Las emisiones de gases de efecto invernadero se disparan por la sequía

La falta de agua en los pantanos de España ha disparado las emisiones de gases de efecto invernadero. En los 6 primeros meses, el sector eléctrico expulsó 41,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, 17,2 millones más que en el mismo periodo de 2016.

La generación de energía hidráulica  (sin emisiones de gases de efecto invernadero), ha caído más de un 51% y ha sido sustituida por el carbón (cuyo uso ha aumentado un 72%) y el gas (30%). Las mínimas reservas de los embalses hacen que 2017 se perfile como un muy mal año para la lucha contra el cambio climático.

Gases de efecto invernadero

Presa

REE

El consumo eléctrico es prácticamente el mismo que en 2016, pero se ha recurrido mucho más a fuentes sucias de generación de energía. Así se puede ver en los datos de Red Eléctrica de España (REE), que realiza un seguimiento diario de las fuentes con las que se genera la electricidad que se consume en nuestro país.

CO2

REE también realiza un seguimiento mensual de las toneladas de CO2 (el principal gas de efecto invernadero) que este sector eléctrico expulsa a la atmósfera. Por desgracia, el balance de los siete primeros meses de 2017 se observa un aumento en el uso del carbón, lo que significa que probablemente será un mal año en la lucha contra el cambio climático.

CO2

El sector eléctrico acumula sobre del 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero del país, y la reducción del uso del carbón han marcado en los últimos años la evolución de la lucha en España contra el calentamiento global.

Sin ir más lejos, en 2015 fue también el incremento del uso del carbón para electricidad el principal responsable de que España aumentara sus emisiones globales de CO2 un 3,2% respecto al ejercicio anterior.

Industria carbón

De la misma manera, el carbón también influyo en 2016, aunque en este caso para bien. Según el balance enviado hace un mes por el Gobierno de España a la Agencia Europea del Medio Ambiente, las emisiones globales del país cayeron un 3,5% respecto a 2015. «La generación de electricidad ha disminuido sus emisiones un 19,7% debido al desplazamiento del uso de carbón por energías renovables», señalaba el informe de ese año elaborado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que recuerda que el pasado ejercicio fue un año húmedo, con un 5% más de precipitaciones.

subasta renovables

Los malos datos de 2015 y los buenos de 2016, y también en este 2017 la evolución de los gases de efecto invernadero están ampliamente influidos por el clima, ya que desde 2012 la instalación de nueva potencia renovable estaba paralizada en el país, por suerte esto ha cambiado este año por temor a multas europeas.

central nuclear

Boom

El boom vivido en España de las energías renovables se inició hace unos 10 años, y permitió una reducción global del 10% de sus emisiones de CO2, según un estudio reciente de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Por desgracia, el Gobierno paralizó vía decreto de la instalación de nueva potencia renovable en 2012. Desde ese momento, los buenos o malos datos anuales de emisiones de CO2 depende del clima, es decir, de la lluvia y el viento.

Como se ha comentado anteriormente, el 2017 es uno de los peores en mucho tiempo en cuanto a lluvias. Desgraciadamente España inició el verano con las reservas de agua más bajas desde 1995.

Reservas bajas

Según REE, este bajo nivel ha hecho que en los siete primeros meses del año la generación de electricidad en España a través de la tecnología hidráulica cayera un 51,2% respecto al mismo periodo de 2016. También se ha registrado un descenso del 11% del uso de la energía eólica.

La caída en el uso de estas dos fuentes limpias de CO2 ha sido compensado sobre todo con carbón. Las centrales térmicas que queman este combustible fósil han incrementado un 71,9% la producción de electricidad entre enero y julio. También se ha utilizado mucho más gas: el crecimiento en las centrales de ciclo combinado ha sido del 30,4%.

CO2

La perspectiva para los próximos meses no es muy alagueña, salvo que se produzca un cambio radical en el año hidrológico a partir de otoño.

Según el último boletín hidrológico del Ministerio de Medio Ambiente, a cierre del mes de julio, en los embalses españoles utilizados para generar electricidad había unas reservas teóricas para generar 7.927 gigavatios por hora (GWh). Esto supone el 61% de la reserva disponible hace un año, el 62,6% de la media de los últimos cinco años y el 64,6% de la media de los últimos diez años.


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