Las energías renovables en España han visto fluctuaciones en su evolución, con subidas y bajadas en el consumo y la producción. En la actualidad, las energías renovables superan a otras fuentes, como la energía nuclear, las centrales de ciclo combinado y el carbón, en cuanto a generación eléctrica. Según la Red Eléctrica de España (REE), en 2017 las energías renovables generaron el 33,7% de toda la energía consumida. En este artículo profundizaremos en el panorama de las energías renovables en España, cómo funcionan y cuáles son las más utilizadas actualmente.
Más energías renovables en España
Aunque las energías renovables han ganado terreno en la península ibérica, el 17,4% de la energía consumida en España todavía proviene de las centrales térmicas de carbón, una fuente altamente contaminante. Sin embargo, aproximadamente uno de cada tres kilovatios hora se genera de manera limpia y autónoma.
Las energías renovables más utilizadas incluyen la solar, la eólica, la hidráulica y la biomasa. La energía solar y eólica son las que presentan un mayor crecimiento debido a los grandes recursos de sol y viento disponibles en España. Mientras que la energía hidráulica ha sido una fuente estable de generación, el uso de biomasa ha incrementado su uso en proyectos de calefacción como las estufas de pellets.
El panorama de las energías convencionales y sus altos costes
Las fuentes de energía convencional, como las centrales térmicas de carbón, gas natural y nucleares, siguen jugando un papel importante, pero con grandes costes asociados a la dependencia externa. Por ejemplo, España importa más del 50% de su uranio de países como Namibia o Níger, y cerca del 50% del gas natural de países como Argelia y Catar.
El déficit energético de España se ha visto agravado en los últimos años, debido al incremento en la importación de recursos como el petróleo y el gas, lo que ha costado al país más de 33 millones de euros en importaciones. España depende en gran medida de los precios internacionales, lo que genera una vulnerabilidad económica en el país. Además, en 2017 las importaciones energéticas crecieron un 18%, mientras que el déficit energético aumentó un 30,4%, alcanzando los 17 millones de euros.
Esta situación es particularmente preocupante dada la abundancia de recursos renovables en España que se están infrautilizando.
¿Qué hace España con la energía importada?
La energía importada es fundamental no solo para la generación de electricidad, sino también para alimentar la flota de vehículos que circulan por el país. España cuenta con más de 27 millones de vehículos en circulación, y el uso de petróleo es clave para su funcionamiento. Además, esta energía se utiliza para procesos industriales y para climatizar oficinas y hogares.
Sin embargo, tras un periodo de trece años de exportación neta de energía, en 2016 se inició un declive energético. Debido al parón que sufrieron las renovables bajo el gobierno de Mariano Rajoy, en 2017 España aumentó su dependencia energética en un 20% respecto al año anterior.
Oportunidad de las energías renovables
A pesar del aumento de la dependencia energética, España sigue siendo uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de renovables en Europa. Con un gran nivel de radiación solar y recursos eólicos, el país está en una situación privilegiada para aprovechar estas energías limpias.
El 33,7% de la energía consumida en 2017 provino de energías autóctonas y no contaminantes. En concreto, la energía eólica cubrió el 19,8% de las necesidades energéticas del país en 2018, mientras que la hidráulica generó el 13,7%. Estas cifras colocan a España como uno de los líderes en la producción de energía renovable en Europa.
El mix energético español
El mix energético en España para 2018 ha mostrado una tendencia favorable hacia las energías renovables, a pesar del parón de años anteriores. Mientras que la energía nuclear todavía representa el 21,4% de la generación eléctrica, las renovables han registrado un fuerte crecimiento. La energía eólica y la solar juegan un papel clave, con la eólica representando casi el 20% de la generación total en 2018.
Adicionalmente, otras tecnologías como la biomasa y la termosolar han ganado importancia, aunque en menor proporción. De hecho, se espera que en los próximos años España aumente considerablemente su capacidad instalada de energías renovables, con más de 8.000 megavatios de potencia renovable en proyecto para despliegue antes de finales de 2019, lo que permitirá reducir aún más la dependencia de los combustibles fósiles.
Hoy en día, el 61,4% de toda la energía generada en España proviene de tecnologías que no emiten dióxido de carbono, un dato clave para avanzar hacia la descarbonización de la economía y cumplir con los objetivos climáticos.
Con el impulso adecuado, España tiene una gran ventana de oportunidades para aumentar su autonomía energética y convertirse en un referente en la transición energética en Europa.