Wang Enlin: El granjero que estudió leyes durante 16 años para derrotar a una empresa química

  • Wang Enlin estudió leyes por 16 años para denunciar a una empresa estatal.
  • Los vertidos de Qihua Group contaminaron tierras y agua de su aldea.
  • El Tribunal falló a favor de Wang y los habitantes, otorgando una compensación de 120.000 dólares.

Wang Enlin

Hay historias que, por su naturaleza, logran capturar la atención de todos y parece que bien podrían convertirse en una película. Una historia de lucha contra la adversidad en la que una sola persona se convierte en un moderno David luchando contra un gigante Goliat corporativo. La historia de Wang Enlin, un humilde granjero chino, es una de esas epopeyas.

Enlin, que apenas había recibido tres años de educación básica en su juventud, pasó 16 años estudiando leyes por su cuenta para demandar a una poderosa empresa química estatal, Qihua Group, a quien acusó de contaminar sus tierras. Este esfuerzo titánico no solo lo benefició a él, sino también a sus vecinos, cuyas tierras habían sido afectadas por los vertidos químicos. Lo increíble de esta historia es que, a pesar de su falta de recursos y educación formal, Wang Enlin ganó la primera instancia del juicio contra la corporación.

La lucha de un granjero autodidacta

Wang Enlin es un hombre oriundo del pueblo de Yushutun, ubicado en las afueras de Qiqihar, en la provincia de Heilongjiang, China. Su travesía jurídica comenzó en 2001, cuando su tierra se vio gravemente afectada por vertidos tóxicos de la empresa química Qihua Group. Como muchos otros habitantes de su aldea, Wang dependía de la agricultura para subsistir. Sin embargo, todo cambió cuando, en la víspera del Año Nuevo Lunar, su hogar y campos fueron inundados por residuos tóxicos provenientes de la cercana factoría de cloruro de polivinilo propiedad de Qihua.

El impacto ambiental fue devastador. Según un documento del gobierno chino de 2001, las tierras contaminadas no se consideraban aptas para el cultivo debido a la severa contaminación. A pesar de eso, la empresa Qihua continuó vertiendo entre 15,000 y 20,000 toneladas de residuos químicos cada año hasta el 2016.

Wang decidió que iba a luchar por sus derechos y los de sus vecinos. Sin embargo, se enfrentó a una barrera importante: no tenía ni idea de cómo proceder legalmente. Como en muchos otros casos en China y en el resto del mundo, las reclamaciones por contaminación requerían pruebas y un entendimiento detallado de las leyes medioambientales. Fue, entonces, cuando Wang tomó la decisión que cambiaría su vida: se dedicó a estudiar derecho por su cuenta.

Una ardua epopeya legal

Granjero contra una empresa

Sin el dinero para comprar libros o acceder a una educación formal, Wang comenzó a visitar diariamente una librería local donde copiaba a mano libros de leyes, a cambio de sacos de maíz como forma de pago. Este ciclo se repitió durante años, acumulando valiosos conocimientos que, aunque de manera autodidacta y sin guías que le ayudaran, le permitieron entender qué leyes la empresa Qihua podría haber infringido.

Durante los años siguientes, Wang compiló evidencias de los daños provocados por los vertidos, además de reunir a sus vecinos en una demanda colectiva contra la empresa. No fue hasta 2007 que su causa atrajo la atención de una firma de abogados especializada en casos de contaminación que ofreció asistencia legal gratuita. Sin embargo, a pesar de este apoyo, la tramitación del caso se detuvo por casi ocho años, hasta que, en 2015, el proceso finalmente llegó a los tribunales.

Gracias a los datos y pruebas que Wang reunió durante una década y media, el Tribunal de Distrito de Quqihar falló a favor de los aldeanos de Yushutun, obligando a Qihua a pagar una compensación económica colectiva de 96,000 libras esterlinas, equivalentes a aproximadamente 120,000 dólares. Esta victoria en la primera instancia fue un duro golpe para la empresa, cuyo valor superaba los 233 millones de libras esterlinas.

