Europa termina por llevar a cabo sus amenazas: ha infligido medidas severas a tres Estados que no cumplían con los compromisos para acabar con la pesca ilegal: Belice, Camboya y Guinea. Estos tres países no podrán, exportar pescado a la Unión Europea, mientras que los barcos europeos tampoco tendrán derecho de pescar en sus aguas territoriales.
Es la primera vez, desde que se votó el reglamento de pesca en aguas profundas en 2008, que Europa actúa de esta forma, llevando a cabo unas sanciones efectivas. El mercado comunitario es uno de los principales del mundo, y las amenazas de Bruselas han tenido sus consecuencias.
Estas decisiones son históricas, y demuestran que la Unión Europea es ejemplo en la lucha contra la pesca ilegal. Los ciudadanos europeos deben saber que el pescado que consumen está pescado de manera sostenible, independientemente de su origen.
Belice, Camboya y Guinea no se han dejado sorprender: su suspensión responde a un largo proceso de advertencias por parte de la Comisión. A parte de esto, se advierte que el diálogo no está roto, y que las sanciones podrían levantarse si estos Estados consienten a hacer esfuerzos para combatir la pesca ilegal.