La movilidad es algo que tiene mucha complejidad a la hora de compaginarla con la sostenibilidad. El hecho de tener que desplazarse grandes distancias o, incluso, entre las urbes ya conlleva el consumo de algún tipo de combustible fósil y de su correspondiente contaminación. Son muchas las fuentes de energía renovable que están intentando hacerse paso para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y contribuir en la mejora del medioambiente urbano.
Hoy vamos a hablar sobre la ciudad y la movilidad sostenible, analizando las cosas más importantes que se están haciendo para disminuir la contaminación, mejorar el transporte y, con ello, la calidad de vida. ¿Quieres saber más sobre ello?
Actividades económicas del ser humano
El 51% de la población mundial vive en ciudades y el resto en zonas rurales. Para el 2030 se estima que será el 82% los que vivan en ciudades. Por ello, se necesitan establecer algunas pautas de movilidad sostenible para disminuir los impactos que genera. Realmente, la sostenibilidad de las ciudades es lo que marcará la sostenibilidad de todo el mundo.
Según el informe TERM 2013 de la European Environment Agency, en 2011 afirma que el 12,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero emitidos en la Unión Europea proviene del transporte urbano. Es lo que hemos mencionado antes, tan sólo el hecho de tener que desplazarnos, no sólo nosotros, si no todas las empresas necesitan transporte ya sea de alimentos, recursos, combustible, etc.
Y es que la mayoría de las ciudades de los países desarrollados están basadas en carriles para aumentar la fluidez del tráfico. Es decir, estamos viviendo en ciudades donde hay más espacio para los vehículos que para las personas. Tras la revolución del coche se modificó tremendamente los usos del suelo. Con el crecimiento de las ciudades y el aumento de las distancias entre los desplazamientos, la escala humana a la que se podía ir a pie o en bicicleta no fue suficiente y se necesitaron transportes mecanizados.
El modelo de ciudad compacta ha quedado más que nada para los centros urbanos donde suelen haber grandes zonas peatonales y menos tráfico rodado. Sin embargo, las periferias y las áreas metropolitanas de las ciudades han crecido desmesuradamente y con la dificultad que esto conlleva a la hora de prestar servicios de transporte público. Por ello, el coche se ha convertido en una herramienta indispensable para una familia media.
Contaminación por tráfico rodado
Con todo esto, la contaminación por gases de efecto invernadero se incrementa bestialmente, dado que cada familia tiene media entre 1 y 2 coches. Al tener las infraestructuras colapsadas por el tráfico se construyeron nuestras infraestructuras tanto dentro como fuera de las ciudades para albergar aún más tráfico. Esto no acabaría aquí, sino que también estas nuevas infraestructuras se han colapsado de congestión de tráfico y es necesario cada vez más incrementar las distancias y, con ello, el costo de energía para el desplazamiento.
Todos estos pasos adaptados a la evolución y el crecimiento de la población mundial hacen que haya una retroalimentación de insostenibilidad y dificultad para ordenar el territorio eficientemente. Dado que el tráfico es la principal causa de la contaminación de las ciudades, el modelo de ciudad debe cambiar para disminuir los impactos y crear un ambiente más saludable.
Hay que hacer hincapié en el modo de desplazamiento de las personas. Analizando el impacto global de las ciudades es como uno descubre que están diseñadas para los coches y no para las personas. Las ciudades deberían ser para las personas y hay otras formas de desplazarse menos dañinas. Ahí es donde entra la acción de la llamada movilidad sostenible. Se hace realmente necesario intervenir en las pautas de movilidad de las ciudades con el uso de políticas públicas para cambiar el concepto de ciudad.
Movilidad sostenible como pauta principal en ciudades
Aunque para muchas personas (por no decir la mayoría) el coche se ha hecho algo imprescindible y no conciben una vida sin él, hay estudios que demuestran que, en ciudades más grandes, el transporte privado es menos eficientes. Es decir, cuando tienes que desplazarte de un sitio a otro dentro de la ciudad, es más fácil hacerlo en transporte público, en bici o a pie, antes que tu vehículo. Ya no sólo por el tiempo que se pierde en las retenciones y semáforos, sino también por el coste del combustible para el coche.
Hay diversas formas de mejorar la eficiencia en la movilidad implantando un modelo que reparta las opciones de transporte y haga disminuir el uso del coche. Es aquí donde metemos los peajes urbanos, el parquímetro, la reducción del número de plazas de aparcamiento, las tasas, etc. Además, se implementan mejoras en el transporte público, la promoción de diversos sistemas de tarifas, uso de la bicicleta y creación de carriles adaptados, más prioridad semafórica para el transporte público, etc.
La llegada de los coches híbridos y eléctricos mejoran la calidad del aire al reducir la contaminación. No solo se está reduciendo el uso del coche, sino también mejorar la eficiencia de aquellos que se usan. También hay otras estrategias que pretenden reducir las distancias que se tienen que hacer en coche y combinándolas con el transporte público o en bici. De esta forma se crearían aparcamientos disuasorios.
Estrategias de movilidad sostenible en las ciudades
De todas las pautas que se han establecidos como útiles para la mejora de la movilidad sostenible, solo algunas son las que realmente funcionan. Son aquellas en las que se ha transformado la forma de las ciudades. Se han añadido peatonalizaciones con áreas de prioridad residencial, más plataformas de transporte público, gestión y ordenación del territorio público, etc. Todas estas acciones van encaminadas a que las personas pueda recuperar ese espacio que se les fue quitado en las ciudades por los vehículos.
Se destacan todas las medidas que exigen la actuación sobre los elementos de la ciudad como lo son la construcción de carriles bici, habilitación de carriles para bus, peatonalización, etc. De esta forma, se estará garantizando un mejor uso de los recursos y disminuyendo la cantidad de emisiones de gases contaminantes. Entre todos podemos mejorar la salud en las ciudades y aumentar la calidad de vida. En la movilidad sostenible está la clave.