Greenpeace sostiene que un mundo con energía limpia y accesible para todos es posible y viable. A lo largo de los años, esta organización se ha dedicado a desmontar algunos de los mitos más célebres, que con frecuencia son utilizados para justificar el uso continuo de combustibles fósiles y atacar las energías renovables.
A continuación, analizaremos estos mitos y cómo las energías renovables pueden desmontarlos fácilmente.
Mito 1 – Las energías renovables son caras
Durante muchos años se ha sostenido que las energías renovables, como la solar y la eólica, son demasiado caras. Sin embargo, esta percepción ha cambiado radicalmente. Los costos de la energía solar y eólica han disminuido de forma notable en la última década. Hoy en día, en un número creciente de economías y regiones, estas fuentes de energía son la opción más económica para generar electricidad.
Tomemos como ejemplo concreto la energía solar. Las placas solares de calidad pueden tener una vida útil promedio de más de 25 años, mientras que los aerogeneradores pueden durar más de 20 años, especialmente si se trata de modelos producidos por compañías como GAMESA o VESTAS. En comparación, las centrales eléctricas que dependen de combustibles fósiles requieren actualizaciones constantes y tienen costos de mantenimiento mucho más altos.
Además, estas fuentes de energía no requieren insumos como carbón, petróleo o gas para generar energía, lo que reduce sus costos operativos.
Mito 2 – Las energías renovables no son suficientes y están en desarrollo
Contrario a lo que algunos piensan, la tecnología para las energías renovables ya está lista para abastecer, de manera confiable y continua, las necesidades energéticas del mundo. Greenpeace prevé que para el año 2050, casi todas las demandas energéticas globales podrían cubrirse con energías renovables.
Un ejemplo es Alemania, una de las economías más poderosas del mundo. Este país obtiene actualmente casi el 40% de su electricidad de fuentes renovables, lo cual demuestra que estas tecnologías no solo están maduras, sino que también son capaces de abastecer a las economías más industriales y desarrolladas.
Además, muchos países en desarrollo están aprovechando el potencial de las energías renovables. Para ellos, estas fuentes limpias representan una forma más fácil y barata de integrar la electricidad en zonas rurales y remotas sin necesidad de costosos sistemas de transmisión de larga distancia.
Mito 3 – Las energías renovables no pueden proveer toda la electricidad
Uno de los argumentos más utilizados contra las energías renovables es que no pueden suministrar toda la electricidad necesaria. Sin embargo, esto ha sido desmentido por numerosos estudios y ejemplos en países como Costa Rica o Portugal, que han logrado abastecerse temporalmente con un 100% de energía renovable en momentos específicos.
Las energías eólicas y solares, si se combinan con fuentes como la hidráulica, geotermia y biomasa, pueden proporcionar un sistema energético estable y confiable. La variabilidad de la energía solar y eólica se puede contrarrestar con baterías avanzadas, como las que están siendo utilizadas en muchas plantas energéticas de países desarrollados, o mediante estrategias avanzadas de gestión de la red eléctrica.
Mito 4 – Las redes eléctricas no están preparadas
Es cierto que las redes eléctricas tradicionales no fueron diseñadas para manejar grandes proporciones de energía variable, como la eólica o solar. Sin embargo, la innovación tecnológica en este campo ha avanzado rápidamente, permitiendo que las redes modernas estén preparadas para gestionar estas fuentes energéticas de manera más eficiente.
Con una planificación adecuada, las reformas en las redes eléctricas y sistemas de almacenamiento pueden permitir la integración de una mayor proporción de energías renovables. La clave está en transformar gradualmente el sistema energético para adaptarlo a las necesidades del futuro, donde las energías limpias y renovables jueguen un papel predominante.
Mito 5 – Las energías renovables son malas para el medio ambiente
Una crítica común a las energías renovables es que los parques eólicos son perjudiciales para la fauna local, especialmente pájaros y murciélagos. Sin embargo, una correcta evaluación de impacto ambiental previa a la instalación de estos proyectos, que tenga en cuenta las rutas migratorias y el comportamiento de la fauna local, puede minimizar estos impactos.
Además, los terrenos donde se ubican los parques eólicos pueden ser utilizados para agricultura o ganadería, lo que significa que no comprometen el uso productivo de esas tierras. La experiencia internacional muestra que animales como el ganado pueden coexistir perfectamente con los aerogeneradores, sin que su bienestar se vea afectado.
Mito 6 – Greenpeace quiere detener el uso del carbón y la energía nuclear de inmediato
Este mito se basa en la idea errónea de que Greenpeace aboga por una eliminación instantánea de las fuentes de energía convencionales. La realidad es que la transición hacia las energías renovables debe ser gradual, para garantizar la seguridad del suministro energético y evitar trastornos económicos.
El modelo energético propuesto por Greenpeace se centra en un plan de transición sustentable, que involucra a más de 30 países y regiones. El objetivo es reducir la dependencia del carbón, petróleo, gas y energía nuclear de manera progresiva, favoreciendo el desarrollo de tecnologías limpias.
Greenpeace y su labor en la lucha contra el cambio climático
Greenpeace es una de las organizaciones ambientalistas más importantes del mundo. Desde su fundación en 1971 en Vancouver, esta ONG ha trabajado incansablemente para proteger y defender el medio ambiente.
Entre sus campañas prioritarias se encuentra la lucha contra el cambio climático y la promoción de las energías renovables. Greenpeace apuesta por un mundo donde la energía sea limpia y accesible para todos, lo que significa acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y la energía nuclear.
La organización tiene presencia en más de 44 países y cuenta con el apoyo directo de más de 3 millones de socios a nivel mundial.
El camino hacia un futuro 100% renovable está lleno de obstáculos, pero iniciativas como las de Greenpeace están pavimentando el camino hacia un planeta más limpio, saludable y sostenible para las próximas generaciones.