El desarrollo de grandes plantas solares fotovoltaicas en zonas rurales próximas a Aranjuez, en especial en el municipio de Colmenar de Oreja, ha desatado una fuerte polémica entre autoridades, vecinos y colectivos culturales y medioambientales.
Dos proyectos en particular, denominados Envatios XXII – Fase II y Los Pradillos, son el centro del debate por su ubicación próxima a centros escolares y áreas residenciales, así como por su posible impacto sobre el paisaje protegido del Paisaje Cultural de Aranjuez —patrimonio reconocido por la UNESCO— y la biodiversidad de la zona.
Impacto ambiental y pérdida de olivos centenarios
Las estimaciones realizadas por plataformas ciudadanas y medios especializados indican que entre 11.000 y 13.000 ejemplares de olivos podrían ser talados para la construcción de estas dos plantas solares. Esta cifra, aunque no confirmada oficialmente, se basa en cálculos realizados con herramientas del Ministerio de Agricultura sobre una superficie de 166 hectáreas de olivar afectadas.
La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada en 2023 obliga a los promotores a aplicar ciertas restricciones y medidas de mitigación, como evitar la tala indiscriminada de árboles o respetar la flora vulnerable. Sin embargo, colectivos ciudadanos denuncian la falta de garantías sobre la vigilancia efectiva del cumplimiento de esas normas.
Preocupación por la salud en entornos escolares cercanos
Una de las principales preocupaciones manifestadas por los vecinos afecta a la cercanía de estas instalaciones (en torno a 25-100 metros) de centros educativos como la escuela infantil Victoria Kamhi y el colegio Maestro Rodrigo.
El foco se sitúa en los posibles efectos de los campos electromagnéticos generados por las líneas eléctricas de conexión de estas plantas. Aunque el consenso científico internacional actual considera que los niveles esperados están muy por debajo de los umbrales de riesgo, algunos estudios sí identifican cierta relación entre exposiciones prolongadas y casos de leucemia infantil. La comunidad científica, sin embargo, reconoce que aún no se ha demostrado una relación causal clara.
Expertos de diversos centros de investigación recomiendan mantener una actitud prudente y reforzar las medidas de protección en proyectos ubicados cerca de población infantil. Algunas sugerencias incluyen el uso de pantallas protectoras, la monitorización del campo magnético y la revisión de los planes urbanísticos en zonas adyacentes.
El polvo en suspensión: un contaminante silencioso
También preocupa la emisión de partículas finas durante las fases iniciales de las obras, especialmente por el movimiento de tierras y la maquinaria pesada.
Expertas en contaminación atmosférica subrayan que estas emisiones pueden afectar la calidad del aire en las zonas próximas, aunque se trata de un efecto temporal asociado a la fase de construcción. Entre las medidas recomendadas están la humectación de caminos, el control de velocidad de maquinaria, barreras vegetales e incluso adaptar los horarios de obra para evitar molestias en horario escolar.
Controversia por el impacto sobre patrimonio UNESCO
El terreno donde se ubican las plantas solares se sitúa dentro de la zona de amortiguamiento del Paisaje Cultural de Aranjuez, un enclave reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Aunque estas áreas no forman parte del núcleo protegido, sí deben recibir atención especial en materia de conservación y gestión paisajística.
El Ministerio de Cultura ha determinado que no existe afectación directa al valor patrimonial del enclave, basándose en los informes aportados por los promotores del proyecto. Sin embargo, el Ayuntamiento de Aranjuez y otras entidades como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando han expresado su discrepancia, calificando el impacto como “severo y permanente”.
Flora, fauna y ecosistemas bajo presión
La DIA también contempla que los proyectos podrían interferir con poblaciones de aves esteparias y otras especies vulnerables como el aguilucho cenizo o la ganga ibérica. A pesar de las exigencias de establecer zonas de exclusión, pasos de fauna y evitar vallados agresivos, no hay garantías claras de que se cumplan dichas condiciones una vez iniciada la construcción.
Además, el uso intensivo del suelo agrícola y el cambio de hábitat podrían perjudicar la biodiversidad local. Se teme que la implementación de paneles sobre cultivos tradicionales como el olivo cambie de forma irreversible la estructura ecológica del entorno.
En cuanto a otras especies de flora, existen indicadores de presencia de hábitats de interés comunitario y vegetación protegida. Las medidas de mitigación obligan a conservar ejemplares singulares y mantener márgenes vegetales, pero su aplicación real suscita dudas entre los expertos.
Un proyecto mayor: El “Nudo Fuencarral” y los promotores
Los proyectos Envatios XXII – Fase II y Los Pradillos forman parte de un paquete de cinco iniciativas más amplias lideradas por la empresa suiza Edisun Power. Esta empresa, poco conocida hasta hace poco en España, ha asumido numerosos proyectos en la región tras adquirir desarrollos previos en diversas localidades.
El conjunto de plantas solares proyectadas sumará una potencia cercana a 941 MW, dentro del denominado . Esto implica no solo plantas en distintas localidades, sino también líneas compartidas de evacuación eléctrica, lo que ha provocado un mosaico de microimpactos acumulativos que preocupan a ecologistas y vecinos.
Mientras tanto, la administración continúa analizando nuevas solicitudes similares en la misma zona, lo que ha generado un temor creciente a la “sobresaturación” de instalaciones fotovoltaicas sin una planificación territorial coherente.