Según los datos difundidos por la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), el despliegue de la solar ha acelerado su contribución al sistema eléctrico. La producción anual roza los 44.520 GWh, multiplicando por cinco la generación de hace una década y situándose ya como segunda fuente del mix nacional.
Un récord respaldado por datos
El informe anual de UNEF cuantifica un aumento interanual de alrededor del 20% en emisiones evitadas, cifra que equivale a retirar unos 8,5 millones de coches de las carreteras durante todo un año, una referencia fácil de visualizar sobre el impacto real del sector.
Este avance está en línea con las alertas climáticas internacionales: la ONU recuerda que los combustibles fósiles concentran más del 75% de los gases de efecto invernadero y cerca del 90% del CO2 global. La fotovoltaica se consolida así como una solución madura y de alto impacto para recortar emisiones de manera sostenida.
Peso en el sistema y efecto en precios
La tecnología solar ya es la renovable con mayor potencia instalada del país y ocupa una posición central en la cobertura de la demanda. En el día a día del mercado, su generación desplaza a opciones fósiles más caras y emisoras, lo que repercute en precios mayoristas más competitivos cuando hay abundancia de sol.
La mejora en costes de módulos, inversores y obra, sumada al recurso solar privilegiado de España, explica que la fotovoltaica se haya convertido en una de las fuentes más económicas. Cuanto mayor es su presencia en el mix, más se nota su efecto moderador en el precio de la energía.
Beneficios ambientales y uso eficiente del agua
Durante su operación, la solar no emite gases de efecto invernadero y apenas requiere agua, una ventaja clave en un país con sequías recurrentes. Estos atributos refuerzan su papel como tecnología vertebral de la transición energética.
Además, la energía invertida en fabricar un panel se compensa en pocos meses gracias a la producción limpia posterior. Con más de dos décadas de vida útil, el balance ambiental del ciclo completo es favorable y sin impacto climático directo durante su funcionamiento.
Territorio, agrovoltaica y apoyo público
La ocupación de suelo asociada a la fotovoltaica es acotada. De cumplirse los objetivos del PNIEC, no superaría el 0,4% del terreno agroganadero, un porcentaje que permite compatibilizar la actividad energética con el desarrollo rural.
La agrovoltaica avanza como solución que combina cultivos y placas en el mismo espacio, mejorando rendimientos y resiliencia frente al calor. En esta línea, su elegibilidad para ayudas de la PAC despeja barreras y facilita proyectos que integran producción agraria y energética.
Integración ambiental y biodiversidad
Con gestiones adecuadas —sin herbicidas, menos tránsito de maquinaria y fomento de cubiertas vegetales—, los parques solares pueden convertirse en refugios para aves, polinizadores y pequeña fauna. Son frecuentes medidas como nidales, charcas o corredores que conectan hábitats, y el pastoreo con ovejas para mantenimiento de la vegetación.
Evaluaciones realizadas por administraciones autonómicas y estudios como el IV Informe de Sostenibilidad de EMAT apuntan efectos positivos cuando se aplican buenas prácticas. La evidencia disponible sugiere que la fotovoltaica puede mejorar las condiciones ecológicas a escala local si el diseño y la operación se alinean con la conservación.
Calidad, almacenamiento y operación 24/7
UNEF impulsa el Sello de Excelencia en Sostenibilidad, una certificación que reconoce proyectos con criterios ambientales, sociales y de gobernanza bien integrados, favoreciendo la aceptación social y la calidad técnica.
La asociación extenderá este enfoque al almacenamiento con un sello específico, dado que las baterías son clave para aprovechar mejor la generación solar y desplazarla a otras horas. El tándem solar + almacenamiento permite aumentar la cobertura renovable y reducir la dependencia de combustibles fósiles en momentos punta.
Mirada europea y próximos pasos
Con más horas de sol que otros países de referencia industrial, España tiene margen para consolidar su liderazgo en renovables y aportar estabilidad al sistema eléctrico europeo. La competitividad tecnológica y el recurso solar siguen siendo palancas esenciales para acelerar el despliegue.
Desde el sector se insiste en que la fotovoltaica ofrece una respuesta estructural al desafío climático, combinando reducción de emisiones, actividad económica y seguridad de suministro. Cada megavatio instalado fortalece la descarbonización y mejora la posición de España en la transición energética europea.
El nuevo récord de CO2 evitado confirma que la fotovoltaica ya no es marginal: recorta emisiones a gran escala, abarata la energía y cuida el territorio con un uso eficiente del agua, baja ocupación del suelo y un despliegue sometido a estándares de sostenibilidad más exigentes.
