Este interrogante era también una preocupación de países, empresas y de la población en general teniendo en cuenta el consumo actual y el futuro hasta hace algunos años. Pero la ciencia ha respondido con un rotundo sí: existe suficiente energía para abastecer las necesidades de toda la población.
La energía no es un recurso escaso como otros, ya que hay diversas fuentes renovables y limpias con una provisión casi inagotable. Las posibilidades que ofrecen las energías renovables, como la solar, la eólica y la geotérmica, permiten cubrir la mayor parte de las necesidades energéticas del mundo sin recurrir a fuentes contaminantes o finitas.
La energía solar: una fuente inagotable
Algunos datos refuerzan esta afirmación, como que el sol irradia 170.000 teravatios/hora de energía, lo que equivale a 2850 veces las necesidades actuales de toda la población del planeta. La energía solar es una de las más prometedoras en cuanto a capacidad de producir electricidad en grandes cantidades, y es una de las energías renovables más disponibles en casi todas las partes del mundo.
Los avances tecnológicos han permitido que los costes de instalación de paneles solares hayan disminuido drásticamente en los últimos años, facilitando el acceso a esta tecnología a millones de hogares y empresas. Esto ha impulsado que cada vez más personas adopten esta fuente de energía limpia. Tan solo en 2023, las energías renovables representaron el 87% de la nueva capacidad eléctrica instalada en todo el mundo, con la energía solar y eólica a la cabeza.
Un dato interesante es que cada hora, el sol entrega a la Tierra suficiente energía para satisfacer el consumo mundial durante un año completo. Sin embargo, parte de este potencial aún no se aprovecha debido a la falta de capacidad de almacenamiento adecuada.
La energía eólica y eólica marina: un potencial inmenso
La energía eólica, tanto la terrestre como la marina, es otra de las soluciones renovables más prometedoras para el futuro energético. Se estima que el potencial de la energía eólica puede producir hasta 40 veces más electricidad de la que consumimos actualmente en todo el mundo. Esto la convierte en una opción clave para cubrir la demanda energética en las próximas décadas.
Un avance reciente en este campo ha sido la expansión de la energía eólica marina, que aprovecha los vientos más constantes y fuertes que se generan en los océanos. Países como Dinamarca y el Reino Unido han desarrollado grandes parques eólicos marinos, que ya están contribuyendo de manera significativa a la producción de electricidad limpia. En 2023 fue el primer año en que la energía eólica generó más electricidad que el gas en la Unión Europea, marcando un hito en la transición energética.
Geotermia: energía desde el interior de la Tierra
Otra fuente de energía de gran potencial es la energía geotérmica, que aprovecha el calor almacenado debajo de la superficie terrestre. Esta fuente de energía es especialmente confiable, ya que no depende de las condiciones climáticas externas como el viento o el sol. Países como Islandia han logrado cubrir prácticamente toda su demanda eléctrica a partir de energía geotérmica, gracias a la abundancia de fuentes de calor subterráneas.
Si bien esta tecnología está limitada a áreas geológicamente activas, sigue siendo una opción interesante para reducir la dependencia de combustibles fósiles. Además, los avances en la perforación y gestión de recursos geotérmicos podrían expandir su alcance a nuevas ubicaciones en el futuro.
La importancia de las energías renovables para reducir el CO2
A medida que el mundo avanza hacia la transición energética, es esencial destacar los beneficios medioambientales que las energías renovables aportan. Al disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, las energías limpias permiten reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático de manera efectiva. En 2023, las energías renovables ya ayudaron a evitar millones de toneladas de CO2 en todo el mundo, demostrando su capacidad para mitigar el impacto ambiental.
El Acuerdo de París ha sido un hito en la lucha contra el cambio climático. Uno de sus principales objetivos es limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Para cumplir con este compromiso, muchos países deberán acelerar la implementación de energías renovables y abandonar el uso de combustibles fósiles antes de 2050.
Recursos energéticos: acceso y distribución equitativa
Aunque los recursos energéticos del planeta son vastos, uno de los principales desafíos sigue siendo la distribución equitativa. Las naciones más avanzadas ya disfrutan de un acceso creciente a las energías renovables, como se puede ver en países como Noruega, que ha logrado que más del 90% de su electricidad provenga de fuentes limpias. Sin embargo, en muchas regiones en vías de desarrollo, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía debido a la falta de inversión y acceso a infraestructuras adecuadas.
A lo largo de los próximos años, será fundamental mejorar la infraestructura de distribución energética para asegurar que todas las personas tengan acceso a energía limpia y barata. Este proceso es vital no solo desde una perspectiva ambiental, sino también social, ya que millones de personas aún carecen de acceso a electricidad básica en algunas regiones.
El aumento en la capacidad de almacenamiento y la flexibilidad en las redes eléctricas serán factores clave para asegurar una distribución eficiente de la energía. Solo a través de una planificación integrada y una mejora en las infraestructuras de transmisión y almacenamiento será posible aprovechar todo el potencial de las energías renovables.
El futuro de la energía: un desafío global
La transformación energética es uno de los retos más importantes que enfrenta la humanidad. Cambiar la forma en que gestionamos y distribuimos los recursos energéticos es tan crucial como asegurar que estas tecnologías estén disponibles de manera equitativa para todos los países. Gracias al avance de las tecnologías renovables, estamos más cerca que nunca de un futuro libre de combustibles fósiles.
Países como Costa Rica y Uruguay han liderado el camino en esta transición, demostrando que es posible cubrir prácticamente todas las necesidades energéticas únicamente con energías renovables. Sin embargo, para que esto ocurra a nivel mundial, es necesario seguir invirtiendo en la mejora de infraestructuras y en el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento de energía.
A pesar de los desafíos que todavía existen, la energía solar, la eólica y otras fuentes limpias no solo son viables, sino que se han convertido en una alternativa económica cada vez más competitiva frente a los combustibles fósiles. De hecho, en muchas partes del mundo, ya resulta más barato producir electricidad con energías renovables que con fuentes tradicionales.
En definitiva, estamos en un momento crucial para el futuro de nuestra sociedad. La adopción masiva de energías renovables nos permitirá no solo reducir nuestras emisiones de CO2, sino que también garantizará un futuro energético sostenible, accesible y equitativo para las futuras generaciones.