Una de las plantas grasas o suculentas no cactáceas más recomendadas para personas que no tienen mucha experiencia es el Kalanchoe. Se trata de una planta de bajo mantenimiento, ideal para quienes se están iniciando en la jardinería. Existen numerosas especies de Kalanchoe, cada una con características que las distinguen, como el color de sus hojas o su morfología. La mayoría de las especies de Kalanchoe se utilizan con fines decorativos, siendo perfectas para adornar tanto interiores como exteriores iluminados.
En este artículo, te brindaremos toda la información sobre las características, cuidados y usos del Kalanchoe.
Origen y características
El Kalanchoe es originario de regiones cálidas y se encuentra mayormente en África y Madagascar. El género Kalanchoe está compuesto por alrededor de 125 especies de plantas perennes, tanto herbáceas como arbustivas.
Una característica común entre estas plantas es su capacidad para almacenar agua en sus hojas, lo que les permite sobrevivir en condiciones de sequía. Las hojas son carnosas, de color verde medio a oscuro, y están cubiertas por una capa similar a la cera. Sus flores, que pueden ser rojas, rosas, blancas, amarillas o púrpuras, aparecen en invierno o primavera, y aunque muy vistosas, carecen de aroma.
Una distinción notable de algunas especies de Kalanchoe es su capacidad para generar hijuelos en los bordes de sus hojas, pequeñas réplicas de la planta madre que caen al suelo adquiriendo raíces, comenzando así su desarrollo. Esto proporciona una forma eficaz de multiplicación.
Cuidados del Kalanchoe
El Kalanchoe es una planta fácil de cuidar, perfecta tanto para interiores como para exteriores. Aquí te indicamos sus cuidados básicos:
- Ubicación: Es una planta que prefiere lugares soleados o muy luminosos, aunque algunas especies pueden tolerar la semisombra.
- Riego: El riego debe ser limitado. En verano puedes regarla de una a dos veces por semana; durante el invierno, basta con un riego cada 15 días.
- Abono: Durante la primavera y el verano, es recomendable aplicar fertilizante para cactus o plantas suculentas siguiendo las instrucciones del producto.
- Suelo: Necesita un suelo con buen drenaje para evitar que las raíces se pudran. Puedes mezclar arena con sustrato para mejorar este aspecto.
- Temperatura: El Kalanchoe es sensible a las temperaturas bajas. Lo ideal es que esté en un lugar donde las temperaturas oscilen entre 16 y 21 grados Celsius.
Multiplicación del Kalanchoe
Existen varias formas de multiplicar un Kalanchoe: mediante semillas, esquejes o hijuelos. A continuación, detallamos cómo hacerlo:
- Semillas: Se siembran en primavera o verano en un semillero con vermiculita. Deben regarse ligeramente hasta que germinen, generalmente en un mes.
- Esquejes: En primavera o verano, corta un esqueje y plántalo en una maceta o directamente en el jardín. Tardará pocas semanas en enraizar.
- Hijuelos: Si optas por los hijuelos, sepáralos de la planta madre cuando hayan desarrollado raíces y plántalos en macetas pequeñas con sustrato universal.
Plagas y enfermedades del Kalanchoe
El Kalanchoe es bastante resistente, sin embargo, es susceptible a ciertas plagas, en particular caracoles y babosas. Para combatirlas, puedes aplicar tierra de diatomeas alrededor de la planta, lo que mantendrá alejados a estos invasores.
Usos del Kalanchoe
El Kalanchoe tiene dos principales funciones: ornamental y medicinal. En cuanto a su uso ornamental, es muy apreciada por sus vistosas hojas y flores. Se utiliza tanto en interior como en exterior, y su resistencia a la sequía la hace ideal para quienes buscan una planta de fácil mantenimiento.
Uso medicinal: Algunas especies de Kalanchoe, como el Kalanchoe daigremontiana, son reconocidas en la medicina tradicional por sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Las hojas pueden usarse en compresas (para aplicación externa) o consumirse en infusiones para tratar dolores musculares, reumatismos y problemas digestivos. Se dice que también puede contribuir a mejorar problemas respiratorios o la fiebre.
Tipos de Kalanchoe más conocidos
Existen muchas variedades de Kalanchoe, algunas muy conocidas por sus características únicas. Aquí te mencionamos algunos de los más populares:
- Kalanchoe blossfediana: El más popular en el mercado, destaca por sus flores de vivos colores.
- Kalanchoe daigremontiana: Conocido como el Kalanchoe del diablo, sus hojas crean hijuelos en los bordes.
- Kalanchoe tomentosa: Tiene hojas con una fina pelusa aterciopelada, dándole una apariencia muy atractiva para la decoración.
- Kalanchoe beharensis: Conocido como oreja de elefante, puede crecer hasta 6 metros de altura.
Florecimiento del Kalanchoe
El Kalanchoe florece generalmente a finales de invierno o principios de primavera, aunque aquellos en viveros pueden florecer en cualquier época del año, ya que las condiciones de luz son controladas. Sus flores pueden durar semanas, y su floración puede repetirse anualmente.
Para promover una nueva floración, al finalizar la temporada de flores, es recomendable recortar los tallos y darle un descanso a la planta reduciendo la luz y el riego por un corto periodo.
El Kalanchoe es una planta versátil y resistente que no solo es decorativa, sino que también tiene propiedades medicinales. Con el cuidado adecuado, esta planta puede embellecer tu hogar durante todo el año y ofrecerte múltiples beneficios adicionales.