Las olas de calor disparan la contaminación por ozono en España

  • Las olas de calor han elevado el ozono troposférico a niveles no vistos en una década.
  • Madrid, Andalucía, Extremadura y el litoral mediterráneo concentran numerosos episodios y superaciones de umbrales.
  • La OMS estima exposición generalizada: decenas de millones afectados y más ingresos hospitalarios.
  • Expertos piden medidas: menos tráfico, control de metano, planes autonómicos y un Plan Nacional de Ozono.

Olas de calor y contaminación por ozono

El encadenamiento de olas de calor intensas y prolongadas ha empujado el ozono troposférico a cotas inusualmente altas en España. Este verano, descrito por los análisis como el más cálido desde que hay registros, ha actuado como un acelerador químico que, en presencia de radiación solar, multiplica la formación del llamado ozono “malo”.

Los datos recopilados por organizaciones y organismos públicos señalan que las concentraciones han alcanzado máximos en diez años en numerosas zonas. Con los estándares actuales ya superados en múltiples estaciones, la aplicación de los nuevos límites de la Unión Europea para 2030 ampliaría aún más el mapa de incumplimientos, mientras que bajo las guías de la OMS prácticamente todo el territorio ha quedado por encima del umbral recomendado.

Qué está ocurriendo y por qué sube el ozono

El ozono troposférico no procede de una chimenea concreta ni del tubo de escape de un coche; se forma en la baja atmósfera cuando la luz solar incide sobre contaminantes precursores. Entre ellos, el dióxido de nitrógeno (NO2) —mayoritariamente vinculado al tráfico rodado— y compuestos orgánicos volátiles procedentes de diversas actividades.

A esa mezcla se suma un protagonismo creciente del metano (CH4), asociado en España sobre todo a explotaciones ganaderas intensivas, y episodios con monóxido de carbono incrementado por grandes incendios forestales. Es un fenómeno típicamente estacional: donde hay más radiación (primavera y verano), más reacción y, por tanto, más picos de ozono, especialmente en áreas suburbanas y rurales afectadas por la contaminación urbana e industrial.

Dónde se han detectado los mayores aumentos

Los registros muestran que el verano más cálido ha impulsado la media estacional por encima del límite legal vigente en toda la Comunidad de Madrid, buena parte de Extremadura, el suroeste de Castilla-La Mancha, zonas del interior de Catalunya, la Región de Murcia y distintos puntos de Andalucía. Con el nuevo valor máximo legal de la UE para 2030, prácticamente toda Andalucía y una amplia franja de Castilla-La Mancha quedarían incorporadas a las zonas con superaciones.

Si el análisis se hace con el criterio sanitario de la OMS, la foto es todavía más severa: casi la totalidad de la población se habría expuesto a niveles por encima de lo aconsejado durante el verano. En cuanto a picos horarios, se han rebasado topes legales en estaciones de Madrid, la mitad occidental de Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía, áreas de Catalunya y Mallorca.

En el trienio 2023-2025, más de doce millones de personas respiraron aire con ozono por encima de los nuevos límites europeos de 2030, según Ecologistas en Acción. Con el objetivo legal todavía vigente, la cifra rondaría los ocho millones. En paralelo, 2025 acumuló, a 30 de septiembre, 320 superaciones del umbral de información a la población, concentradas sobre todo en Madrid y Catalunya.

La Comunidad de Madrid destaca por un deterioro sin precedentes: el informe de referencia describe los niveles más altos desde los años noventa, con un incremento notable frente al periodo 2012-2019, y un gran número de rebasamientos en junio, julio y agosto. En el arco mediterráneo, se notificaron episodios y avisos en Castellón y el interior de Valencia —con varias activaciones del umbral de información—; en 2025, la fuente consultada no identificó población expuesta por encima del objetivo legal anual en la Comunitat, aunque sí se registraron episodios puntuales con concentraciones muy elevadas bajo el baremo de la OMS.

