Hoy vamos a hablar de una de las serpientes más conocidas de todo el mundo por ser de las más venenosas del continente africano. Se trata de la mamba negra. Pertenece a la familia Elapidae y se caracteriza por su veneno letal y otros sorprendentes aspectos que siguen cautivando la atención de biólogos y herpetólogos.
En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre la mamba negra, desde sus características físicas, su hábitat y reproducción, hasta detalles sobre su alimentación y comportamiento territorial.
Características principales
La mamba negra, cuyo nombre científico es Dendroaspis polylepis, es una serpiente cuyo color de piel varía entre el gris oscuro y el verde oliva. Aunque recibe el nombre de «negra», esto se debe al color negro azulado del interior de su boca. Es una de las serpientes más grandes y rápidas de África, alcanzando longitudes de hasta 4,5 metros y siendo capaz de desplazarse a velocidades de hasta 20 km/h.
El peso de una mamba negra puede rondar los 1,5 kg en ejemplares adultos, lo que la hace ligera y ágil. Su cabeza es alargada y estrecha, lo que le permite un manejo preciso a la hora de atacar. Aunque es famosa por su agresividad, lo cierto es que esta serpiente suele evitar el enfrentamiento directo siempre que sea posible, prefiriendo huir si no se siente amenazada.
Su veneno es extremadamente potente con una mezcla de neurotoxinas y cardiotoxinas que afectan el sistema nervioso y el corazón. Cada mordedura puede inyectar hasta 100 mg de veneno, cantidad suficiente para matar a varios seres humanos, aunque la dosis letal para una persona está alrededor de los 10 mg.
Hábitat y área de distribución
La mamba negra es originaria del continente africano, distribuyéndose principalmente en el sur y este de África. Sus áreas de distribución abarcan países como Sudáfrica, Angola, República Democrática del Congo, Tanzania y Kenya. Aunque prefiere los hábitats áridos o semidesérticos, también se la puede encontrar en zonas boscosas, sabanas y colinas rocosas.
Se adaptan a distintos ecosistemas, pero prefieren zonas con poca humedad. Por ello son comunes en sabanas y desiertos, en altitudes generalmente inferiores a los 1000 metros. Sin embargo, algunas poblaciones se han observado en zonas boscosas o con mayor vegetación situadas hasta los 1800 metros de altura.
Las madrigueras de la mamba negra suelen estar ubicadas en huecos de rocas o troncos de árboles, aunque también utilizan termiteros abandonados, que funcionan como un refugio ideal por sus características térmicas.
Alimentación de la mamba negra
La mamba negra es una serpiente carnívora cuya dieta se compone principalmente de pequeños mamíferos, reptiles y aves. Entre sus presas habituales se encuentran ratones, ardillas, pájaros y murciélagos. Además, se ha reportado que en ocasiones pueden alimentarse de otras serpientes.
La técnica de caza de la mamba negra varía según el tipo de presa. Cuando caza pequeños mamíferos o aves, muerde a su presa e inyecta su veneno, el cual paraliza rápidamente al animal. En casos donde la presa es mayor, la mamba permite que escape y lo sigue hasta que el veneno hace efecto. Una vez que la presa está inmovilizada, la mamba la engulle entera gracias a la capacidad de desencajar su mandíbula.
Reproducción de la mamba negra
La reproducción de la mamba negra es ovípara, es decir, las hembras ponen huevos. El apareamiento tiene lugar una vez al año, principalmente en primavera. Durante esta época, los machos compiten entre sí por las hembras, entrelazando sus cuerpos y tratando de inmovilizar a su oponente. El macho vencedor es quien tiene el derecho de aparearse.
La hembra deposita entre 6 y 17 huevos en una madriguera segura o una grieta rocosa. Tras aproximadamente dos o tres meses de incubación, las crías nacen completamente autónomas, midiendo entre 30 y 60 cm. Curiosamente, los pequeños ejemplares de mamba negra ya son lo suficientemente venenosos y peligrosos para cazar por sí solos.
Comportamiento y veneno
A pesar de la fama que rodea a la mamba negra debido a su veneno, su comportamiento es el de un animal tímido y solitario. Este reptil evita el enfrentamiento directo con otros animales o seres humanos y solo recurre al ataque cuando se siente acorralada o invadida en su territorio. En tierra, es capaz de levantar hasta un tercio de su cuerpo del suelo para parecer más intimidante.
Cuando se siente amenazada, adopta una postura defensiva, abriendo su boca para mostrar el color negro de su interior y siseando. Aunque no es una costumbre habitual, si se siente acorralada podría atacar varias veces de forma rápida, inyectando cantidades letales de veneno con cada mordedura.
El veneno de la mamba negra es una neurotoxina muy potente que afecta rápidamente el sistema nervioso central. Los efectos de dicho veneno incluyen parálisis muscular, dificultad respiratoria y, si no se trata a tiempo, muerte por asfixia en menos de 20 minutos. Afortunadamente, existen antídotos que pueden salvar vidas si son administrados a tiempo, aunque en zonas rurales de África el acceso a estos antivenenos es limitado.
Esperamos haberte ayudado a conocer más sobre la mamba negra y su fascinante naturaleza.