En los últimos años en América Latina se han implementado diversas reformas energéticas para fomentar el desarrollo de energías renovables. Este impulso ha sido apoyado tanto por condiciones geográficas favorables como por políticas públicas que buscan diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
De todas las energías renovables, la que más ha crecido es la energía solar, colocándose como la alternativa más barata y accesible a nivel mundial. Esta tecnología no solo ha permitido una reducción de costos, sino que también ha facilitado la entrada de más proyectos de energía limpia en países que antes dependían de fuentes tradicionales.
El creciente impulso de energías renovables en América Latina
En América Latina, encontramos ejemplos exitosos de adopción de energías renovables. Un ejemplo emblemático es el programa PaZa la Corriente en Colombia, que ha permitido llevar electricidad a zonas afectadas por conflictos armados. Este programa ha demostrado cómo la energía renovable puede ser una solución sostenible para problemas históricos de acceso a la energía.
Otro país que destaca en la región es Chile. En 2012, Chile tenía apenas 5 MW de capacidad solar instalada; hoy en día, la cifra supera los 362 MW, con 873 MW más en construcción. Chile ha implementado una política agresiva de subastas energéticas que ha permitido la rápida expansión de proyectos solares y eólicos, colocándose como líder regional.
Chile: Liderazgo en energía solar y más allá
Chile ha cimentado su liderazgo en el campo de las renovables gracias a un marco normativo claro y a la inversión privada. Un informe de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) subraya que Chile lideró las instalaciones fotovoltaicas en 2014, aportando tres cuartas partes de la energía generada en toda América Latina ese año. Este crecimiento ha sido constante, lo que ha permitido que actualmente más del 50% de su matriz eléctrica se componga de energías limpias.
Chile también ha estado a la vanguardia en el hidrógeno verde, una tecnología emergente con el potencial de revolucionar el sector energético. En noviembre de 2020, el país lanzó la “Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde”, la cual aspira a convertir al país en un líder mundial en la exportación de este combustible limpio.
La inversión en energías renovables en Chile ha superado los 7.000 millones de dólares en los últimos siete años, abarcando proyectos solares, eólicos e incluso de energía hidroeléctrica pequeña y biomasa. Esta cifra se traduce en más de 80 proyectos aprobados y otros tantos en desarrollo, lo que consolida al país como líder indiscutible en la región.
Argentina: Rumbo a una matriz más limpia
Argentina, históricamente apática respecto a las energías renovables, ha empezado a cambiar. En Jujuy, por ejemplo, existe un pueblo que funciona al 100% con energía solar, lo cual ha demostrado el potencial de esta tecnología para cambiar la vida de comunidades enteras. La ambición del país es integrar un 8% de energías renovables en su matriz energética en los próximos años, una meta que cuenta con el respaldo de políticas gubernamentales.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos de Argentina es la falta de inversión en infraestructura, aunque organismos internacionales y entidades privadas han comenzado a interesarse en el desarrollo de proyectos solares y eólicos de gran escala en el país.
México: La mega planta solar Aura Solar I
El gran hito de México en los últimos años ha sido la inauguración de la planta solar Aura Solar I en Baja California Sur, la cual se construyó en solo siete meses. Hoy en día, la planta abastece a más de 130.000 hogares, evitando la emisión de 60 mil toneladas de CO2 cada año. Este tipo de proyectos son esenciales para el país, ya que permiten diversificar la generación de energía y reducir la dependencia de los hidrocarburos.
Sin embargo, a pesar de los avances, México ha enfrentado una serie de retos políticos y económicos que han frenado el crecimiento de las renovables. No obstante, la capacidad instalada en energía solar y eólica sigue siendo prometedora, con un crecimiento anual promedio del 12%.
Perú: Llevar energía a las zonas rurales
Perú ha apostado por la energía solar como la principal solución para dotar de electricidad a sus zonas rurales. El programa de instalación de paneles solares ha sido uno de los más ambiciosos de la región, con el objetivo de instalar 500 mil paneles solares que llevarán energía a cerca de 2,2 millones de personas.
Este esfuerzo se complementa con la ampliación de redes de distribución que conectan las áreas más aisladas del país, facilitando el acceso a energía limpia a una mayor parte de la población.
Otros países en el mapa de las renovables
Panamá, por ejemplo, ha lanzado licitaciones para la instalación de 66 MW de energía solar. De manera similar, Guatemala ha establecido plantas fotovoltaicas que actualmente generan 5 MW y están en camino de duplicar esta capacidad en los próximos años.
El Banco Alemán de Desarrollo ha sido una fuerza impulsora en El Salvador, proporcionando préstamos de hasta 30 millones de dólares para fomentar pequeñas empresas de energías renovables. El país ha firmado contratos por más de 250 millones de dólares para desarrollar una red de energía solar que permitirá cubrir la mayor parte de sus requerimientos eléctricos.
Honduras se destaca por ser el líder en energía solar en Centroamérica. Actualmente, el país posee una docena de plantas solares que generan una capacidad significativa para el suministro eléctrico, lo que le ha permitido posicionarse como una de las naciones más avanzadas en la adopción de energía limpia en la región.
América Latina se encuentra en una posición envidiable en cuanto al desarrollo de energías renovables, con países como Chile y México a la cabeza en términos de capacidad instalada. A su vez, otras naciones están avanzando rápidamente, impulsadas por una combinación de inversiones públicas y privadas. El crecimiento de la energía solar y eólica en particular promete reducir las emisiones de carbono y mejorar la seguridad energética.