La deforestación es uno de los grandes problemas ambientales que acarrea un aumento del efecto invernadero y, por lo tanto, una mayor temperatura media del planeta. Parte de las grandes cantidades de CO2 emitidas a escala global son absorbidas durante el proceso de la fotosíntesis por las plantas y árboles. Sin embargo, el Amazonas, conocido como el pulmón del planeta, se está talando y está desapareciendo.
En estos días se está celebrando la Cumbre del Clima de Bonn (COP23) y en él se han hablando de las propuestas para darle cuerpo al Acuerdo de París. Además, se han abordado temas como la deforestación de las Áreas Amazónicas Protegidas y su impacto. ¿Qué panorama tiene el Amazonas con la tala indiscriminada de árboles?
Reducción de la deforestación
En las reuniones celebradas de la COP23 se han abordado temas de deforestación del Amazonas. Se afirma que en este mes de julio la tasa de deforestación del Amazonas es un 28% menor que la que había en agosto de 2016 y el segundo menor desde 1997.
Estas cifras se han dado gracias a los datos del Programa de Monitoreo Satelital de la Deforestación en el Amazonas (Prodes). Desde que el Plan de Acción para la Prevención y Combate de la Deforestación en el Amazonas Legal se puso en marcha en 2004, la deforestación se ha reducido en un 76 %, según este estudio.
Acciones para reducir impactos
Estas prácticas y acciones que se están llevando a cabo son efectivas, puesto que se está reduciendo la cantidad de árboles que se talan. Lo fundamental que tiene el Amazonas es generar una economía verde y no esa tala indiscriminada. En este contexto, se han anunciado dos acuerdos de cooperación financiera con sendos países europeos para contribuir a mejorar la preservación del medioambiente en su territorio.
Reino Unido ha firmado un acuerdo para aportar 70 millones de euros para programas forestales y Alemania ofrecerá 61 millones de euros para el Fondo Amazonas.