Impacto del uso del suelo y emisiones de CO2 en el África Subsahariana: estudios y soluciones

  • Las prácticas agrícolas como el 'corte y quema' son una principal causa de emisiones en África.
  • El uso de fertilizantes y estiércol produce emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero.
  • La implementación de prácticas agroecológicas reduce las emisiones y permite la sostenibilidad agrícola en la región.

emisiones de CO2 y uso del suelo en África Subsahariana

La expansión agrícola y el uso del suelo en África Subsahariana son temas complejos y de gran relevancia en la actualidad. Si bien la región ha mantenido prácticas tradicionales durante siglos, como el corte y la quema para el cultivo, las presiones externas relacionadas con el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero están modificando la manera en que se gestionan estas tierras. A lo largo de los últimos años, diversos estudios han revelado cómo las prácticas agrícolas en esta región están contribuyendo a la liberación de gases nocivos como el CO2, el metano y el óxido nitroso, lo que genera profundos efectos en el ecosistema global.

¿Qué tiene que ver esto con el cambio climático? La respuesta está en la relación directa entre las actividades humanas y el deterioro de los recursos naturales. Los usos del suelo están cambiando a medida que las tasas de emisión de dióxido de carbono (CO2) se incrementan debido a las actividades agrícolas tradicionales, como la mencionada quema de rastrojos, y por nuevas prácticas de manejo.

Usos del suelo en el África Subsahariana

En muchas áreas, se practica el «corte y la quema» como técnica agrícola. Esta técnica, utilizada por generaciones, consiste en deforestar áreas para luego quemar la vegetación, lo que libera grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Este método ha sido objeto de estudio por un equipo internacional que incluye la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en el que se ha analizado la relación entre los cambios en el uso del suelo y las emisiones de CO2.

La investigación ha analizado en detalle 75 estudios llevados a cabo en 22 países africanos. Estos estudios se enfocaron en identificar los factores que originan las emisiones y desarrollar estrategias de manejo que puedan ayudar a mitigar estas emisiones. Sin embargo, es fundamental destacar que, según los expertos, el África Subsahariana sigue siendo un territorio donde se sabe poco sobre los flujos exactos de GEI (Gases de Efecto Invernadero).

uso del suelo

El Acuerdo de París, que entró en vigor en 2016, subraya la importancia mundial de reducir las emisiones GEI, pero en muchas zonas del África Subsahariana se desconocen los factores exactos que provocan estas emisiones. Las deficiencias en los regímenes de abastecimiento y la falta de datos sólidos son problemas persistentes. A pesar de que la agricultura ocupa al 60% de la fuerza laboral, las prácticas ancestrales de manejo del suelo, como la quema, no se han adaptado a las realidades del cambio climático, lo que pone en riesgo no solo el ecosistema local, sino el equilibrio climático mundial.

Emisiones de gases analizadas

La investigación realizada ha centrado su análisis en tres gases de efecto invernadero clave: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). Cada uno de estos componentes tiene características particulares que agravan el efecto invernadero de manera diferente.

Las emisiones de dióxido de carbono están asociadas principalmente a los cambios en el uso del suelo, especialmente en áreas donde se practica el «corte y quema». Este método libera CO2 tanto en el momento de la combustión de las plantas como posteriormente, cuando el suelo pierde su capacidad de retener carbono.

El metano es otro de los gases emitidos en zonas agrícolas, particularmente en cultivos inundados como el arroz. Además, los termiteros, muy comunes en el paisaje africano, también emiten metano. Este fenómeno es característico en los ecosistemas de África Subsahariana, donde se combinan factores naturales y antrópicos.

Por otro lado, el óxido nitroso se genera principalmente en áreas donde se utilizan fertilizantes nitrogenados, estiércol y otra materia orgánica en cultivos. Este gas es de especial gravedad, ya que tiene un poder de calentamiento global muy superior al del CO2, lo que lo convierte en una de las principales amenazas a largo plazo para la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

Casos que se han analizado

Uno de los casos más detallados ha sido el cultivo de palma africana en Benín. En este caso, se identificó que el 30% de las emisiones de CO2 provienen del área de las raíces, pero cuando el suelo está extremadamente seco, este porcentaje aumenta al 80%. Este patrón de emisiones resalta la importancia de la humedad edáfica en los procesos de emisión de gases, así como la necesidad de mejorar las técnicas agrícolas para conservar la humedad y reducir los impactos climáticos.

La relación entre las condiciones de humedad del suelo y las emisiones de CO2 se ha demostrado en diferentes estudios, y este patrón se repite en varias localidades del África Subsahariana. Aquí, las condiciones climáticas locales cobran especial importancia, ya que periodos de sequía como los que afectan a la región pueden aumentar las emisiones drásticamente.

gases en África

Sin embargo, no todo es negativo. Las estrategias agrícolas mejoradas, como el empleo de técnicas de riego más eficientes, pueden marcar una diferencia significativa a la hora de gestionar las emisiones. La mejora de los sistemas de riego ayuda no solo a mantener la humedad, sino también a optimizar la eficiencia en el uso del agua, un recurso crítico en la región.

Realizar prácticas agroecológicas

Para mitigar los efectos perjudiciales de las emisiones de gases de efecto invernadero, varias zonas de África han comenzado a implementar prácticas agroecológicas. Este enfoque tiene como objetivo utilizar los recursos disponibles de manera eficiente, minimizando las emisiones y fomentando la sostenibilidad.

El uso de estiércol y restos de cosecha, así como su reutilización, se ha mostrado como una alternativa viable para cerrar el ciclo de materia y energía. Las explotaciones agrícolas que siguen este modelo pueden garantizar la subsistencia de las familias locales al tiempo que minimizan la pérdida de recursos y reducen las emisiones de gases como el metano y el óxido nitroso.

El concepto subyacente en las prácticas agroecológicas es que el sistema puede ser autosustentable. Es decir, los desechos de los animales y las plantas son reincorporados en el ciclo de producción, lo que disminuye la necesidad de fertilizantes sintéticos y, como resultado, reduce las emisiones.

agricultura en África

Este tipo de enfoque ha sido promovido en toda África, y en especial, en las regiones más vulnerables al cambio climático. Los resultados han sido prometedores, particularmente en zonas donde las condiciones climáticas y la pobreza limitan el acceso a tecnologías avanzadas. Las familias que siguen estas prácticas han logrado mantener una producción sostenible con baja emisión de CO2.

El desarrollo agrícola en África Subsahariana está en una encrucijada. Por un lado, la región necesita aumentar la producción agrícola para satisfacer la creciente demanda de alimentos, pero, por otro, estas prácticas tradicionales contribuyen al calentamiento global. De ahí la importancia de iniciativas como el Acuerdo de París y la implementación de prácticas agroecológicas que permitan una mayor sostenibilidad sin comprometer la productividad agrícola.


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