La autonomía ha sido el gran caballo de batalla del coche eléctrico desde sus inicios, condicionando la decisión de numerosos compradores y marcando la pauta para fabricantes que buscan destacar en un mercado cada vez más competitivo. Los avances en baterías y eficiencia, junto con nuevos modelos que superan ya los 700 km reales por carga, están cambiando el escenario y, además, la próxima generación de baterías promete romper aún más esa barrera.
En los últimos años, marcas tradicionales y tecnológicas han invertido enormes recursos en I+D para mejorar la autonomía de sus coches eléctricos. El resultado es un abanico creciente de vehículos capaces de realizar viajes largos sin excesiva preocupación por las recargas. Sin embargo, la mirada está puesta en el horizonte: la llegada de las baterías de estado sólido podría suponer un salto radical en autonomía, velocidad de carga y seguridad.
La autonomía real actual: más allá de los 700 km

En el mercado europeo ya existen modelos que alcanzan autonomías teóricas de 700, 800 y hasta 900 km según el ciclo WLTP, aunque la cifra real puede verse reducida por condiciones de uso, velocidad o clima. El Lucid Air Grand Touring lidera el ranking con 960 km homologados, seguido de berlinas premium como el Mercedes EQS (821 km) o el Tesla Model S (723 km), todos ellos destinados a perfiles que priorizan el máximo rango y promueven el avance tecnológico en beneficio de toda la industria.
No obstante, la autonomía ya no es exclusiva de la gama alta. Modelos como el Tesla Model 3, Volkswagen ID.7, Mercedes CLA o el Volvo ES90 ofrecen entre 500 y 700 km reales a precios más asequibles, lo que amplía enormemente las posibilidades para quienes buscan un coche eléctrico capaz de viajar sin restricciones importantes.
Esta tendencia se consolida con SUVs y berlinas de marcas generalistas y premium que apuestan por baterías de mayor capacidad y optimización del consumo, sumando tecnologías de carga rápida que permiten recuperar varios cientos de kilómetros en menos de media hora.
Baterías de estado sólido: la revolución que asoma

El siguiente gran salto llegará de la mano de las baterías de estado sólido. Empresas como Xiaomi, Nissan, Toyota, CATL, BYD o Mercedes-Benz están inmersas en el desarrollo de esta tecnología, que promete ventajas notables frente a las actuales baterías líquidas: más autonomía, mayor seguridad, carga ultrarrápida y mejor aprovechamiento del espacio. En teoría, un coche eléctrico con batería de estado sólido podría superar los 1.000 km e incluso acercarse a los 1.200 km por carga en los próximos años.
Xiaomi ha sido protagonista reciente por el anuncio y patente de una nueva generación de baterías de estado sólido. Las especificaciones filtradas hablan de una estructura de electrodos por capas que mejora la conductividad iónica y la densidad energética, permitiendo autonomías potenciales de hasta 1.200 km y recargas de 800 km en solo diez minutos. Estos avances podrían marcar una diferencia clara en el mercado global, especialmente si logran adaptar la producción en masa a corto plazo.
Otros fabricantes, como Nissan, han confirmado que lanzarán coches equipados con baterías de estado sólido a partir de 2028, asegurando que la tecnología duplicará la densidad energética y reducirá drásticamente los tiempos de recarga. En paralelo, CATL y BYD trabajan ya en baterías de estado condensado o semisólidas, esperando que la introducción en masa se produzca en torno a 2027-2030. Marcas tradicionales como Toyota o Chery también prevén vehículos de más de 1.500 km de autonomía según los datos facilitados por sus propios desarrollos.
Comparativa de autonomía y avances en el segmento generalista

En el segmento de acceso, modelos como el Dongfeng Box muestran cómo incluso en coches compactos la eficiencia y las prestaciones han mejorado significativamente en pocos años. El Nissan Leaf, en su última versión, alcanza ya los 604 km de autonomía con batería de 75 kWh. Además, incorpora funciones avanzadas como V2L y V2G, que permiten cargar dispositivos externos o devolver energía a la red eléctrica, demostrando que la innovación no se centra únicamente en el rango, sino en la versatilidad y conectividad del vehículo.
Incluso en modelos más económicos y urbanos, la autonomía ha aumentado notablemente, haciendo que sea menos una limitación en el día a día. El mercado español, por ejemplo, cuenta con una oferta en constante crecimiento de coches eléctricos capaces de recorrer largas distancias con una sola carga, desde los 300 km en ciclo real hasta superar los 800 km en versiones premium.
Perspectivas, retos y dudas frecuentes sobre la autonomía
La llegada de las baterías de estado sólido plantea retos: desde la dificultad del proceso industrial y el coste, hasta la fiabilidad, estabilidad y conductividad de materiales avanzados. Aún quedan años de pruebas y desarrollo antes de que estas baterías estén plenamente consolidadas en la oferta comercial masiva. Mientras tanto, los fabricantes continúan mejorando las baterías de litio y exploran tecnologías alternativas como las baterías de sodio.
En este contexto, emergen dudas y mitos sobre la autonomía de los coches eléctricos y la vida útil de sus baterías. La mayoría de los fabricantes ofrece garantías que cubren pérdidas de capacidad inferiores al 25% durante al menos ocho años o 160.000 kilómetros. Además, se desmienten riesgos elevados de incendios en estos vehículos, si bien los protocolos de extinción difieren de los de los coches de combustión. También se aclara que el mantenimiento suele ser más sencillo y económico, y que, gracias a la posibilidad de recargar en casa, el ahorro a largo plazo puede justificar la inversión inicial.
Finalmente, la inversión en infraestructura de carga rápida y la innovación tecnológica continuarán permitiendo que los desplazamientos largos sean cada vez más comunes, con menores tiempos de recarga y una autonomía que se acerca a la de los vehículos térmicos tradicionales.
La autonomía en los coches eléctricos sigue siendo uno de los mayores argumentos de venta y un foco clave en el desarrollo tecnológico. Con la consolidación de las baterías de estado sólido como referencia, la oferta actual ya responde a numerosas necesidades, acercando la movilidad eléctrica a un público más amplio. La evolución constante hará que pronto la barrera de los 1.000 km sea una realidad habitual, acompañada de recargas exprés y mejoras en la experiencia de usuario.
