La contaminación atmosférica sigue siendo uno de los problemas más graves en los países desarrollados, especialmente en ciudades con alta densidad de población y tráfico. En España, ciudades como Madrid y Barcelona muestran una calidad del aire que está lejos de ser saludable para sus habitantes, debido a la emisión de contaminantes, principalmente asociados al tráfico rodado y la actividad industrial.
Si bien, en el año 2016, se observó una ligera mejora en la calidad del aire en el conjunto de España, tal como reporta el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), ciudades como Granada, Valencia y, sorprendentemente, San Sebastián de la Gomera (Canarias), empezaron a registrar niveles preocupantes de contaminación por primera vez.
Calidad del aire en 2016
El informe de Evaluación de la Calidad del Aire de 2016 revela que, a pesar de los esfuerzos por reducir las emisiones de gases contaminantes, aún se produjeron superaciones de los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en particular en lo que respecta a dióxido de nitrógeno (NO2), un compuesto emitido principalmente por los vehículos motorizados.
Las zonas donde los niveles de NO2 rebasaron los límites saludables incluyen Madrid, Barcelona, el área metropolitana de Valencia y Granada. También es importante mencionar que Córdoba y Murcia, que en años anteriores registraron niveles elevados, lograron reducir significativamente las emisiones, lo que las mantiene fuera de la lista de ciudades afectadas. Esto es un claro indicativo de que los planes de reducción de la contaminación, cuando se aplican correctamente, pueden tener un impacto directo en la mejora del aire.
Según el informe, las concentraciones de contaminantes como las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5) también disminuyeron en comparación con el año anterior. Sin embargo, las áreas suburbanas y rurales continuaron viendo altos niveles de ozono troposférico (O3), un contaminante cuya presencia está ligada a la alta insolación y las emisiones de compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno.
Madrid y la mejora de la calidad del aire
Madrid ha sido una de las ciudades que más ha progresado en términos de calidad del aire en comparación con años anteriores. De acuerdo con los datos de 2016, las superaciones de los límites de NO2 fueron menores que en 2015. La implementación de restricciones para vehículos de alta antigüedad, así como la entrada en vigor de nuevos planes de gestión del tráfico, han sido determinantes en este avance.
Además, se ha notado una reducción en las partículas en suspensión. En este sentido, Madrid se ha beneficiado de la limitación de acceso a ciertos tipos de vehículos al centro urbano, lo que ha resultado en una disminución de las emisiones provenientes del tráfico. Esta mejora también puede atribuirse a condiciones meteorológicas más favorables para la dispersión de contaminantes.
- En 2016, las ciudades que superaron los límites legales de NO2 se redujeron en número, lo que demuestra el efecto beneficioso de las políticas medioambientales.
- Los niveles de partículas PM10 y PM2,5 también mejoraron, principalmente en áreas urbanas como Madrid y sus alrededores.
No obstante, aunque hay mejoras, Madrid sigue estando lejos de cumplir con los estándares de calidad del aire recomendados por la OMS. La ciudad, al igual que el resto del país, debe continuar con la implementación de medidas para reducir la contaminación.
Plan Nacional de Calidad del Aire: Plan AIRE 2013-2016
El Plan Nacional de Calidad del Aire y Protección de la Atmósfera (Plan AIRE 2013-2016) fue un importante marco de referencia para la mejora de la calidad del aire en España. Este plan contemplaba tanto medidas horizontales como sectoriales que afectaban a la industria, la construcción, el transporte y la agricultura.
Entre las medidas horizontales se destacaron aquellas dirigidas a mejorar la información a la ciudadanía, así como a fomentar la concienciación y la investigación sobre el impacto de la contaminación atmosférica. Las medidas sectoriales, por otro lado, atacaban directamente las fuentes más contaminantes en sectores clave como la industria y el transporte.
De acuerdo con los datos recogidos durante su implementación, el Plan AIRE tuvo un impacto positivo, especialmente en la reducción de emisiones en zonas urbanas densamente pobladas. Sin embargo, la expiración del plan en 2016 y la falta de una continuación inmediata han dejado algunos aspectos de la gestión de la calidad del aire sin una dirección clara. A pesar de esto, algunas comunidades autónomas han continuado implementando planes regionales.
Ozonotroposférico: Un reto aún pendiente
Aunque los niveles de ozono troposférico (O3) se mantuvieron estables en 2016 con respecto a años anteriores, sigue siendo uno de los contaminantes más extendidos y peligrosos para el Estado español. Este contaminante, asociado a condiciones meteorológicas como el calor y la radiación solar, afecta principalmente a zonas rurales y suburbanas.
En 2016, se observó una reducción en el número de áreas que superaron el nivel saludable, pasando de 46 en 2015 a 35, lo que indica una cierta mejora. A pesar de ello, la mayor parte de la población en estas zonas sigue estando expuesta a niveles peligrosos para la salud.
El ozono troposférico no solo afecta la salud humana, causando problemas respiratorios y exacerbando enfermedades crónicas, sino que también es perjudicial para los cultivos y los ecosistemas. Por ello, es necesario seguir trabajando en la reducción de las emisiones de precursores como los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles, que aumentan la formación de ozono bajo condiciones de alta insolación.
El informe de Ecologistas en Acción subraya que, aunque la calidad del aire ha mejorado en algunos aspectos, aún persiste la exposición de una gran parte de la población a niveles de contaminantes que superan las recomendaciones sanitarias, lo que representa un peligro considerable para la salud pública.
Mejora la calidad del aire en España, pero el reto sigue siendo reducir las emisiones que generan contaminación atmosférica en las grandes ciudades y en zonas rurales donde el ozono troposférico es un problema recurrente. Las acciones deben continuar, con un enfoque en la movilidad sostenible, la reducción del tráfico motorizado y la apuesta por energías más limpias.