Renfe e Iberdrola han cerrado uno de los acuerdos más relevantes de los últimos tiempos para el suministro de energía limpia en España. Ambas compañías han firmado un contrato a largo plazo que permitirá a la operadora ferroviaria cubrir parte de sus necesidades energéticas mediante electricidad procedente exclusivamente de parques eólicos.
En un contexto cada vez más orientado hacia la reducción de la huella de carbono y la búsqueda de alternativas energéticas sostenibles, este pacto supone un hito en el sector del transporte y la generación renovable en el país. El suministro estará en vigor hasta 2035, con un precio fijo durante toda la vigencia del acuerdo, lo que aporta certidumbre y estabilidad frente a la volatilidad del mercado eléctrico.
Detalles clave del acuerdo firmado entre Renfe e Iberdrola
El contrato contempla la entrega de 3.700 gigavatios hora (GWh) de energía eólica a lo largo de una década, es decir, unos 370 GWh al año, procedentes de instalaciones que sumarán una potencia cercana a los 190 megavatios (MW). Este volumen es equivalente al consumo anual de cientos de miles de hogares y permitirá que los trenes de Renfe mantengan su posición como uno de los medios de transporte más eficientes y sostenibles del país.
Ambas empresas han suscrito un PPA financiero (Power Purchase Agreement), una modalidad que garantiza la compraventa de electricidad renovable a un precio acordado y durante un periodo prolongado. Esto se traduce en un doble beneficio: Renfe asegura costes energéticos predecibles y, al mismo tiempo, impulsa la integración de energías limpias en el mix eléctrico nacional.
Según los datos comunicados, la energía suministrada bajo este acuerdo evitará más de 2 millones de toneladas de CO2 en emisiones anuales en España. Esta cifra refuerza el impacto medioambiental positivo de la iniciativa y sitúa a Renfe e Iberdrola en una posición de liderazgo en la apuesta por la descarbonización del transporte ferroviario.
Implicaciones para Renfe: estabilidad y sostenibilidad en costes energéticos
Uno de los grandes retos para las empresas con alto consumo eléctrico es la gestión de la volatilidad de los precios de la energía. Este acuerdo con Iberdrola permite a Renfe sortear ese obstáculo, asegurando para los próximos 10 años un suministro a precio fijo y previsible. Desde la operadora, destacan que así se minimizan las alteraciones en los resultados derivados de fluctuaciones en el mercado energético, un escenario que venía generando incertidumbre en la compañía.
Además, la contratación de energía eólica contribuye a los objetivos de Renfe en materia de sostenibilidad. Gracias a medidas como esta, la empresa ha reducido su huella de carbono por unidad transportada en más del 90%, superando ampliamente las metas de reducción de emisiones fijadas en los compromisos nacionales e internacionales para 2030.
La directora general Económico-Financiera de Renfe, Marta Torralvo, ha subrayado la importancia de este tipo de contratos dentro de la hoja de ruta energética del grupo. Asegura que «la estabilización del precio de la energía y el impulso a las renovables son claves para la gestión eficiente y responsable de la compañía».
El papel de Iberdrola como líder en energías renovables y acuerdos PPA
Iberdrola cuenta con una dilatada experiencia internacional en la firma y gestión de PPAs, tanto en eólica terrestre como marina y solar. La energética española ha consolidado su liderazgo en el mercado europeo de contratos a largo plazo para suministro de electricidad renovable, como destaca el último informe Pexapark Renewables Market Outlook 2025, que reconoce que en 2024 contrató 1.251 MW bajo esta fórmula, un 38% más que en 2023.
La compañía mantiene acuerdos similares con grandes empresas tecnológicas y del sector industrial a escala mundial, incluyendo nombres como Amazon, Bayer, BP, Telefónica, Microsoft, Meta, Mercedes-Benz y Vodafone, entre otros. Según fuentes de Iberdrola, «estos contratos son esenciales para acelerar la electrificación de la industria y del transporte, y para que los clientes puedan planificar sus costes energéticos a largo plazo».
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha indicado que la colaboración con Renfe impulsa la electrificación sin emisiones en el transporte, un sector responsable de más de un tercio de la demanda energética en España.
Impacto medioambiental y referencia para el sector
El acuerdo Renfe-Iberdrola se presenta como ejemplo de cómo los grandes consumidores pueden contribuir a la transición ecológica apoyando nuevos desarrollos de energías renovables y, al mismo tiempo, beneficiarse de la reducción de riesgos asociados a la volatilidad de los precios eléctricos.
Los trenes de Renfe ya destacan actualmente por su bajo consumo energético por pasajero y kilómetro, llegando a cifras muy competitivas en comparación con otros medios de transporte, como el coche privado o el avión. De hecho, la compañía estima que su huella de carbono es entre 20 y 30 veces menor que la de estos otros sistemas de movilidad.
Mediante acuerdos a largo plazo como el PPA firmado con Iberdrola, Renfe se posiciona como un actor clave en la descarbonización del transporte, encajando con los planes estatales y europeos de lucha contra el cambio climático y fomento de un modelo energético más sostenible.
La alianza también refuerza la competitividad de la tecnología eólica terrestre dentro del mix energético español y favorece la inversión continua en nuevos parques eólicos, impulsando así la economía verde y la innovación en el sector.
La apuesta conjunta de Renfe e Iberdrola por la energía eólica constituye un paso significativo hacia la estabilidad, la eficiencia y la sostenibilidad en el transporte ferroviario y el sistema energético nacional, y anticipa nuevas colaboraciones que ayuden a avanzar en la transición ecológica.