas en la construcción.
- Incrementos notables en el par del motor en servicio continuo, llegando a valores superiores en un 55% frente a ciertos modelos.
- Reducción del volumen y la huella de carbono (hasta un 82%) gracias a los nuevos materiales y procesos.
- Un ahorro de costes del 20% en la fabricación a escala (unos 100.000 motores/año).
Estos avances evidencian un impulso significativo hacia una movilidad más eficiente y sostenible, promoviendo el desarrollo de tecnologías que sean más económicas y tengan un menor impacto ecológico. La recuperación y reutilización de componentes críticos, como los imanes, también ayuda a reducir residuos y a cerrar el ciclo de vida de los productos.
Próximos pasos: del laboratorio a la producción en serie
Los desarrollos actuales se encuentran en la fase final de prototipado. En el caso del proyecto HEFT, está prevista la fabricación de varios prototipos con diferentes combinaciones de imanes y diseños para adaptarse a distintas categorías de vehículos. El objetivo a corto plazo es atraer el interés de los fabricantes europeos, que podrán optar por integrar todo el conjunto motriz o adaptar por separado algunas de las innovaciones en sus líneas de producción.
Mientras tanto, la vía italiana de los motores de reluctancia sigue evolucionando, haciendo hincapié en la modularidad y la adaptación a diferentes necesidades, demostrando que es posible alcanzar un alto nivel de eficiencia y rendimiento sin depender de tierras raras.
Estos avances reflejan un compromiso con tecnologías menos dependientes de materiales críticos y con la sostenibilidad del sector. Europa, a través de la investigación y la colaboración empresarial, busca colocarse a la vanguardia de la movilidad eléctrica. La consolidación de estas innovaciones en el mercado podría marcar un punto de inflexión significativo en la reducción de la dependencia internacional en componentes estratégicos.
