
La energía eólica ha sido reconocida a nivel mundial como una de las energías renovables más económicas y sostenibles que existen en la actualidad. No solo contribuye a la disminución de la dependencia de los combustibles fósiles, sino que también juega un papel crucial en los objetivos globales de reducción de emisiones de carbono.
En los últimos años, los Países Nórdicos han sido un modelo a seguir en la implementación a gran escala de energías renovables, en particular la energía eólica. Estos países han demostrado que es posible combinar energía limpia con crecimiento económico, y han establecido las bases para una futura independencia de los combustibles fósiles.
El auge de la energía eólica en los Países Nórdicos
La energía eólica es sin duda una de las principales fuentes de energía renovable en los Países Nórdicos. Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia han abrazado el viento como una fuente clave de electricidad, lo que les ha permitido reducir significativamente su dependencia de los combustibles fósiles.
En Dinamarca, por ejemplo, se espera que para 2020, la energía eólica suministre el 50% del consumo total de electricidad. En 2013, ya cubría el 33.4% del consumo. Este crecimiento es un claro indicador de cómo la energía eólica ha sido un éxito rotundo en el país.
La evolución de los precios y la competitividad de la energía eólica
Uno de los factores más importantes que ha impulsado la expansión de la energía eólica ha sido su competitividad en términos de costos. Los precios de la electricidad producida por energía eólica han disminuido considerablemente desde 2010. En Dinamarca, los precios se han reducido casi a la mitad, alcanzando alrededor de 30 euros por megavatio-hora.
Este descenso en los precios no solo ha hecho que la energía eólica sea más accesible, sino que también ha reducido la rentabilidad de las plantas de energía basadas en combustibles fósiles. A medida que las renovables ganan terreno, las plantas de carbón y gas en Dinamarca y Finlandia juegan un papel secundario, aportando únicamente durante los picos de demanda.
Impacto de la energía eólica en la región del Báltico
El avance de la energía eólica también ha tenido un impacto significativo en la región del Báltico. En Estonia, la empresa Eesti Energia ha visto cómo se reducen sus márgenes de beneficio debido a las importaciones baratas de energía desde los Países Nórdicos. De hecho, Lituania tiene planes de interconectarse con Suecia, lo que le permitirá reduzir su capacidad basada en gas en 900 MW para 2016.
Las energías renovables como motor de la economía
La transición hacia las energías renovables ha tenido múltiples beneficios para los países nórdicos. No solo han logrado una mayor autosuficiencia energética, sino que también han estimulado sus economías. En Noruega, el sector relacionado con las energías limpias ha contribuido significativamente a la economía, impulsado por el crecimiento de los vehículos eléctricos y el liderazgo en energía hidroeléctrica.
Suecia ha seguido un camino similar, utilizando sus recursos naturales para expandir su capacidad de energía renovable. En 2022, Suecia fue el mayor exportador de electricidad de Europa, con un crecimiento sobresaliente en energía eólica. Además, los proyectos de expansión de hidrógeno verde y electrolizadores están abriendo nuevas oportunidades para descarbonizar industrias clave como la siderurgia y el cemento.
Los retos que quedan por superar
Aunque los países nórdicos han avanzado notablemente en la adopción de energías renovables, también enfrentan desafíos importantes. En particular, la demanda de electricidad ha superado en ocasiones la oferta, lo que plantea la necesidad de seguir desarrollando infraestructuras de almacenamiento y captación de energía, como la captura de carbono y la energía eólica marina.
Dinamarca, Finlandia y Suecia están invirtiendo en nuevas tecnologías para afrontar estos retos, desde la expansión de parques eólicos en el Mar del Norte hasta la captura y almacenamiento de carbono (CCS) para mitigar las emisiones de la industria pesada.
Proyecciones futuras
Con la continua expansión de las energías renovables en la región, se espera que la capacidad instalada de energía eólica y solar alcance niveles récord para 2030. Suecia liderará con 30 GW adicionales de energía eólica terrestre, mientras que Finlandia y Dinamarca seguirán expandiendo tanto la energía solar como la eólica marina.
Este crecimiento no solo ayudará a los países nórdicos a cumplir con sus objetivos de neutralidad en carbono, sino que también consolidará su papel como proveedores cruciales de energía verde para el resto de Europa.
El éxito de los Países Nórdicos en la adopción de energías renovables es un claro ejemplo de cómo la voluntad política, unida a la innovación tecnológica, puede transformar un sistema energético en armonía con el medio ambiente.