Cada vez está más en auge la importancia de la ropa sostenible para reducir el impacto al medio ambiente. Esto hace que las personas se piense en sí la ropa hecha con algodón orgánico es más sostenible que la de algodón convencional.
En este artículo vamos a contarte porque la ropa hecha con algodón orgánico es más sostenible tela de algodón convencional.
Algodón orgánico
La producción de una sola camiseta requiere la asombrosa cantidad de 2.700 litros de agua, según informa WWF. Sin embargo, el uso de algodón orgánico presenta un escenario completamente diferente. El algodón orgánico, que se cultiva sin el uso de productos químicos sintéticos como fertilizantes y pesticidas, sólo requiere apenas 243 litros, según la Soil Association. Este marcado contraste ha llevado a un número cada vez mayor de marcas, incluidas Stella McCartney y H&M, a abogar por la utilización de fibras naturales.
¿Es realmente sostenible una camiseta de algodón orgánico? Esta pregunta aparentemente sencilla carece de una respuesta definitiva. Si bien el consumo de agua es un factor crucial, también debemos considerar las emisiones de carbono, los métodos de transporte y el embalaje a lo largo de toda la cadena de distribución. Igualmente importante es el destino de la prenda una vez que ya no se usa.
Liesl Truscott, directora de estrategia para Europa y materiales de Textile Exchange, reconoce que la producción de algodón orgánico no es perfecta y afirma: «No es perfecta, nada es perfecto en esta vida». Ella enfatiza la cuestión de la escala, ya que menos del uno por ciento del algodón producido hoy es orgánico, lo que deja un amplio margen de mejora en el proceso de fabricación. Para conocer mejor la verdadera sostenibilidad del algodón orgánico y las formas de adoptar hábitos de consumo más ecológicos, consultamos a expertos medioambientales.
¿Cuáles son las implicaciones ambientales de la producción de algodón orgánico?
Si bien el algodón orgánico utiliza menos agua en comparación con el algodón convencional, la situación es más compleja. Según un informe de 2017 de Textiles Exchange, el algodón orgánico consume un 9% menos de agua «azul» (de acuíferos y fuentes de agua superficial) que su homólogo convencional. Truscott explica que la mayor parte del algodón orgánico se cultiva en pequeñas granjas que dependen del agua de lluvia en lugar de sistemas de riego. Además, la ausencia de pesticidas y fertilizantes reduce la necesidad de agua. En particular, el algodón orgánico no está modificado genéticamente, lo que normalmente requiere más agua. Al trabajar en suelos libres de pesticidas, se conserva el agua.
De hecho, el 95% del agua utilizada en el cultivo del algodón orgánico es agua ecológica procedente de la lluvia o almacenada en el terreno. Por otro lado, algunos argumentan que, debido al menor rendimiento del algodón orgánico en comparación con los cultivos convencionales, en realidad requiere más agua. Según Christine Altenbuchner, profesora de la Universidad de Viena especializada en Recursos Naturales y Biología, el informe de Cotton Inc., al que se hace referencia comúnmente, sugiere que la agricultura orgánica es menos eficiente en términos de rendimiento por hectárea. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los productores de algodón orgánico también cultivan otros cultivos junto con sus campos de algodón.
El cultivo de algodón orgánico, a diferencia del algodón convencional, reduce significativamente la contaminación del agua. Un informe de 2011 de Water Footprint reveló que el uso de productos químicos sintéticos como pesticidas y fertilizantes se elimina por completo, lo que resulta en una notable reducción del 98% en los niveles de contaminación del agua.
El cultivo de algodón orgánico da como resultado una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Según Textile Exchange, la producción de algodón orgánico genera un 46% menos de gases de efecto invernadero en comparación con los cultivos de algodón tradicionales. Esta importante reducción se consigue evitando el uso de fertilizantes y pesticidas, que emiten dióxido de nitrógeno, así como empleando menos prácticas agrícolas mecanizadas. Además, el algodón orgánico actúa como «almacenamiento de carbono», ya que no contiene fertilizantes ni pesticidas, lo que permite que el suelo absorba CO2 de la atmósfera.
Sin embargo, es importante señalar que el cultivo a gran escala de algodón orgánico puede presentar desafíos. Un informe de 2015 descubrió que, a mayor escala, el cultivo de algodón orgánico puede producir más gases de efecto invernadero que el algodón tradicional. Además, también se generan emisiones durante los procesos de hilado, tejido y teñido involucrados en la transformación del algodón puro en la prenda final.
Cómo se reciclan las prendas de algodón orgánico
Aunque el algodón tiene potencial para reciclarse y es biodegradable en su estado no tratado, la tecnología actual aún no ha avanzado para facilitar este proceso. Según Truscott, el reciclaje mecánico del algodón tiende a dar como resultado fibras más cortas y una disminución de la calidad. Sin embargo, existe un método alternativo conocido como «reciclaje químico», que consiste en descomponer el algodón en celulosa para crear un producto similar a la viscosa. Desafortunadamente, esta práctica aún no se adopta ampliamente.
Existen tres métodos para adoptar prácticas de compra más responsables:
Para garantizar que el algodón que compra cumpla con los estándares aprobados en cada etapa de producción y distribución, busque organizaciones acreditadas como OCS (el Estándar de Contenido Orgánico) y GOTS (el Estándar Global de Textiles Orgánicos). El emblema de la Fundación Fairtrade es otro indicador de que los productores han recibido una compensación justa por su mano de obra. A pesar de que los consumidores pueden pagar un precio más alto por el algodón orgánico, los agricultores a menudo no perciben los beneficios económicos de sus esfuerzos, como señala Subindu Garkhel, director de algodón y textiles de Fairtrade.
Truscott explica que se mantiene alejada de las mezclas de algodón que incorporan fibras sintéticas como el poliéster reciclado. La razón detrás de esta preferencia es el desafío de separar y descomponer eficazmente dichos materiales mezclados durante el proceso de gestión de residuos.
Es necesario mostrar nuestro apoyo a las marcas que han asumido un firme compromiso con la adopción de prácticas orgánicas. Truscott enfatiza la importancia de que las grandes corporaciones inviertan en la producción y distribución de materiales orgánicos, creando así una demanda para estos productos.
Espero que con esta información puedan conocer más porque la ropa de algodón orgánico es más sostenible que la de algodón convencional.