El ministro de Energía de Chile, Andrés Rebolledo, presentó el ambicioso plan de evolución hacia las energías renovables de su país, donde el objetivo es que la nación tenga un 70% de este tipo de suministro al año 2050. Este objetivo coloca a Chile como uno de los líderes en transición energética de América Latina, marcando un hito en el uso de recursos naturales para generar energía limpia.
El estado ha asegurado que: “En los últimos cuatro años, el país se ha embarcado en una transición energética que ha cambiado la matriz de generación, haciéndola más sustentable, limpia, económica y amigable con el medio ambiente”. Este cambio de mentalidad ha sido impulsado tanto por factores internos como externos, que incluyen la disminución significativa en los costos de las tecnologías renovables y el acceso a financiamiento internacional para este tipo de proyectos.
El auge de las energías renovables en Chile
Chile se ha convertido en líder a nivel latinoamericano en las Energías Renovables No Convencionales (ERNC). Actualmente, el 17% de la capacidad total del país corresponde a energías limpias. Se espera que para 2020, el 20% de la matriz energética sea completamente renovable, un objetivo adelantado cinco años respecto a las estimaciones iniciales.
Las ERNC incluyen tecnologías como geotérmica, solar, eólica, mareomotriz y centrales hidráulicas. Estas tecnologías no solo son más respetuosas con el medio ambiente, sino que además, permiten a Chile reducir significativamente las emisiones de CO2, ayudando al país a cumplir sus compromisos climáticos internacionales.
En marzo de 2014, estas energías representaban solo el 7% del total de la matriz, lo que significa que en poco menos de una década han logrado un avance notable. Para 2017, la cifra ya había alcanzado el 15%, y continúa creciendo gracias a la inversión tanto nacional como extranjera.
Este crecimiento ha sido posible gracias a iniciativas como la reforma energética profunda, que responde a políticas públicas diseñadas en conjunto con actores públicos y privados. Gracias a estos esfuerzos, el sector energético ha atraído inversiones y ha logrado reducir drásticamente los precios de la energía.
El impacto en la imagen internacional de Chile
La Directora Ejecutiva de Imagen de Chile, Myriam Gómez, afirmó que contar con una matriz centrada en energías renovables fortalece la imagen del país. Según el reporte de Ernst & Young en 2017, Chile ocupó el sexto lugar a nivel mundial entre las naciones con mayores oportunidades en el desarrollo de las ERNC.
El liderazgo de Chile no solo está basado en la cantidad de proyectos, sino en la calidad y sostenibilidad de los mismos. Esto también ha tenido un impacto positivo en la capacidad de atraer inversión extranjera. Con reglas claras y estables en el ámbito ambiental, Chile se ha consolidado como un destino seguro para inversionistas interesados en energías limpias.
Argentina y su movimiento hacia las energías renovables
Aunque Argentina se había mantenido indiferente a la revolución renovable, en los últimos años ha comenzado a promover la energía solar, especialmente en regiones como Jujuy, donde se ha implementado un modelo de energía 100% solar. El país espera alcanzar un 8% de su matriz energética a través de fuentes renovables en corto plazo, un avance significativo para una nación que había dependido tradicionalmente de otras formas de energía.
México avanza con plantas solares a gran escala
México también ha sido parte de esta revolución con la instalación de plantas solares a gran escala como Aura Solar I, que ha reducido las emisiones en 60 mil toneladas de CO2 anuales. La planta, que está en Baja California Sur, es uno de los proyectos más ambiciosos de América Latina y muestra cómo la energía solar puede ser una solución efectiva para la crisis climática.
Perú y su apuesta por la energía solar rural
Por su parte, Perú ha centrado sus esfuerzos en llevar soluciones energéticas a más de 2,2 millones de ciudadanos que viven en zonas rurales. A través de iniciativas como la instalación de paneles solares, el país espera mejorar la calidad de vida de su población al tiempo que reduce su huella de carbono.
Panamá, Guatemala y otros países de la región
En Panamá, varias empresas participaron en la licitación para la construcción de plantas solares, lo que representó una inversión de más de 120 millones de dólares. Guatemala, por otro lado, ha destacado con su planta fotovoltaica que puede generar 5 MW de potencia.
En Centroamérica, El Salvador y Honduras también están avanzando, con proyectos de energía solar que buscan mejorar la estabilidad energética de la región. Honduras, en particular, es líder en energía solar en Centroamérica y el tercer país de América Latina en cuanto a crecimiento en el sector.
Costa Rica, conocida por su enfoque en energía limpia, ha invertido más de 1.700 millones de dólares en proyectos de energías renovables en los últimos años. Este país ha demostrado que es posible alcanzar altos niveles de crecimiento económico sin sacrificar el medio ambiente.
En toda América Latina, la tendencia hacia las energías renovables es clara. Los países de la región, liderados por Chile y Brasil, han demostrado que es posible construir un futuro energético sostenible basado en el aprovechamiento de los recursos naturales. Con una inversión continua y las políticas adecuadas, el continente está bien posicionado para ser un referente mundial en la lucha contra el cambio climático.
La apuesta por las energías renovables en países como Chile no solo es una cuestión de sostenibilidad ambiental, sino también de independencia energética y competitividad económica. Las reformas y esfuerzos realizados por las naciones latinoamericanas están sentando las bases de un mercado energético competitivo, ecológico y económicamente viable.