El fin del mundo, un proceso lento a escala humana, ya ha comenzado y terminará con la desaparición de la vida en la Tierra dentro de unos 500 millones de años. Sin embargo, este final será solo uno de los muchos que enfrentará nuestro planeta cuando el Sol comience su inexorable transformación.
¿Cómo morirá el Sol?
El final del Sol es un evento que, a pesar de su lejanía, ya ha sido extensamente estudiado y anticipado por los astrónomos. Se cree que este proceso ocurrirá dentro de unos 7.000 millones de años. Pero la muerte del Sol es un fenómeno más complejo de lo que parece, ya que pasa por varias etapas que van marcando su proceso de agotamiento.
Actualmente, el Sol, como otras estrellas, está en la fase conocida como secuencia principal. Durante esta fase, el Sol quema hidrógeno en su núcleo y lo transforma en helio en un proceso conocido como fusión nuclear. Pero llegará el momento en que este hidrógeno se agote.
Cuando esto ocurra, el Sol comenzará a utilizar hidrógeno de las capas exteriores, lo que provocará que sus capas externas se expandan considerablemente. Esta transformación convertirá al Sol en una gigante roja, una fase en la que su tamaño aumentará hasta alcanzar unas 200 veces su tamaño actual.
En ese proceso, el helio en el núcleo del Sol también empezará a fusionarse para formar elementos más pesados, como el carbono y el oxígeno. Mientras tanto, en las capas exteriores, la fusión del hidrógeno continuará, incrementando enormemente la luminosidad del Sol, que podría llegar a ser hasta 10.000 veces más brillante que en su fase actual.
En esta etapa de gigante roja, el Sol engullirá a los planetas más cercanos como Mercurio y Venus, y probablemente envolverá también a la Tierra.
¿Qué ocurrirá con la Tierra?
Las consecuencias para la Tierra durante la fase de gigante roja serán devastadoras. Mucho antes de que el Sol consuma nuestro planeta, los efectos del aumento de la temperatura comenzarán a ser catastróficos. Se estima que en unos 500 millones de años, las condiciones en la Tierra ya no serán adecuadas para sostener la vida humana o cualquier otra forma de vida compleja.
El aumento de la radiación solar hará que los océanos empiecen a evaporarse, lo que conllevará la desaparición de la humanidad. Aunque algunos microorganismos podrían subsistir en ambientes extremos durante algún tiempo, el clima de la Tierra se convertirá en un lugar completamente inhabitable.
Finalmente, cuando el Sol se convierta en una gigante roja, es probable que la Tierra sea arrastrada hacia el Sol y destruida, o que quede calcinada hasta convertirse en una roca estéril.
El Sol convertirá a la Tierra en polvo estelar
Una vez que el Sol termine su ciclo como gigante roja, expulsará sus capas exteriores en un fenómeno espectacular llamado nebulosa planetaria. Lo que quede del núcleo del Sol será una enana blanca, un remanente estelar denso que tendrá el tamaño de la Tierra y brillará de manera tenue durante miles de millones de años más.
Después de unos 12.000 millones de años de existencia, la Tierra será absorbida por el Sol o se desintegrará, dejando solo polvo cósmico. En esa fase final, el Sol no será más que un remanente inerte, una enana blanca, y el Sistema Solar se convertirá en un desierto frío y vacío.
El futuro de los planetas en el Sistema Solar
Mientras que los planetas interiores como Mercurio y Venus serán destruidos por el Sol durante su fase de gigante roja, los planetas más lejanos como Júpiter y Saturno tendrán un destino diferente. Aunque el Sol no los engullirá, las condiciones extremas por el colapso del Sol transformarán sus atmósferas y entornos.
De hecho, algunos estudios sugieren que es posible que planetas como Júpiter o Saturno permanezcan orbitando alrededor de la enana blanca que quedará tras la muerte del Sol, aunque su entorno probablemente sea más hostil.
En este escenario, hay pruebas de que ciertos exoplanetas alrededor de enanas blancas podrían conservar una parte de sus atmósferas y, en algunos casos, seguir existiendo durante largos períodos de tiempo.
¿Podría surgir nueva vida tras la muerte del Sol?
Aunque la vida tal como la conocemos en la Tierra desaparecerá mucho antes de que el Sol se convierta en una enana blanca, algunos investigadores han sugerido que hay posibilidades de que surjan nuevas formas de vida en las zonas más alejadas del Sistema Solar.
Durante sus últimos momentos, el Sol podría calentar cuerpos celestes lejanos como Plutón o cuerpos del cinturón de Kuiper, haciendo posible la existencia de condiciones que podrían albergar vida en formas todavía desconocidas para nosotros.
Un ejemplo de esto es que algunos estudios han demostrado que planetas alrededor de enanas blancas pueden ofrecer condiciones estables durante miles de millones de años, lo que podría permitir la aparición de formas de vida completamente nuevas en otros lugares del Sistema Solar.
Aunque el fin del Sol será un evento devastador para la Tierra, el universo no se detiene. De hecho, algunos científicos piensan que en el futuro, otras formas de vida o civilizaciones podrían surgir a partir de los restos estelares, siguiendo un ciclo interminable en la evolución del cosmos.