Para el año 2018, la energía solar se posicionó como una opción económicamente viable para ofrecer suministro energético a grandes ciudades. Según proyecciones, para el 2040, la mitad de toda la electricidad estaría siendo generada localmente en el mismo lugar donde se consume, marcando un importante progreso en la transición energética. Esta tendencia anticipa el fin de la dependencia del carbón como fuente principal de generación eléctrica, especialmente en países como Australia.
El impacto de la energía solar en Queensland
Un reporte reciente de The Guardian destacó cómo, por primera vez en la historia, el precio de la electricidad en Queensland descendió a negativo durante la mitad del día. Esto ocurrió en un entorno donde el precio medio por megavatio suele situarse entre 40-50 dólares. La caída del precio en Queensland se debió principalmente a la irrupción de la energía solar, sobre todo por la capacidad instalada de más de 350.000 edificios con paneles solares, aportando 1.100 MW de electricidad al sistema durante las horas de mayor demanda.
Normalmente, los precios bajos de energía se registran de madrugada, cuando la demanda es menor. Sin embargo, la energía solar desafió este patrón, reduciendo los precios al mediodía cuando normalmente los generadores de carbón tendrían mayores beneficios. Esto provocó que muchos generadores de carbón no lograran obtener ganancias significativas en todo el año.
Según el primer ministro Tony Abbot, Australia ha sido considerada como una tierra de energía barata, gracias a su abundancia en carbón. No obstante, la verdadera problemática está en los altos costes de distribución y los impuestos sobre la energía. Esto ha incentivado a los australianos a optar cada vez más por soluciones de autoabastecimiento como los paneles solares.
Proyecciones de adopción de la energía solar en Australia
El coste de instalación de paneles solares, junto a los beneficios del autoabastecimiento, ha llevado a que se proyecte un crecimiento exponencial en la adopción de esta tecnología. Para los años 2023 y 2024, se espera que el 90% de los negocios y el 75% de las viviendas en Australia estén equipadas con paneles solares. Esta tendencia estará acompañada de sistemas de almacenamiento (baterías), lo que permitirá a los usuarios residenciales almacenar energía y evitar pérdidas por los excedentes no aprovechados.
El acceso ilimitado a la instalación de paneles solares, junto con la disponibilidad de baterías de almacenamiento, permite a los consumidores considerar la posibilidad de desconectarse definitivamente de la red eléctrica. En áreas remotas, donde los costes de distribución eléctrica son elevados, esta solución es especialmente viable. Incluso en grandes ciudades, esta transición está siendo vista como económicamente posible, anticipándose para un futuro a corto plazo.
El reto de la posible sobreoferta de energía solar
A pesar de los avances, el crecimiento masivo de la energía solar también plantea desafíos. Uno de los principales problemas es el riesgo de sobrecarga en la red durante momentos de baja demanda, algo que, según la Agencia de Mercado Energético Australiano (AEMO), podría desestabilizar el sistema. Un ejemplo claro de esto se vivió en el estado de Victoria, donde, en un día soleado de fin de semana del 2024, la producción de paneles solares en los tejados tuvo un incremento masivo, reduciendo la demanda de la red a niveles peligrosamente bajos.
Para evitar desajustes en la red, AEMO implementó varias medidas de emergencia como la desconexión temporal de paneles solares y la limitación del vertido de excedentes. Además, se notificó a los propietarios de baterías que las mantuvieran vacías para absorber el exceso de energía solar.
Aunque este tipo de situaciones representan un reto, también muestran la necesidad de avanzar en la gestión inteligente del excedente energético y en la adaptación de la infraestructura de la red para hacer frente a la creciente penetración de las energías renovables.
Uno de los principales problemas de la energía solar es que su producción es intermitente y no coincide siempre con los picos de demanda. Por ello, se requiere de un sistema de generación flexible y almacenamiento capaz de aprovechar los excesos en momentos de baja demanda y liberarlos cuando la demanda sea más alta. La instalación de baterías a gran escala, tanto a nivel residencial como industrial, es una de las soluciones planteadas.
Con la acelerada adopción de energías renovables en Australia, se espera que en el futuro cercano la producción solar cubra hasta el 70% de las necesidades eléctricas del país, en días de mayor radiación solar. Esto convertiría a Australia en un referente mundial en energía limpia, y lo alejaría de su dependencia histórica del carbón.
El rápido crecimiento de la energía solar en tejados y la inversión en grandes parques solares posicionan a Australia en un destino clave para la expansión de las renovables. Sin embargo, será crucial continuar optimizando su red eléctrica para manejar el creciente volumen de energía solar e implementar de manera más eficiente las soluciones de almacenamiento que permitan una mayor flexibilidad del sistema eléctrico.