Las energías renovables son un pilar fundamental en la agenda energética de España y el mundo. Conforme avanzamos hacia un futuro más sostenible, la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático se vuelve imperativa. En este artículo, analizamos en profundidad los tipos de energías renovables, su importancia, y cómo España, en particular, se encuentra en una encrucijada en su camino para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
Según el informe “Un modelo energético sostenible para España en 2050”, que puedes ver pinchando aquí, presentado por Alberto Amores (socio de la firma de consultoría Deloitte) en AEE (Autoridad Energía Eléctrica), España es imposible que cumpla el Acuerdo de París para el año 2050 si no cambia la regulación actual sobre las renovables y las condiciones de mercado actuales. Este acuerdo, que busca reducir las emisiones para frenar el calentamiento global, se encuentra en peligro en España debido a diversos factores que detallaremos a lo largo de este análisis.
Para que España cumpla con el objetivo de reducir las emisiones en el 2050 entre un 80% y 90%, Deloitte cifra que las inversiones necesarias para conseguirlo giran en torno a los 330.000 y 385.000 millones de euros. De este total, una gran parte de estas inversiones, entre 185.000 y 251.000 millones de euros, corresponderían a las nuevas instalaciones de energías renovables. Estas cifras demuestran el desafío financiero y estructural que enfrenta el país.
El contexto de la energía renovable en España y el Acuerdo de París
El Acuerdo de París es un tratado internacional firmado por casi 200 países, cuyo objetivo principal es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 °C en comparación con los niveles preindustriales. Además, se busca aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y alinear los flujos financieros con los objetivos climáticos.
En este contexto, España se enfrenta a grandes retos para alcanzar los compromisos adquiridos en dicho acuerdo. Las energías renovables juegan un papel crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que son esenciales para sustituir los combustibles fósiles y reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, como se mencionó previamente, incluso alcanzando un 100% de cobertura con energías renovables, no se logra cumplir con un tercio de los requisitos del Acuerdo de París. Esto es un importante recordatorio de que, para cumplir con los objetivos globales, se requiere modificar también otros vectores energéticos y fomentar cambios profundos en la economía y la sociedad.
El desafío de la descarbonización
Alberto Amores, el consultor de Deloitte mencionado anteriormente, destaca que la descarbonización de la economía será uno de los principales desafíos para España en su camino hacia la sostenibilidad energética. En sus palabras, “El gran esfuerzo de descarbonización estará en los usos de la energía, lo que requiere un cambio estructural de la economía y del modo en que consumimos energía”. España necesita ir más allá de simplemente instalar más energía renovable; es necesario maximizar la eficiencia energética y transformar la forma en que se consume y se genera energía en todos los sectores de la economía, desde el transporte hasta la industria.
Este informe también señala que la electricidad debería convertirse en el vector energético dominante para el 2050. Esto implicaría una transición hacia la electrificación de sectores clave como el transporte, la industria pesada y el sector residencial. A largo plazo, esto significa modificar la infraestructura existente para soportar una economía basada principalmente en recursos renovables.
Energías renovables en España: Situación actual y perspectivas a 2030
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC 2021-2030) establece una hoja de ruta para descarbonizar la economía española en los próximos años y cumplir con los compromisos europeos adquiridos en el Acuerdo de París. Este plan prevé que para 2030, España debe tener una capacidad instalada de energías renovables de entre 80 y 89 GW, lo que implicaría un incremento del 280% respecto a los valores actuales. De cara a 2050, el objetivo es duplicar esa capacidad para alcanzar entre 161 y 216 GW.
Una de las metas fundamentales del PNIEC es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 23% para el año 2030 respecto a 1990. Para ello, será necesario expandir la generación renovable, particularmente la energía solar y la eólica, así como aumentar la inversión en tecnologías de almacenamiento de energía que permitan una mayor flexibilidad en la red eléctrica.
¿Se logrará cumplir con los objetivos?
A pesar de las dificultades y los desafíos que se han mencionado previamente, hay razones para el optimismo. Según el PNIEC, una vez que las inversiones necesarias se hayan completado y se haya incrementado la generación de energías renovables, el coste medio del suministro eléctrico en España podría reducirse en casi un 50%. De esta manera, se espera que en 2050 el precio por MWh se sitúe entre 65 y 75 €/MWh, en lugar de los 119 €/MWh actuales.
Además, la transición hacia un modelo energético basado en las energías limpias puede ser una oportunidad para crear empleo y modernizar la economía. Deloitte estima que el PIB de España podría incrementarse en más de 25.000 millones de euros anualmente si se implementan correctamente las estrategias de descarbonización. Asimismo, se espera la creación de 250.000 a 350.000 nuevos empleos netos para finales del período.
Medidas clave propuestas por Deloitte para una transición energética exitosa
En su informe, Deloitte resalta una serie de recomendaciones clave para garantizar una transición energética efectiva basada en energías renovables:
- Definición de objetivos legislativos vinculantes: Cada sector de la economía debe tener objetivos vinculantes específicos en términos de reducción de emisiones. Esto aseguraría que todas las áreas contribuyan de manera proporcionada al objetivo general de reducción de GEI.
- Desarrollar mecanismos fiscales efectivos: Crear señales de precio que reflejen el verdadero coste de las emisiones de carbono, fomentando así que las empresas y los individuos adopten tecnologías más limpias.
- Impulsar el coche eléctrico: Propiciar un cambio hacia el coche eléctrico e instalar infraestructuras de recarga en todo el país.
- Maximizar la eficiencia: Mejorar la eficiencia energética no solo en la industria y el transporte, sino también en el sector residencial y comercial, mediante el fomento del autoconsumo y la rehabilitación energética.
Mientras que cumplir con el Acuerdo de París y los objetivos energéticos de España será un reto significativo, el camino hacia la sostenibilidad está trazado. Es necesario un cambio estructural en la economía, las infraestructuras y las políticas públicas, pero los beneficios a largo plazo en términos de coste energético, creación de empleo y mitigación del cambio climático bien valen el esfuerzo.