Una empresa francesa ha puesto a punto unas células fotovoltaicas instaladas en las velas de un barco y capaces de proporcionar 1 kW. Primer ensayo a escala natural sobre un velero de la ruta del Ron. Resistieron la prueba. Un barco eléctrico con velas ya ha sido equipado.
“Para las células fotovoltaicas, la técnica del silicio está agotada. No se podrá hacer mayores progresos. Otras vías son prometedoras hoy en día, como el CIGS. Esto es lo que utilizamos para conseguir un soporte flexible y delgado, de 65 micrones. Conseguimos 125 g/m. Se trata de un fular de seda. Tras encapsularlas, las células pesan 210 g/m”. Así habla Alain Janet, que dirige la joven empresa Solar Cloth System, pero también UK Sailmakers.
Con la técnica llamada de encapsulación utilizada para la realización de velas en poliéster, estas películas fotovoltaicas han podido ser integradas en el tejido. Es posible también realizar “patches” para fijar sobre las velas existentes, lo que permite utilizarlas mojadas.
Estas células CIGS tienen la ventaja de captar la luz en diferentes direcciones, lo que es importante para unos soportes no siempre orientados con relación al sol, como es el caso de una vela y que permite recuperar también el reflejo de la superficie del agua. Con un rendimiento de 12 a 14%, 5 metros en 16 paneles sobre cada cara de la vela, conducen a una potencia de 1 kW, según Alain Janet.