La sociedad sigue discutiendo sobre si es acertado no apostar fuerte por las energías renovables (energía solar, eólica entre otras). Las tecnologías energéticas, especialmente las energías renovables, están adelantando a los gobiernos de medio mundo y van camino de convertir este debate en algo totalmente desfasado.
La energía solar, que durante los últimos años se ha abaratado de forma notable, se ha convertido en una de las fuentes de energía más competitivas. De hecho, en muchos mercados, ya es más barata que cualquier tipo de energía producida con carbón, petróleo o gas.
Aunque esto es un avance significativo, aún queda mucho camino por recorrer. Para que la energía solar se posicione como un líder definitivo en el mercado energético global, debe ser no solo ecológica, sino también más rentable a corto plazo frente a otras fuentes de energía más convencionales. Actualmente, en más de 50 países, la energía solar ya es la fuente más económica, superando incluso a los combustibles fósiles.
El horizonte energético a 20 años vista
Cuando hablamos de energía, un aspecto clave que muchas veces pasamos por alto al centrarnos en el precio por kilovatio hora es que no siempre este refleja el verdadero coste para la adopción de las energías renovables. En el contexto actual, donde las energías renovables no disponen de suficientes subvenciones, este precio no es suficiente para sostener los proyectos a largo plazo.
Los sistemas energéticos que requieren grandes inversiones se planifican con años, incluso décadas de antelación. Este es uno de los principales motivos por el que la adopción de las energías renovables ha sido lenta. Por ejemplo, una vez construida una central de carbón es inviable apagarla antes de su vida útil sin perder gran parte de la inversión inicial. Dado el peso de los lobbies energéticos tradicionales, tomar decisiones para cerrar estas plantas es aún más difícil.
Analizando desde un enfoque más amplio, cuando observamos el mercado energético y su evolución, lo más importante no es el coste por kilovatio hora, sino cuánto cuesta poner en marcha dicha energía desde cero y la rentabilidad que genera en el corto y medio plazo. Las decisiones de inversión tanto de los empresarios como de los gobiernos suelen estar condicionadas por estos factores, priorizando energías que requieren inversiones iniciales más accesibles.
La energía solar: lista para competir con cualquiera
Según varios informes de agencias internacionales, la energía solar no subvencionada ya empieza a superar en competitividad al carbón y al gas natural. Este es particularmente el caso en muchos mercados emergentes, donde los nuevos proyectos solares ofrecen costes más bajos que los proyectos eólicos.
En casi sesenta mercados emergentes, el precio promedio de las instalaciones solares ha caído significativamente, situándose en 1.650.000 dólares por megavatio, por debajo del coste de la energía eólica. Estos mercados son clave, ya que representan un importante incremento en las emisiones de CO2. Si logran adoptar la energía solar de manera masiva, las emisiones globales podrían verse reducidas drásticamente.
A medida que la tecnología solar se abarata y se vuelve más eficiente, las infraestructuras necesarias para su adopción también se simplifican. Esto hace que la energía solar sea una opción más atractiva para países con menos infraestructura energética.
Estos avances permitirán que cada vez más países emergentes adopten energía solar como su principal fuente de electricidad, generando electricidad a precios competitivos y de manera totalmente renovable.
Comparación de precios: energía solar frente al carbón
Durante los últimos años, hemos sido testigos de una verdadera carrera entre las diferentes energías renovables y las fuentes convencionales, en la que la energía solar ha establecido nuevos récords de precios bajos prácticamente cada mes. El cambio ha sido especialmente visible en países como la India, donde las subastas de contratos para generar electricidad han logrado precios de 64 dólares por megavatio/hora, un nivel que ya era notablemente bajo.
Sin embargo, la verdadera revolución en precios llegó en Chile en agosto de ese mismo año cuando se firmó un acuerdo para producir electricidad solar por tan solo 29 dólares por megavatio/hora, un precio casi un 50% más bajo que el que ofrece el carbón.
Estos hitos son solo una muestra de cómo, a pesar de la falta de subvenciones, la energía solar sigue siendo cada vez más competitiva en comparación con las energías tradicionales, que año tras año se encarecen.
Nuevo récord en Dubái: energía termosolar
La Autoridad de Electricidad y Agua de Dubái (Dewa) ha fijado un nuevo récord en el precio de la energía generada por tecnología solar concentrada. En la subasta para la cuarta fase del parque solar Mohammed bin Rashid Al Maktoum, la oferta más baja fue de 9,45 centavos de dólar por kWh, superando en un 40% el récord anterior.
Este avance no solo demuestra el potencial de las energías renovables en países con altos índices de radiación solar, sino que también confirma que la energía solar concentrada, con sus capacidades de almacenamiento de hasta 12 horas, puede ser considerada una solución viable para garantizar el suministro eléctrico incluso durante la noche.
Tras la finalización de su desarrollo, este complejo contará con 1.000 MW de energía termosolar, consolidando a Dubái como un líder en este tipo de energía innovadora.
El éxito de estos proyectos demuestra cómo la energía solar, junto con la eólica, ofrece ventajas económicas y ambientales que están cambiando el paradigma energético global. Además, estos precios, junto con la continua evolución de la tecnología, aseguran que las energías renovables se mantendrán en el frente competitivo.
Con el desarrollo continuo de tecnologías fotovoltaicas y solar concentrada, incluso en regiones como Europa con menos horas de sol, la energía solar ha demostrado su capacidad para competir a nivel mundial. A medida que los proyectos solares se despliegan a mayor escala, los precios seguirán disminuyendo, consolidando aún más su liderazgo en el mercado energético.