La Comisión Europea ha presentado una propuesta para poder cambiar la legislación sobre energías renovables y autoconsumo y de esta forma, conseguir alcanzar los objetivos climáticos impuestos por el Acuerdo de París. Esta reforma trata de cambiar la legislación vigente sobre las energías renovables, también favorece el autoconsumo de los particulares, simplifica todas las gestiones administrativas de este tipo de sector y además, refuerza la eficiencia energética de los edificios.
Esta reforma en la legislación por parte de la Comisión Europea se pretende realizar en el periodo 2020-2030. Las ventajas que tiene, a parte de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, es el de generar 900.000 empleos contribuyendo así a la inyección de 190.000 millones de euros a la economía europea. El único “problema” es que esta creación de empleo y esta propuesta energética requieren de una inversión anual de unos 379.000 millones de euros.
Paquete de invierno
Esta reforma ha sido denominada como “paquete de invierno” y trata de mejorar las inversiones en energías renovales ante las eventuales crisis, reorganizando así los mercados de energía eléctrica. De esta forma, se puede colocar al consumidor en el centro de la nueva estrategia para poder adquirir nuevas pautas de autoconsumo. Entre esas pautas de autoconsumo entran el poder elegir mejor a sus proveedores de energía, acceder a comparadores de precios energéticos más fiables y a poder producir su propia energía de manera más fácil y accesible.
En Bruselas se está animando poco a poco a todos los particulares a que generen su propia energía. Pero ya no sólo estamos hablando de generar tu propia energía, sino de almacenarla, consumirla (evidentemente) e incluso de vender tu energía sobrante con el objetivo de poder abaratar la factura eléctrica en los hogares. Siempre fomentando el uso de energías renovables para evitar contribuir a la contaminación y al aumento de la temperatura media global (objetivo del Acuerdo de París).
El objetivo para el 2030
Uno de los mayores problemas que existen en el mundo de las energías renovables y el autoconsumo son los llamados “mecanismos de capacidad”, esto es, las plantas de generación de energía convencional están “pendientes” de que no haya apagones en la red cuando las energías renovables no pueden aprovisionarla de electricidad. Se tiene esa idea de que las plantas de energía convencional se aprovechen de esta situación para que se conviertan en subsidios indirectos a las energías fósiles, como temen las organizaciones ecologistas.
El objetivo de este paquete legislativo es poder alcanzar al menos un 27% de la energía que se consuma en la Unión Europea, sea proveniente de fuentes renovables. Esto persigue estar en línea con los objetivos impuestos con el Acuerdo de París y de esta forma, poder frenar los efectos devastadores del cambio climático que exigen también en ese horizonte una reducción del 40 % de las emisiones contaminantes (respecto a 1990) y un incremento mínimo del 27 % de la eficiencia energética.
La ventaja de este paquete legislativo es que los consumidores de energías renovables de la UE tendrán mejor elección de proveedores y un acceso más fiable a los comparadores de precios energéticos. Además, lo más destacable es que cada consumidor podrá producir su propia energía y consumirla o venderla.
Por otro lado, también se pretende lanza una iniciativa que impulse a la mejora de la eficiencia energética en los edificios que consumen el 40% del total de la energía utilizada en la UE. Bruselas ha elevado del 27 al 30 % su objetivo en ese ámbito para 2030 para acelerar la renovación de los edificios y su adaptación a las nuevas tecnologías, al tiempo que incrementará los estándares de eficiencia de los electrodomésticos y aparatos vendidos en la UE.
También se tomarán medidas para incrementar el uso de las energías renovables para poder calentar o enfriar los hogares, mejorando la eficiencia energética y provocando que cada hogar se pueda ahorrar de media al año unos 500 euros.
Por último la Comisión Europea ha presentado este paquete legislativo como una “revolución total” ante el escenario energético europeo. Sin embargo, las organizaciones ecologistas consideran que reduce las ambiciones medioambientales que prometía la UE.