La transformación de la fabricación: innovación, seguridad y sostenibilidad en la industria

  • La fabricación global afronta retos de ciberseguridad por la digitalización e hiperconectividad de sus sistemas.
  • La doctrina zero trust se consolida como respuesta para asegurar tanto usuarios como maquinaria en la industria.
  • Innovación tecnológica y sostenibilidad marcan la fabricación de nuevos materiales y productos más eficientes y ecológicos.
  • La fabricación avanzada impulsa la transición energética y la autosuficiencia industrial en sectores como el fotovoltaico y farmacéutico.

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En una era donde la fabricación está cada vez más conectada, la forma en que gestionamos la confianza y la seguridad en el entorno industrial es fundamental. Así como no entregarías tu móvil a un desconocido sin saber sus intenciones, en las fábricas actuales cada dispositivo, persona o sistema debe ser rigurosamente identificado antes de acceder a procesos críticos. Esto es esencial en un panorama donde la digitalización ha creado redes de miles de sistemas interconectados que controlan desde robots y sensores IoT hasta plataformas de gestión en la nube.

El avance tecnológico ha traído consigo una mayor eficiencia en la fabricación, pero también nuevos riesgos que pueden tener un impacto físico directo en la producción y hasta en la infraestructura nacional. Los recientes incidentes en fábricas, hospitales y redes eléctricas demuestran que un único punto débil puede derivar en un problema de gran escala.

El fin de la seguridad tradicional en la fabricación

Durante años, la industria manufacturera confió en modelos de seguridad basados en la idea del “castillo amurallado”, creyendo que todo dentro del perímetro era seguro. Sin embargo, la irrupción de tecnologías emergentes, la integración de sistemas de TI y OT, y la automatización con inteligencia artificial han convertido las fábricas en entornos hiperconectados y mucho más vulnerables frente a ataques como el ransomware.

Hoy en día, los ciberataques a la fabricación representan un riesgo físico real: pueden detener líneas de producción, romper cadenas de suministro y afectar servicios esenciales. La industria debe aceptar que todo puede ser un objetivo y adoptar un enfoque más robusto y flexible de seguridad.

Zero trust: el nuevo estándar en protección industrial

El modelo de zero trust parte de la premisa de que nunca se debe confiar en nada ni nadie sin una validación previa. Cada usuario, máquina o aplicación requiere ser identificado y supervisado de forma continua, recopilando datos en tiempo real sobre identidad y contexto. Este enfoque obliga a registrar y auditar cada acción, dotando a las fábricas de mayor trazabilidad y capacidad de reacción ante incidentes. Un PLC, por ejemplo, solo debería obedecer órdenes de fuentes autorizadas, permitiendo identificar qué acción realizó cada actor y cuándo.

La fabricación actual exige evolucionar la mentalidad

Pese a la digitalización acelerada, muchos fabricantes todavía operan con sistemas heredados y controles de acceso mínimos. El aumento del acceso remoto y la integración de soluciones de terceros han expandido la superficie de ataque de manera considerable, obligando al sector a revisar sus planteamientos tradicionales de protección.

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Cómo aplicar zero trust en la fabricación

  • Verificar identidad en todos los accesos, tanto de personas como de equipos.
  • Aplicar el principio de mínimo privilegio: limitar accesos y acciones únicamente a lo necesario.
  • Segmentar y aislar redes y sistemas críticos, dificultando los movimientos laterales de atacantes.
  • Implementar auditorías y monitorización continua para detectar y responder a incidentes rápidamente.
  • Actualizar infraestructuras y promover la resiliencia offline para mantener la continuidad operativa.

Innovación y sostenibilidad en la fabricación

Al tiempo que la seguridad se refuerza, la innovación y la sostenibilidad se convierten en ejes de la nueva fabricación. Un ejemplo destacado es el sector textil, donde la colaboración entre varias compañías ha permitido crear uniformes y calzado deportivo de alto rendimiento con materiales reciclados y recubrimientos más limpios, disminuyendo el uso de recursos fósiles y reduciendo significativamente el impacto ambiental.

En la industria energética, la investigación universitaria busca abaratar y democratizar la fabricación de paneles solares, sustituyendo materiales críticos y costosos como el silicio por perovskita, facilitando así el acceso a la energía renovable y fomentando la producción local, lo que ayuda a reducir la dependencia de mercados extranjeros.

Por otra parte, la industria farmacéutica fortalece la producción local mediante adquisiciones estratégicas, como la de plantas avanzadas de fabricantes como Thermo Fisher Scientific, para responder a la creciente demanda de medicamentos y asegurar un suministro fiable en Estados Unidos y otros mercados.

Empresas de países como China están explorando nuevas oportunidades en Europa, instalando fábricas de baterías ecológicas en lugares estratégicos. Esto responde a la expansión del mercado y a la necesidad de reducir los tiempos y costos de transporte, acercando la producción a los puntos de consumo y favoreciendo una mayor autosuficiencia industrial en el continente.

La fabricación moderna enfrenta desafíos que van más allá del simple proceso productivo: la ciberseguridad y la trazabilidad de operaciones, junto con la innovación sostenible y la investigación en nuevos materiales, son factores clave para asegurar un futuro resilient y responsable en el sector industrial.

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