Futuro de las energías renovables en España: un resurgimiento inevitable

  • El 40% de la generación eléctrica en España ya proviene de fuentes renovables.
  • La caída de los precios de la tecnología ha reactivado el crecimiento en el sector.
  • Se espera que España descarbonice la generación eléctrica para 2050.

Una revolución limpia está recorriendo el mundo. Las principales potencias han decidido abrazar las tecnologías renovables para generar electricidad, movidas por la caída de los costes de producción de energías limpias. Entre 2013 y 2015, la potencia eólica instalada creció más de un 20% en Europa, un 36% en Asia y un 24% en Norteamérica. España, sin embargo, miraba hacia otro lado. En ese mismo periodo, aquí solo creció un 0,07%, el equivalente a instalar apenas siete aerogeneradores en dos años. Del mismo modo, la potencia solar fotovoltaica creció más de un 15% en Europa, un 58% en Asia y un 52% en Norteamérica durante los mismos años. En España, esta energía apenas aumentó un desolador 0,3%.

La gran pregunta es: ¿por qué España, que hace una década era líder mundial en renovables, lleva años en un parón? El país sufrió una gran “indigestión” por varios motivos: un gran volumen de energías renovables instaladas cuando la tecnología aún no estaba madura, una crisis económica que redujo drásticamente la demanda de electricidad y un sistema sobrecapacitado, con más potencia instalada de la que se necesitaba. Además, este sistema dependía de costosas centrales de combustibles fósiles. Tras más de cinco años de parón, el país se enfrenta al desafío de cumplir sus compromisos europeos.

Inicios de las renovables en España

Fernando Monera, un pionero de las energías renovables en España, recuerda vívidamente los inicios de este sector. En 1976, llegó a Barajas con una placa solar bajo el brazo, el primer panel fotovoltaico que entró en España. Desde entonces, Monera ha sido parte activa del desarrollo de la energía solar en el país, instalando placas en viviendas aisladas, especialmente en zonas rurales no conectadas a la red eléctrica.

En 1986, el Gobierno aprobó el primer plan de energías renovables del país, pero serían los 90s la década del verdadero impulso de tecnologías eólicas y solares. Aunque ya había experiencias puntuales, como la energía hidroeléctrica, la eólica y la solar fotovoltaica no tuvieron un desarrollo masivo hasta mediados de los 90.

Solar

El auge del sector renovable

El cambio llegó a comienzos de los 2000. En el sector eólico, empresas como Gamesa impulsaron la instalación de parques eólicos, consolidando a España como un referente mundial. Entre 1998 y 1999, se instalaron miles de megavatios eólicos, impulsando un crecimiento ordenado del sector.

En contraste, la fotovoltaica sufrió un desarrollo brusco. Entre 2007 y 2008, la potencia solar fotovoltaica instalada pasó de 637 MW a más de 3.355 MW. Este crecimiento explosivo se debió a políticas del gobierno del PSOE que ofrecieron primas excesivas para incentivar la instalación de granjas solares. Sin embargo, este crecimiento descontrolado resultó insostenible a largo plazo, ya que la tecnología no estaba aún suficientemente desarrollada para competir sin subsidios.

Eólica

El estancamiento y las dificultades

Este crecimiento desmedido de las renovables tuvo consecuencias negativas. La combinación de la crisis económica global, el desplome de la demanda eléctrica y la sobreproducción generó una sobrecapacitación en el sistema eléctrico español. Esta situación fue especialmente perjudicial para plantas de ciclos combinados que, aunque menos contaminantes que las térmicas de carbón, nunca llegaron a operar a plena capacidad.

Además, las primas excesivas generaron un déficit tarifario que alcanzó los 23.000 millones de euros. En 2012, el Gobierno del PP decidió frenar el crecimiento descontrolado de las energías renovables, provocando una pérdida significativa de empleos. Las plantas fotovoltaicas vieron sus ingresos reducidos entre un 15% y un 55%, y muchas acabaron siendo entregadas a bancos que las habían financiado.

El futuro de las renovables en España

A pesar de los reveses sufridos, el sector de las renovables en España está resurgiendo. Con un 40% de la generación eléctrica actual proveniente de fuentes limpias, incluidos la hidroeléctrica y la eólica, España tiene un futuro prometedor en la transición energética. El país se ha comprometido con la Unión Europea a descarbonizar su generación eléctrica para 2050.

Este resurgimiento se debe, en parte, a la bajada de los costes de las tecnologías renovables. Por ejemplo, los costes de fabricación de aerogeneradores han caído un 60% en la última década, lo que ha permitido la reactivación de las subastas de renovables, con proyectos que no requieren primas.

energía eólica

Además, industrias como la energía fotovoltaica han evolucionado hacia nuevas soluciones, como el autoconsumo. Esta modalidad permite a los ciudadanos generar su propia electricidad y verter los excedentes a la red. A pesar de la resistencia inicial del gobierno, debido a normativas restrictivas como el “impuesto al sol”, se espera un crecimiento constante del autoconsumo en los próximos años.

Impacto económico y social del sector

El sector de las energías renovables no solo es relevante desde una perspectiva medioambiental, sino que también tiene un impacto económico significativo. Según datos recientes, el sector emplea actualmente a más de 22.000 personas y se espera que esta cifra aumente a medida que se desarrollen más proyectos renovables.

El sector industrial, en particular, podría beneficiarse notablemente de la disminución de los precios de la electricidad. Países como Dinamarca y Suecia ya demuestran que una transición completa hacia las energías renovables no solo es posible, sino rentable. Con una adecuada planificación y optimización de recursos como el hidrógeno verde y las baterías de almacenamiento, España podría convertirse en un referente mundial en la transición energética.

España tiene la oportunidad de utilizar sus ventajas competitivas, como su alto potencial en recursos renovables, para atraer inversiones y fomentar un crecimiento económico sostenible. Sin embargo, será crucial superar ciertos desafíos. La modernización de la infraestructura eléctrica, la mejora en los sistemas de almacenamiento y la optimización de las redes de energía son clave para garantizar un suministro eficiente y evitar las pérdidas por vertidos.

La transición hacia un futuro 100% renovable también depende de la inversión extranjera y la colaboración con otros países europeos. El refuerzo de las conexiones eléctricas con Francia ayudará a exportar energía cuando la demanda interna no sea suficiente.

energía solar futuro

El futuro de las energías renovables en España es esperanzador. Aunque el país ha pasado por momentos difíciles, con políticas que frenaron el desarrollo renovable, está retomando el camino hacia un modelo energético más limpio y sostenible. Será fundamental seguir fomentando las energías limpias, aprovechar el impulso empresarial y mejorar las infraestructuras para mantener la competitividad y garantizar un futuro energético renovable.


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