En la agricultura se utilizan grandes cantidades de químicos para acelerar el proceso de crecimiento de las plantas, optimizar la cosecha evitando plagas, malas hierbas, etc. Para todas estas actividades se vierten químicos sobre los cultivos. Estos químicos caen al suelo y éste lo absorbe. Lo que muchos no se imaginan, es que estos químicos nitrogenados acaban contaminando las aguas subterráneas de las que nos abastecemos.
Los episodios de lluvias más fuertes, como los que hemos tenido en estos meses, arrastran mayores cantidades de estos químicos que son perjudiciales para la salud humana. Estos químicos son arrastrados al Mar Menor. ¿Qué se puede hacer para evitar el arrastre hasta la laguna?
Químicos prohibidos por la Unión Europea
Los químicos que se vierten en la agricultura son los plaguicidas, herbicidas, fertilizantes orgánicos o aditivos de aviación. Todos estos químicos son muy tóxico para la salud humana y han sido prohibidos por la Unión Europea. En este caso, por las fuertes lluvias que los han arrastrado hasta el Mar Menor, se han visto obligados a pedir un control en origen de su uso para poder evitar la llegada de estos contaminantes al Mar Menor.
Se ha realizado un estudio sobre la presencia y distribución espacial y estacional de plaguicidas en los sedimentos marinos superficiales del Mar Menor en los años 2009 y 2010 y la influencia de fuertes lluvias. Los han realizado los investigadores del Centro Oceanográfico de Murcia, Ruben Moreno-González y Víctor Manuel León. Además, este estudio se ha publicado en Environmental Science and Pollution Research en enero de 2017.
Este estudio pone grandes esfuerzos en poder conocer el origen de estos plaguicidas y predecir su circulación en situaciones de lluvia. Tras un análisis de la procedencia de los plaguicidas que llegan a la laguna, se concluye que la mayoría de estos plaguicidas entran por la famosa rambla de El Albujón, tras episodios de fuertes lluvias.
¿Qué químicos se vierten exactamente al Mar Menor?
El estudio ha realizado un análisis detallado de todos estos químicos que se utilizan en la agricultura, pero que acaban en el Mar Menor por el arrastre de las lluvias. Entre las sustancias que se han analizado, se han encontrado altos niveles de terbutilazina, clorpirifos y tributilfosfato.
La terbutilazina es un herbicida para el control de malas hierbas, incluido en la lista negra de ISTAS de sustancias con importantes daños para la salud y al medio ambiente, por ser cancerígena, tóxica para la reproducción, disruptor endocrino, sensibilizante, neurotóxico y bioacumulativa. En el análisis se descubrió que la terbutilazina supera el estándar de calidad ambiental del clorpirifos. Esto es un insecticida organofosforado usado en la agricultura muy tóxico tanto para la salud humana como para organismos acuáticos, e incluido también en la lista negra de ISTAS, además de prohibido por biocida por la UE.
Este herbicida es arrastrado por los episodios de lluvias y llega al Mar Menor a través del canal de drenaje de las Salinas de San Pedro, por las desembocaduras de las ramblas de El Albujón, Miranda y La Maraña y por la playa de la Hita.
El otro químico detectado que llega al Mar Menor es el tributilfosfato. Se trata de un aditivo utilizado en motores de aviación y también se usa como disolvente. Está prohibido por ISTAS por ser neurotóxico. Además se encuentra en evaluación por riesgos para la salud. Entra en el Mar Menor por su uso en actividades industriales, de aviación o militares.
¿Cómo evitamos que lleguen estos contaminantes al Mar Menor?
Para poder evitar que los contaminantes lleguen al Mar Menor, se tiene que controlar desde su origen. Se tiene que controlar las concentraciones de estas sustancias y, sobre todo, el efecto combinado que hacen entre ellas. Es decir, la suma de estos químicos, contaminan más juntos, que cada uno de ellos por separado. Esto es lo que se le llama sinergia.
Las entradas más destacadas de estos contaminantes a la laguna son por la escorrentía superficial de los episodios de lluvias, por las aguas subterráneas por filtración y por deposición atmosférica.
Para destruir esta amenaza, se debe de prohibir el uso de clorpirifos y terbutilazina y otros plaguicidas en carrizales del Mar Menor y del Campo de Cartagena mediante un marco legislativo
Seria interesante un filtro verde perimetral que retuviera estas aguas, al menos una gran parte y mejoraría la salud del lago.