
En las jornadas en Madrid con ANPIER numerosos expertos internacionales analizaron el modelo energético europeo del futuro y el papel de las energías renovables, en especial la fotovoltaica.
Entre las conclusiones a las que se llegaron, se estima que la generación fotovoltaica se va a multiplicar por diez y esto va a suponer el diez por ciento de la generación total de energía en el mundo para el año 2030. Además, se espera que para ese año existan más de 100 millones de pequeños productores de energía renovable, marcando un hito en la transición energética global. Para 2050, la energía fotovoltaica podría alcanzar hasta el 50% de la generación total del planeta, principalmente debido al auge del autoconsumo combinado con almacenamiento eficiente.
La inversión en energías renovables: clave para el futuro de España
Otro de los datos clave mencionados en las jornadas fue que España gasta diariamente unos 158 millones de euros en importar combustibles fósiles, una cantidad que podría reducirse significativamente con una transición hacia energías limpias. Este gasto anual asciende a 45.000 millones de euros, lo que representa una carga financiera importante para el país.
Las energías renovables, entre ellas la solar y la eólica, son vistas como las únicas soluciones viables para establecer un modelo energético económicamente sostenible y ambientalmente responsable. Diversos estudios, incluido uno de Greenpeace, estiman que en 2030, una familia española podría ahorrar en torno a 406 euros anuales si adoptara un sistema basado en energías renovables.
En esta misma línea, Teresa Rivera, directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI), destacó que «es necesario que se produzca una transición energética en España, gobierne quien gobierne». Un modelo que ya ha sido implementado con éxito en países como Uruguay, que ha centrado su estrategia de desarrollo en energías renovables con un horizonte en el año 2030. Esto demuestra que la voluntad política es fundamental para este tipo de transformaciones.
El autoconsumo y almacenamiento: el futuro energético de los hogares
Teresa Rivera también resaltó la importancia del autoconsumo. En Nueva York, por ejemplo, ya existen más de 150.000 instalaciones de autoconsumo, mientras que en Australia se espera que más del 50% de los hogares opten por sistemas de autoconsumo con almacenamiento en los próximos años. Esto generará una reducción significativa en la dependencia de energías fósiles y permitirá un acceso más flexible a la energía.
De cara a 2030, se espera que la mitad de la generación energética mundial provenga de energías renovables, en particular de la energía fotovoltaica. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe ‘Renovables 2024’, la energía solar fotovoltaica representará el 80% del crecimiento de la capacidad renovable mundial hasta esa fecha. Esto implicará la adición de más de 5.500 gigavatios (GW) de nueva capacidad entre 2024 y 2030, un crecimiento casi tres veces mayor que el experimentado entre 2017 y 2023.
China y su liderazgo en renovables
China se posiciona como el país que más está invirtiendo en energías renovables, siendo responsable de casi el 60% de toda la capacidad renovable instalada en el mundo hasta el año 2030, lo que lo convertirá en líder indiscutible en la transición hacia un modelo energético sostenible. De acuerdo con la AIE, se espera que China albergue casi la mitad de la capacidad total de energía renovable para finales de la década, frente a un tercio en 2010.
Oportunidades y desafíos hacia 2030
Pese al crecimiento acelerado de las energías renovables, la Agencia Internacional de la Energía enfatiza que este progreso no está completamente alineado con los objetivos planteados en la COP28, celebrada en Dubái en 2023, donde se buscaba triplicar la capacidad mundial de energías renovables para el año 2030. Sin embargo, el informe de la AIE muestra optimismo, señalando que alcanzar ese objetivo aún es posible si los gobiernos implementan acciones a corto plazo para agilizar los procesos y apoyar más el despliegue de nuevas tecnologías renovables.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, recalcó que “las energías renovables están avanzando más rápido de lo que los gobiernos nacionales pueden fijar objetivos, y no solo por razones ambientales, sino porque son ya la opción más económica para agregar capacidad energética en casi todos los países». En este mismo sentido, para el año 2030, las renovables se espera que cubran más del 46% de la demanda mundial de electricidad, con la energía solar y la eólica a la cabeza.
Pese a estas cifras, queda el importante reto de optimizar el almacenamiento energético y la flexibilidad de las redes eléctricas, para maximizar la eficiencia de las fuentes renovables. Birol advirtió que será crucial invertir en capacidad de almacenamiento, como baterías de alta eficiencia que permitan regular mejor la intermitencia de las energías solar y eólica.
Es necesario también que los gobiernos se esfuercen en diversificar la producción y reducir la dependencia de un solo mercado. Por ejemplo, se estima que la capacidad de fabricación de energía solar fotovoltaica en India y Estados Unidos se triplicará para 2030, aunque producir en esos países sigue siendo significativamente más caro que en China.
Todo esto sugiere que el futuro de la energía fotovoltaica y demás renovables es prometedor, pero para lograr el éxito será necesario un esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas y ciudadanos, asegurando que esta evolución sea sostenible no solo ambientalmente, sino también económicamente.