La relación entre tecnología y energía sigue evolucionando de la mano de los grandes actores digitales. Recientemente, Meta ha dado un paso estratégico de la mano de XGS Energy al cerrar un acuerdo destinado a desarrollar 150 megavatios de electricidad geotérmica avanzada en Nuevo México, específicamente para abastecer sus operaciones vinculadas a inteligencia artificial. Este proyecto no solo representa un ejemplo notable de innovación energética, sino que adelanta una tendencia de fondo en el sector tecnológico.
El auge de la inteligencia artificial está haciendo crecer la demanda de recursos energéticos en todo el mundo, sobre todo en Estados Unidos. Las principales empresas tecnológicas, entre ellas Meta, están apostando por soluciones sostenibles y robustas para alimentar sus centros de datos, instalaciones críticas que requieren una energía fiable y estable para el funcionamiento constante de servidores y sistemas de IA.
Geotermia avanzada: cómo funciona y qué la hace diferente
La apuesta de Meta no se centra en una geotermia convencional, dependiente de acuíferos o contextos volcánicos. Se trata de un sistema de circuito cerrado desarrollado por XGS Energy, en el que el agua circula por estructuras de acero enterradas en la roca caliente, extrae calor y regresa al punto de partida sin consumir recursos exteriores ni contaminar. Esta tecnología permite que la generación de energía no dependa del agua ni se vea afectada por la sequía, lo que resulta especialmente atractivo en regiones áridas como Nuevo México, donde la disponibilidad hídrica es limitada.
Este enfoque supone un avance importante respecto a las limitaciones de la geotermia tradicional, abriendo la puerta a una mayor escalabilidad y a la posibilidad de instalar plantas en zonas previamente descartadas. Además, al operar de forma sellada, se reducen riesgos de fugas y posibles impactos indeseados sobre el entorno.
Energía continua y ventajas logísticas para la inteligencia artificial
Una de las grandes ventajas de la geotermia avanzada es su capacidad para proporcionar electricidad las 24 horas del día, los siete días de la semana. Al contrario que la energía solar o eólica, que pueden verse afectadas por el clima o la luz del día, la geotermia ofrece un suministro constante y predecible. Esto es fundamental para los centros de datos de inteligencia artificial, donde la demanda de energía rara vez baja y los picos de consumo son habituales por la exigencia de los chips aceleradores y la refrigeración de los sistemas.
Además, al conectar directamente la planta geotérmica a la red que alimenta estos centros, se reducen las pérdidas de transporte y no es necesario recurrir a certificados de energía renovable que solo compensan teóricamente las emisiones. Esto refuerza tanto los objetivos de sostenibilidad de Meta como la viabilidad operativa de sus proyectos de inteligencia artificial.
Escalabilidad y tendencia en la tecnología: ¿un modelo para replicar?
El acuerdo, en el que se prevé que los 150 MW estén operativos hacia finales de la década, es solo una fracción de la demanda total de energía que necesitan las grandes plataformas digitales. Sin embargo, representaría aproximadamente el 4% de toda la producción geotérmica de Estados Unidos, un dato significativo si se considera el potencial no explotado en Nuevo México, cifrado en hasta 160.000 megavatios.
Otras compañías como Google y Microsoft también están invirtiendo en plantas similares, empujando el sector hacia una diversificación energética que se aleja de fuentes intermitentes y apuesta por sistemas capaces de soportar el creciente peso de la inteligencia artificial. Universidades e industria local podrán beneficiarse de la llegada de proyectos de este tipo, tanto por inversión como por oportunidades de desarrollo y empleo.
Retos técnicos y expectativas de futuro
El desarrollo de la geotermia avanzada no está exento de retos técnicos. La perforación a gran profundidad exige materiales resistentes y una ingeniería capaz de soportar altas presiones y temperaturas. Además, aunque el sistema de circuito cerrado reduce el riesgo de sismicidad inducida, la supervisión técnica será clave para evitar sobresaltos no deseados en el entorno.
Desde Meta destacan que la estabilidad y la escalabilidad de este modelo pueden marcar un antes y un después en la integración de energías limpias para grandes infraestructuras tecnológicas. Si el sistema cumple con las expectativas en cuanto a rendimiento y coste, podría abrir la puerta a réplicas tanto en otras regiones de Estados Unidos como en diferentes partes del mundo con potencial geotérmico.
Este proyecto de Meta y XGS Energy en Nuevo México muestra cómo la transición energética y la revolución digital pueden avanzar juntas. Apostar por la geotermia avanzada se perfila como una solución no solo para alimentar la inteligencia artificial de hoy, sino también para garantizar la viabilidad energética del sector en el futuro, todo ello sin depender del clima ni incrementar la presión sobre los recursos hídricos.