Los humedales españoles viven un momento decisivo debido al altísimo nivel de degradación que sufren y a los retrasos en su gestión y protección. Este debate ha cobrado especial relevancia internacional con la celebración de la 15ª Conferencia de las Partes Contratantes de la Convención Ramsar (COP15), que se desarrolla en Victoria Falls (Zimbabue). Allí, representantes gubernamentales, ONGs, científicos y activistas se reúnen para abordar el futuro de estos ecosistemas y la urgencia de actuar en defensa de la biodiversidad y el clima.
España se encuentra en el punto de mira por el incumplimiento de sus compromisos en la conservación de humedales de importancia internacional. Según destacan distintas organizaciones, el país no solo ha fallado en la actualización de la información vital sobre estos espacios —un requisito fundamental bajo el Convenio Ramsar—, sino que también arrastra problemas históricos de falta de gestión y deterioro ecológico.
Retrasos en la información y conservación insuficiente

De los 76 humedales españoles reconocidos internacionalmente en el marco Ramsar, el 84% cuenta con Fichas Informativas desfasadas, algunas sin actualizarse desde 1999, como ocurre en el Delta del Ebro, las Tablas de Daimiel o el Mar Menor. La última actualización de la emblemática Doñana, por ejemplo, data de 2007. Esta falta de revisión, obligatoria cada seis años, dificulta la valoración real de los impactos y la toma de decisiones eficaces.
La realidad es aún más preocupante si se observa el estado general de conservación: el 85% de estos enclaves presenta signos de degradación pese a su estatus de protección, según datos de diferentes organizaciones ambientales como SEO/BirdLife. Esta situación se produce en un contexto en el que los humedales deberían jugar un papel clave en la resiliencia frente al cambio climático y en la preservación de la biodiversidad.
Cinco humedales bajo especial amenaza

Entre los humedales más emblemáticos y en mayor riesgo, destacan los siguientes:
- Doñana (Andalucía): lleva más de 35 años en la lista de humedales gravemente alterados. La sobreexplotación del acuífero, la agricultura intensiva y el desarrollo urbanístico han provocado una crisis ecológica crónica.
- Tablas de Daimiel (Castilla-La Mancha): sufre un deterioro continuo vinculado a la extracción intensiva de agua subterránea para el riego agrícola y episodios de combustión de turba.
- Delta del Ebro (Cataluña): enfrentado a problemas de regresión costera, subsidencia y salinización, la gestión actualizada es fundamental para reducir su vulnerabilidad.
- Mar Menor (Murcia): amenazado por la entrada de nutrientes agrícolas, la laguna ha perdido buena parte de su biodiversidad. Se propone su ingreso en el Registro de Montreux debido a su estado crítico.
- Lagunas de Villafáfila (Castilla y León): vitales para la fauna acuática y esteparia, se ven afectadas por la gestión deficiente de recursos hídricos y el avance de la agricultura.
Demandas y soluciones prioritarias en la COP15

La conferencia COP15, bajo el lema «Protegiendo los humedales para nuestro futuro común», constituye una oportunidad fundamental para revertir la situación. Las principales organizaciones reclaman al Gobierno español una actualización urgente de toda la información Ramsar, la restauración de humedales históricos y la plena integración de la protección de estos espacios en la planificación hidrológica. También insisten en que la financiación sea suficiente y estable, acorde a la gravedad del problema.
Entre los puntos defendidos, destaca la necesidad de:
- Actualizar sin demora todas las fichas informativas para garantizar datos fiables y actuales.
- Incluir el Mar Menor en el listado internacional de humedales en estado crítico.
- Aplicar planes de gestión específicos para Doñana y Daimiel, incluyendo la paralización de proyectos que puedan comprometer su recuperación.
- Recuperar humedales desaparecidos, como las lagunas de La Janda y Antela, antes de 2030.
- Implementar soluciones basadas en la naturaleza para frenar la degradación y aumentar la capacidad de adaptación al cambio climático.
Reconocimiento internacional y nuevas incorporaciones
España es el segundo país de la Unión Europea en número de humedales Ramsar, solo por detrás del Reino Unido. Entre las últimas incorporaciones al registro destaca el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, en Galicia, especialmente valorado por su diversidad de especies y hábitats singulares, como las cuevas marinas. Estos enclaves albergan una enorme riqueza en fauna y flora, incluidas especies amenazadas y endemismos exclusivos, lo que subraya la urgencia de su preservación.
Cooperación internacional e iniciativas globales
Durante la COP15, España se ha sumado a una iniciativa junto a varias ONGs para promover la conservación de humedales de alta montaña en Latinoamérica, donde la pérdida de estos ecosistemas avanza aún más rápido que a nivel global. Esta propuesta, que será presentada en el Congreso Mundial de la Naturaleza, recalca la importancia de coordinar acciones nacionales e internacionales y de involucrar distintos sectores, incluidas comunidades locales e indígenas.
El intercambio de experiencias y alianzas globales se percibe como imprescindible para detener el ritmo alarmante de desaparición de humedales, que son esenciales para la regulación climática, la seguridad del agua y la biodiversidad planetaria.

