La piscicultura es una rama de la acuicultura. Especializada en el cultivo de peces, la piscicultura se realiza tanto en agua de mar como en agua dulce, en enclaves (piscinas) o redes flotantes.
El cultivo piscícola abarca a más de un veintena de especies, como la dorada, la lubina, el salmón, el esturión… Otras especies como el atún no se cultivan, pero se engordan. En efecto, no se dominan las técnicas de control de la reproducción de estas especies. Así pues, se capturan algunos ejemplares salvajes en altamar y se enjaulan para ser engordados antes de ser realmente pescados.
La piscicultura es una técnica antigua que fue muy empleada en la Edad Media para proporcionar pescado a los religiosos y a la población europea el Viernes Santo.
Actualmente, la piscicultura se presenta como uno de los medios para responder a la demanda importante de pescado de los consumidores, evitando la sobrepesca y el agotamiento de los recursos haliéuticos.
En cualquier caso, la piscicultura presenta, como todos los tipos de cultivos intensivos, un cierto número de inconvenientes: desarrollo creciente de patologías, contaminación (concentración de excrementos, patógenos, productos sanitarios, etc.), evasión de ejemplares (especie invasiva, contaminación genética)…
Más información – La biodiversidad marina
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