En un planeta donde predominaban los dinosaurios, el calor y los animales de gran tamaño, las mariposas y polillas ya poblaban la Tierra, aún cuando no existían las flores.
Si no existían flores donde alimentarse y polinizarlas, ¿cómo eran las mariposas de aquella época?
Investigando a las mariposas
Las mariposas necesitan del néctar de las flores para alimentarse. Cuando van de flor en flor van polinizando también dichas flores y contribuyendo a su reproducción y expansión. Sin embargo, en la época de los dinosaurios (por allá por el Jurásico y Cretácico) no existían las flores, pero sí las mariposas.
Esta es una de las conclusiones obtenidas por un equipo de investigación que ha analizado uno de los fósiles más antiguos de mariposa de lo que se tiene conocimientos hasta ahora. Se ha obtenido en una vieja roca en Alemania.
El hallazgo de al menos siete especies en una muestra de tan sólo diez gramos de sedimento demuestra que los lepidópteros han estado en el planeta desde hace por lo menos 200 millones de años.
Este grupo de insectos es de los más valorados y estudiados dada su característica única de metamorfización y se ha descubierto que su origen se remonta a 70 millones de años antes de lo que se pensaba que habían existido.
Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Science Advances. El estudio también intenta entender la evolución de las mariposas y polillas para poder garantizar su conservación en un futuro. Cuando se hacen planes de conservación de una especie, la información del pasado de la misma es de vital importancia para el entendimiento de su evolución y exposición a distintas variables ambientales que han gobernado los tiempos pasados. Es decir, en el Jurásico y Cretácico, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era superior a la normal y las temperaturas más altas. Además, la actividad volcánica era mucho más acentuada que ahora.
La trompa y su misterio
Los científicos han empleado un tipo de ácido para poder disolver las rocas antiguas y, de esta forma, han podido obtener los pequeños fragmentos de roca donde han aparecido escamas de estos insectos. Las escamas se encuentran en un perfecto estado de conservación.
«Encontramos los restos microscópicos de estos organismos en forma de escamas», explicó Bas van de Schootbrugge, investigador de la Universidad de Utrech, en los Países Bajos, y coautor del estudio.
Algunas de las polillas que se han encontrado y mariposas pertenecen a un grupo que todavía existe y que es actual. Este grupo tiene una lengua larga en forma de trompa que emplean para chupar néctar. Sin embargo, en aquella época no existían aún las flores. ¿Cómo es esto posible? No tiene sentido que unas mariposas desarrollen trompas para chupar néctar si no hay flores que contengan dicho néctar.
«Nuestro descubrimiento muestra que este grupo (con una especie de lengua) que se suponía que había coevolucionado con las flores es en realidad mucho más antiguo», señaló Schootbrugge.
Esto se aclara cuando se conoce que en el Jurásico existían grandes cantidades de gimnospermas que, aunque no produzcan flores, sí producen néctar azucarado para captar el polen del aire. Por ello, las mariposas se alimentaban del néctar de algunas gimnospermas como las coníferas antes de que aparecieran las flores hace 130 millones de años.
Esta nueva evidencia indica que, probablemente, este aparato bucal enrollado cumplía otra función antes de que evolucionaran las plantas con flores.
Utilidad para la conservación
Este estudio aporta nueva información útil de cara a la conservación de las mariposas en entornos más hostiles. También nos dicen cómo estos insectos pudieron colonizar todos los continentes excepto la Antártida.
Hay que recordar que los lepidópteros sobrevivieron la extinción masiva al final del Triásico que borró a numerosas especies del planeta. Por ello, es importante saber cómo lo hicieron las mariposas para sobrevivir a estas extinciones de cara a cómo puede afectarles el cambio climático.