España da un paso firme en la transición hacia un modelo energético más limpio gracias a la creación de siete valles del hidrógeno verde. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha resuelto la asignación de 1.223 millones de euros, respaldados por fondos NextGenEU, para potenciar estos clústeres industriales que se reparten entre Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia.
Estos proyectos buscan posicionar al país como uno de los referentes europeos en la producción y uso de hidrógeno renovable, una tecnología clave para descarbonizar sectores industriales y de transporte y para reducir la dependencia de los combustibles fósiles. La iniciativa se inserta en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y en el itinerario marcado por la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable.
Distribución y características de los valles del hidrógeno
Los siete valles agrupan un total de 2.292,8 megavatios (MW) de potencia de electrólisis, repartidos en hasta 12 instalaciones diferentes, ya que la normativa permite que un mismo clúster integre varios emplazamientos si no superan los 100 km entre sí. Se proyecta una producción anual de 269.142 toneladas de hidrógeno renovable y una movilización de inversiones cercana a 5.821 millones de euros.
En términos territoriales, Aragón recibe la mayor financiación con 322 millones de euros para dos proyectos —uno en colaboración con Cataluña—. Le siguen Andalucía (304 millones), Castilla y León (261 millones), Galicia (170 millones) y Cataluña (165 millones). España apuesta por el hidrógeno verde.
Una parte relevante de estas iniciativas se desarrolla en municipios considerados de reto demográfico, como Andorra en Teruel y las localidades leonesas de Cubillos del Sil y La Robla, favoreciendo así no solo la descarbonización sino también la revitalización de áreas rurales.
Tecnología aplicada y compromisos de consumo industrial
Uno de los requisitos indispensables fue superar el umbral de 100 MW de capacidad de electrólisis por proyecto, garantizando además que al menos el 60% de la producción tenga un comprador industrial asegurado. Predomina la tecnología de electrólisis alcalina entre las propuestas seleccionadas, aunque también se incorporan soluciones PEM.
Los proyectos más destacados no se limitan a la producción de hidrógeno verde. Incluyen instalaciones asociadas para la generación de energías renovables y procesos complementarios para la obtención de e-combustibles derivados como el eSAF (combustible sintético para aviación), e-metanol y amoniaco verde.
La resolución de ayudas reconoce especialmente la contribución de proyectos como Dhamma Energy en Cubillos del Sil, que será la primera planta nacional de eSAF y prevé producir 60.000 toneladas anuales de queroseno sostenible, así como la creación de miles de empleos directos e indirectos en la zona. La construcción de las plantas se prevé que comience antes de 2028 y situará a España en el grupo de países europeos capaces de suministrar combustibles sostenibles a la aviación.
Impacto económico, social y ambiental
Además de la viabilidad técnica y financiera, en la selección de los valles del hidrógeno se ha tenido en cuenta el impacto social y ambiental. Se valoran aspectos como la creación de empleo, la formación local, la igualdad de género, la diversificación económica y la reducción de emisiones de CO2.
En el caso de Castilla y León, por ejemplo, los proyectos de Cubillos del Sil y La Robla suman más de 260 millones en ayudas, con propuestas que no solo incluyen la producción y almacenamiento, sino también la transformación a combustibles como el e-metanol y su uso industrial en el sector químico y energético. En Andalucía, el valle impulsado por Moeve y Cepsa se centrará en la producción de amoniaco y combustibles sintéticos, apostando también por el empleo local y la transferencia de tecnología.
Este despliegue permitirá sustituir progresivamente el denominado “hidrógeno gris” —procedente de fuentes fósiles y aún muy presente en la industria nacional— por hidrógeno renovable, en un contexto donde España consume actualmente más de 500.000 toneladas al año de hidrógeno tradicional.