Las medusas son organismos marinos pertenecientes al grupo de los cnidarios, que agrupa también a corales y anémonas. Estas criaturas son consideradas uno de los animales más antiguos del planeta, con una historia evolutiva que se remonta al menos 500 millones de años. Existen evidencias de que las medusas pudieron existir incluso hace 700 millones de años.
Las medusas son animales multicelulares, pero su estructura es extremadamente simple, lo que les permite sobrevivir en diversas condiciones ambientales. Con una composición mayoritariamente de agua, que constituye más del 95% de su masa corporal, su cuerpo gelatinoso y casi transparente es uno de los rasgos más característicos. No tienen órganos complejos, como cerebro, corazón o sistema digestivo completo.
En términos de diversidad, existen entre 1.500 y 2.000 especies diferentes de medusas, distribuidas por todo el mundo. Su tamaño varía desde pequeñas especies de un milímetro hasta grandes especies cuyos tentáculos pueden medir varios metros de longitud.
Hábitat de las medusas
Las medusas pueden encontrarse en todos los océanos del mundo, desde las gélidas aguas del Ártico hasta los mares cálidos de las regiones tropicales. Aunque suelen ser más numerosas en aguas cálidas, su distribución no está estrictamente relacionada con la temperatura, ya que también existen en aguas frías.
Las medusas habitan principalmente en el entorno pelágico, lo que significa que viven en la columna de agua y no en el fondo marino. Muchas especies pasan la mayor parte de su vida alejadas de la costa, en mar abierto. Sin embargo, algunas especies pueden avistarse cerca de las playas, especialmente durante ciertas épocas del año debido a su ciclo de vida y las corrientes marinas.
Las etapas juveniles de las medusas, llamadas pólipos, buscan superficies sólidas donde adherirse y continuar su desarrollo. A menudo, se benefician de estructuras artificiales como diques y rompeolas, lo que favorece su proliferación en áreas costeras. Durante el verano y con el aumento de las temperaturas, las corrientes oceánicas, el viento y las olas pueden empujar a las medusas hacia la costa.
¿Por qué las altas temperaturas atraen a las medusas en España?
En los últimos años, los fenómenos de cambio climático han incrementado la temperatura del agua de los mares y océanos, lo que ha contribuido al aumento de la proliferación de medusas. El calentamiento global ha generado cambios en los patrones climáticos que alteran la distribución de las especies marinas. En particular, en las costas españolas, el aumento de la temperatura del agua hace que las medusas se acerquen antes y en mayor cantidad durante los meses de verano, facilitando su reproducción y supervivencia.
El agua más cálida favorece tanto el inicio temprano de su temporada reproductiva como la extensión de su presencia a lo largo del verano e incluso hasta el otoño. Además, la menor competencia por alimento debido a la sobrepesca de especies como el atún o el pez luna (que son depredadores naturales de las medusas) les permite multiplicarse sin muchas barreras naturales.
Uno de los aspectos más destacados es que las medusas actuales pueden reproducirse varias veces en un mismo verano, mientras que en décadas anteriores solo tenían un ciclo de vida. Esto ha hecho que especies como la Pelagia noctiluca, comúnmente conocida como medusa clavel, sea más frecuente en las playas españolas durante los meses de mayo a noviembre. Las altas temperaturas favorecen que las medusas oceánicas, que usualmente se mantienen lejos de la costa, se acerquen por las corrientes marinas cálidas.
¿Qué tipos de medusas hay en las costas españolas?
España alberga una gran variedad de especies de medusas en sus costas, especialmente durante el verano. Algunas de las más comunes incluyen:
- Pelagia noctiluca: También conocida como medusa clavel. Es una de las especies más urticantes y comunes en las costas del Mediterráneo. Tiene la capacidad de brillar en la oscuridad gracias a su bioluminiscencia y su picadura puede causar dolor intenso.
- Rhizostoma pulmo: Conocida como medusa barril, es grande y relativamente inofensiva en comparación con otras especies más pequeñas y urticantes.
- Cotylorhiza tuberculata: Popularmente llamada medusa huevo frito por su apariencia. Esta especie es inofensiva y se puede encontrar sobre todo en el Mar Menor y otras zonas del sureste de España.
- Carabela portuguesa: Aunque técnicamente no es una medusa, esta especie es extremadamente peligrosa. Su picadura puede ser letal en algunos casos, y requiere atención médica inmediata.
¿Qué hacer ante una picadura de medusa?
Las picaduras de medusa son comunes en las playas durante los meses de verano. Los síntomas incluyen enrojecimiento, inflamación, dolor y en algunos casos, reacciones alérgicas severas. Es crucial saber cómo actuar en caso de ser picado:
- Lava la zona afectada con agua salada: Nunca uses agua dulce, ya que puede empeorar la reacción.
- Retira los tentáculos: Si quedan restos de tentáculos en la piel, retíralos con pinzas, guantes o una tarjeta.
- Aplica frío: Usa una bolsa con hielo para reducir la inflamación y el dolor, pero nunca coloques hielo directamente sobre la piel.
- Busca atención médica: Si el dolor es intenso o hay síntomas graves, acude a un centro de salud.
Relación entre la sequía y las medusas
La sequía y la falta de lluvias son factores importantes que contribuyen a la concentración de medusas en las costas de España. En condiciones climatológicas normales, los aportes de agua dulce, como los ríos y las lluvias, actúan como una barrera natural que mantiene a las medusas alejadas de la costa. Sin embargo, en un contexto de sequía, esta barrera disminuye y permite que las medusas, especialmente las oceánicas, se acerquen más a la costa.
La menor cantidad de agua dulce enfría menos las costas, lo que favorece la llegada tan temprana de estos organismos. En los últimos años, los enjambres de medusas han llegado con hasta un mes de antelación debido a estos cambios climáticos. Además, la dispersión y concentración de las medusas cerca de las playas también está influenciada por los vientos y corrientes marinas.
Debido a la suma de todos estos factores, el cambio climático está contribuyendo a que veamos medusas durante más días y en más cantidad en las costas españolas cada verano.
Aunque hay muchos factores que influyen en la proliferación de medusas, las temperaturas altas y el cambio en las corrientes naturales juegan un papel clave. Si bien este fenómeno es común en las costas del mundo, en España se ha vuelto especialmente frecuente en áreas como el Mar Menor, la Costa Brava y las playas mediterráneas.
Al comprender mejor la biología de estos animales y los factores que están alterando su ciclo de vida, podemos tomar medidas más efectivas para mejorar la prevención de picaduras en las playas y minimizar los impactos en la experiencia de los bañistas.