Riesgos para la salud y respuesta sanitaria

La exposición a ozono se asocia a inflamación y estrés oxidativo en el aparato respiratorio, agravamiento de patologías cardiacas y respiratorias, afectación neurológica y, según distintos estudios, efectos sobre la salud mental. El Instituto de Salud Carlos III estima en torno a 23.000 ingresos urgentes anuales relacionados con el ozono en España; solo el NO2 provoca más, con unos 28.000 al año.

En 2025, ese mismo organismo atribuye 3.840 muertes al exceso de temperatura y a la mayor exposición a contaminantes como el ozono. En la Comunidad de Madrid, se cifraron centenares de fallecimientos asociados a calor y ozono durante el verano, lo que respalda que estamos ante un problema de salud pública de primer orden. En mayores de 65 años, el ozono explica más de la mitad de los ingresos por infecciones del tracto respiratorio superior.

Además, los servicios de salud advierten de que los episodios no afectan por igual: son especialmente vulnerables niños y niñas, personas mayores, embarazadas y quienes padecen enfermedades cardiorrespiratorias. Por ello, el Instituto de Salud Carlos III recomienda actuar sobre el origen: reducir el tráfico urbano, clave por su vínculo con el NO2 y otros precursores.

Impacto en el campo y en los ecosistemas

El ozono no solo perjudica a las personas: al ser absorbido por las hojas, daña tejidos vegetales, frena el crecimiento y la reproducción y reduce rendimientos agrícolas y forestales, con impacto en la biodiversidad, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Un trabajo del European Topic Center constató pérdidas relevantes asociadas a picos de ozono en 2022: más de tres millones de toneladas de trigo y alrededor de 1.300 millones de euros en valor, además de unos 680 millones en patata. Los países del sur de Europa —con temporadas de radiación más largas e intensas— como España e Italia son especialmente vulnerables. En España, los ecologistas denuncian falta de evaluación oficial suficiente del impacto sobre vegetación y ecosistemas.

Información pública y planes en marcha

La red de alertas y avisos a la ciudadanía mostró claroscuros durante los episodios de 2025. Hubo centenares de superaciones del umbral de información, pero se detectaron carencias: en Aragón, Asturias, Extremadura y Euskadi no se advirtieron los niveles de ozono como es preceptivo, y en otras comunidades los avisos fueron rutinarios y poco eficaces para llegar a toda la población.

Ecologistas en Acción denuncia que siete comunidades autónomas carecen aún de planes específicos contra el ozono, y reclama la aprobación urgente de un Plan Nacional de Ozono. En Madrid, el colectivo mantiene acciones legales por inacción administrativa y pide activar protocolos durante episodios de alta contaminación, en línea con otras capitales europeas.

Qué medidas se proponen

La prioridad, según expertos y organismos, es cortar emisiones de precursores. Entre las medidas más citadas figuran reducir el tráfico motorizado urbano (incluyendo Zonas de Bajas Emisiones efectivas), potenciar el transporte público, y desincentivar tecnológicamente y con fiscalidad los vehículos diésel y la aviación.

También se propone sustituir disolventes orgánicos por agua en procesos industriales, mejorar la eficiencia y el ahorro energético, planificar con orden el despliegue renovable, y avanzar en las Áreas de Control de Emisiones del Mar Mediterráneo y Atlántico Noreste. Para el ozono de fondo, destaca la necesidad de actuar sobre el metano: compostar biorresiduos y establecer una moratoria a nuevas macrogranjas que eleven estas emisiones.

Con todo, las administraciones sanitarias insisten en la prevención cotidiana: consultar los niveles antes de hacer deporte al aire libre en días de radiación intensa, evitar las horas centrales y proteger a los grupos vulnerables durante episodios.

Con un verano excepcionalmente cálido como catalizador, el repunte del ozono troposférico ha dejado más población expuesta, más episodios y mayor presión sobre la salud y el campo. Frenar sus precursores —especialmente el NO2 del tráfico y el metano—, mejorar la información a la ciudadanía y desplegar planes eficaces a nivel estatal y autonómico se antoja decisivo para que la próxima temporada de calor no vuelva a traducirse en otro salto de este contaminante.

contaminación-0
Artículo relacionado:
El calor dispara la contaminación por ozono y afecta gravemente a la salud en España