Sin embargo, Qihua no aceptó la derrota y presentó una apelación, mostrando que la batalla legal era aún una maratón sin final asegurado. No obstante, Wang Enlin dejó claro que no se rendiría hasta asegurar justicia plena para él y sus vecinos.

El impacto social y medioambiental de los vertidos

La situación en Yushutun es un reflejo de la creciente problemática medioambiental que enfrenta China, un país que ha experimentado un rápido crecimiento industrial. La contaminación de los suelos agrícolas y las fuentes de agua es un problema que afecta a cientos de aldeas similares a Yushutun, donde la gente depende de la agricultura para su sustento.

El caso de Qihua Group es particularmente alarmante, ya que era una empresa estatal dedicada a la producción de cloruro de polivinilo, una sustancia ampliamente utilizada en la fabricación de plásticos. Los vertidos tóxicos no solo contaminaron las tierras de cultivo, sino que también llegaron a las fuentes de agua potable, lo que planteaba enormes riesgos para la salud de los habitantes de la región.

Los estudios realizados en China han demostrado que la exposición prolongada a ciertos químicos industriales, como los compuestos derivados del cloruro de vinilo, puede causar problemas de salud graves, incluyendo cáncer, desórdenes respiratorios, y enfermedades de la piel.

Casos similares alrededor del mundo

Granjero lucha por sus derechos

Este no es un caso aislado. En el mundo, ha habido situaciones similares, como las luchas de granjeros y ciudadanos contra grandes empresas químicas que han contaminado sus tierras y sistemas de agua. Un caso notable es el del abogado estadounidense Robert Bilott, quien desenmascaró la contaminación mundial con PFOA y otros químicos tóxicos por parte de DuPont.

Bilott pasó más de 20 años defendiendo a miles de afectados por la contaminación de aguas en Virginia Occidental, Estados Unidos. Similar a Wang Enlin, se enfrentó a una corporación gigantesca y logró importantes victorias judiciales. Estos casos destacan la importancia de la persistencia y la lucha por la justicia medioambiental a pesar de los enormes obstáculos legales y financieros que enfrentan las comunidades afectadas.

Estos casos, como el de Bilott o el de Wang, muestran que, aunque enfrentarse a una corporación multinacional puede parecer imposible, la justicia puede prevalecer si se persevera. Las historias también subrayan la importancia de sistemas legales fuertes y el acceso a la justicia para las comunidades marginadas.

El camino hacia la justicia

La historia de Wang Enlin está lejos de terminar. Aunque ha logrado importantes avances, sigue habiendo desafíos. La apelación de Qihua Group podría prolongar el caso por años, y la incertidumbre sobre cuánto se debe pagar realmente a los aldeanos añade una capa extra de dificultad a la situación.

Sin embargo, la historia de Enlin es una poderosa lección de perseverancia. En el momento en que decidió que se haría cargo de su propio caso, se embarcó en una cruzada personal que no solo cambiaría su vida, sino también la de muchos aldeanos en su misma situación. Es un recordatorio de que, a veces, la ley puede ser una herramienta poderosa cuando está en manos de aquellos que buscan justicia, incluso cuando todo parece estar en su contra.

A lo largo de la historia, han existido innumerables ejemplos de personas comunes que han logrado grandes cambios a través de su determinación y sacrificio. Wang Enlin es uno de esos ejemplos, y su historia continúa siendo un símbolo de lucha por los derechos humanos y la protección del medio ambiente en un mundo cada vez más industrializado.

La lucha de David contra Goliat sigue presente en nuestros tiempos, y Wang Enlin es un claro ejemplo de cómo una persona puede, con coraje, conocimiento y determinación, mover montañas y enfrentarse a las grandes corporaciones que, a menudo, parecen estar por encima de la ley.


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      María Sabelli Couñago dijo

    96.000 es un pequeño vuelto, pero algo es algo…