La agricultura ecológica está experimentando un crecimiento notable en distintos puntos de España, impulsada tanto por iniciativas de investigación como por el respaldo institucional. El aumento de la superficie certificada, la puesta en marcha de proyectos innovadores y el reconocimiento internacional dibujan un panorama prometedor para este modelo de producción sostenible.
En los últimos tiempos, diferentes comunidades han reforzado su apuesta por sistemas de cultivo respetuosos con el medio ambiente, buscando alternativas viables, competitivas y adaptadas a las demandas actuales del mercado tanto local como internacional. El avance en técnicas agronómicas, junto con la consolidación de redes de productores ecológicos, está permitiendo superar algunos de los retos históricos del sector.
Investigación puntera y mejora de cultivos en ecológico
En el País Vasco, el centro tecnológico NEIKER ha compartido resultados relevantes sobre la adaptación de variedades de trigo con aptitud panadera en manejo ecológico. Durante la jornada anual celebrada en su sede de Arkaute, profesionales del sector han conocido sobre el terreno los frutos de los ensayos dirigidos a minimizar el uso de insumos externos y optimizar las rotaciones de cultivos.
Uno de los hallazgos más destacados es que algunas variedades de trigo pueden alcanzar estándares de calidad para la panificación sin la necesidad de fertilizantes ni compost adicionales. El uso de rotaciones, especialmente con leguminosas, ha desempeñado un papel clave en el mantenimiento de la fertilidad del suelo y la mejora de la productividad, demostrando que es posible mantener el rendimiento económico y agronómico en ecológico.
Según NEIKER, la reducción de insumos externos favorece una bajada de costes para los agricultores, aunque la falta de una estructura comercial sólida sigue siendo uno de los retos para el cultivo extensivo en ecológico, como los cereales. Los ensayos están alineados con las metas europeas de la estrategia “De la granja a la mesa”, que establece que para 2030, al menos el 25 % de la superficie agrícola europea deberá ser ecológica.
Innovación en insumos ecológicos y redes europeas
A nivel continental, proyectos como BIO2, financiados por el programa Horizonte Europa y con participación de organizaciones españolas como AVA-ASAJA, trabajan para transformar la agricultura ecológica a través del desarrollo de insumos sostenibles. El objetivo es avanzar hacia tratamientos naturales, como fertilizantes a base de algas y restos de pescado, así como productos derivados de microalgas y extractos vegetales, aplicables en cultivos estratégicos como la fresa, patata, trigo y uva.
La validación agronómica y medioambiental de estos nuevos insumos se está realizando en diferentes regiones europeas, adaptando las soluciones a las particularidades de cada cultivo y entorno. En España, la experiencia en viñedos ecológicos está siendo evaluada junto a agricultores para garantizar la utilidad práctica y la transferencia de resultados al sector real.
Reconocimientos internacionales y expansión regional
El avance de la agricultura ecológica en España se traduce no solo en innovación y cifras, sino también en reconocimientos internacionales. Un ejemplo destacado es la Región de Murcia, seleccionada como finalista en los premios de Agricultura Ecológica de la Unión Europea en la categoría de Mejor Región Orgánica. Con más de 30% de su superficie agrícola dedicada a cultivos ecológicos y más de 4.800 productores certificados, ha superado ampliamente el objetivo europeo para 2030.
La trayectoria de Murcia comenzó en 1986 con el arroz de Calasparra, primer producto español con certificación ecológica. El esfuerzo continuado de entidades como el Consejo de Agricultura Ecológica regional ha sido respaldado con planes de financiación plurianual: para el periodo 2025-2028, se han previsto 79,2 millones de euros para ayudas al mantenimiento y conversión de explotaciones ecológicas.
Desafíos y horizonte de la agricultura ecológica
En este contexto de crecimiento, las instituciones y los propios agricultores reconocen tanto las oportunidades como los retos. Uno de los principales desafíos es fortalecer la cadena comercializadora y dotar de mayor visibilidad y valor añadido a los productos ecológicos en el mercado interior. Además, la investigación y transferencia de conocimiento siguen siendo palancas esenciales para mejorar técnicas, reducir costes y garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
Los esfuerzos coordinados entre administración, sector productivo y centros de investigación están permitiendo que la agricultura ecológica española gane peso y prestigio a nivel nacional e internacional. El compromiso con modelos productivos más respetuosos con la naturaleza se consolida como una tendencia en auge que ofrece soluciones reales para la seguridad alimentaria, la protección del entorno y el desarrollo rural.
