Avances y desafíos de los aviones eléctricos para vuelos cortos, como Madrid-Barcelona

  • La aviación eléctrica enfrenta desafíos como la densidad energética y motores potentes.
  • Empresas como Wright Electric y Airbus están liderando el cambio.
  • Rutas cortas como Madrid-Barcelona podrían ser operadas por aviones eléctricos.
Avión eléctrico

El coche no es el único que se sube al carro eléctrico. La aviación también apunta en esa dirección, hasta la comercial, aunque todavía queden unos cuantos años para que se convierta en una realidad palpable, como hoy lo es ver un BMW i3, un Nissan Leaf o en menor medida un Tesla por nuestras carreteras.

En la actualidad, la aviación eléctrica está en un punto de inflexión clave, con avances importantes en el desarrollo de aviones capaces de realizar vuelos cortos y regionales. Desde empresas como Wright Electric hasta gigantes del sector como Airbus, todos están apostando por un futuro eléctrico para la aviación comercial.

Una ‘startup’ estadounidense, Wright Electric, se ha marcado un objetivo muy ambicioso: desarrollar en los próximos 10 años una aeronave eléctrica, con una capacidad de 150 pasajeros, que pueda operar vuelos de menos de 300 millas (482 kilómetros), una distancia algo inferior a la que separa Madrid de Barcelona (504 kilómetros).

Por el momento, Wright Electric tiene un acuerdo de colaboración con EasyJet y 10 años por delante para cumplir su promesa. Este tipo de innovación podría cambiar radicalmente el mercado de los vuelos por debajo de los 500 km, con rutas como Madrid-Barcelona o Londres-París, que podrían estar a la vanguardia del cambio en los vuelos eléctricos.

El desafío tecnológico para los aviones eléctricos

Por desgracia, algunas voces no son tan optimistas. «Hay dos grandes problemas: el primero, conseguir baterías que almacenen la energía, con su peso. El segundo es conseguir motores con potencia similar a las de un reactor actual», declara Alejandro Ibrahim, ingeniero aeronáutico y director del aeropuerto de Teruel.

Uno de los principales retos tecnológicos es la densidad energética de las baterías actuales. Aunque en coches eléctricos como los de Tesla ya se ha logrado avanzar, en el caso de los aviones, la densidad de energía debe aumentar exponencialmente para poder equiparse a los motores de combustión actuales. A día de hoy, las baterías de los aviones eléctricos comerciales tienen una capacidad de unos 200 Wh/kg, mientras que los expertos como Elon Musk creen que se necesitaría superar los 400 Wh/kg para hacer viables los vuelos de media distancia.

Además, las regulaciones internacionales del sector aeronáutico añaden una capa extra de complejidad. El proceso de certificación de un nuevo avión eléctrico puede llevar hasta 10 años, ya que se debe garantizar que la nueva tecnología sea completamente segura para los pasajeros.

Colaboraciones estratégicas para la aviación eléctrica

El plan de Wright Electric pasa por construir una nave dirigida a un sector muy concreto para cubrir rutas cortas. Este tipo de vuelos movieron cerca de 87.000 millones de dólares el año pasado, todo esto sumando los 967 aviones que vendieron Boeing y Airbus. La startup también ha firmado acuerdos con EasyJet, quien ya está explorando diversas formas de reducir su huella de carbono.

Además de Wright Electric, otras grandes corporaciones están apostando por la aviación eléctrica. En 2021, Airbus y Siemens firmaron un acuerdo para desarrollar aviones propulsados con energía eléctrica, con el objetivo de tener aviones con capacidad para 100 pasajeros volando en rutas cortas para 2030.

Siemens, en particular, ha centrado gran parte de su investigación en la mejora de la eficiencia energética de los motores eléctricos aeronáuticos, buscando formas de optimizar las pérdidas de energía y reduciendo el peso total de los componentes eléctricos.

Proyectos actuales que están rompiendo barreras

El Solar Impulse, un proyecto impulsado por el suizo Bertrand Piccard, ha demostrado que, aunque falta un largo camino por recorrer, el vuelo eléctrico es posible. Este avión, que dio la vuelta al mundo propulsado únicamente por energía solar, ha establecido las bases para que otros proyectos sigan adelante.

Ibrahim no es tan optimista con esa frontera, por una cuestión de los tiempos asociados al diseño y desarrollo de un avión: «Es muy optimista. Desde el diseño hasta la certificación pasan 10 años y cuando se lo entregas a EASA y la FAA ya tienes que definir en el plano lo que vas a hacer». En palabras de Ibrahim, el proceso de diseño y certificación de un avión impide la improvisación sobre la marcha.

El potencial del hidrógeno y biocombustibles en la aviación

Además de la electricidad, los biocombustibles y el hidrógeno están emergiendo como alternativas viables para la aviación. Empresas como Repsol e Iberia han comenzado a operar vuelos de largo radio utilizando biocombustibles, logrando reducir las emisiones en un 15% por cada vuelo.

Por otro lado, el hidrógeno se perfila como uno de los combustibles del futuro. Los motores basados en hidrógeno tienen la capacidad de ofrecer una autonomía mucho mayor que las baterías eléctricas, haciendo que los vuelos de larga distancia en aviones eléctricos sean más factibles. No obstante, el almacenamiento y distribución del hidrógeno todavía plantea desafíos técnicos importantes.

Impacto de la eliminación de vuelos cortos en el desarrollo de aviones eléctricos

Se ha hablado mucho sobre la prohibición de vuelos cortos que tengan alternativa en tren, como es el caso de la ruta Madrid-Barcelona. Sin embargo, algunos expertos como Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia, advierten de que eliminar estas rutas podría representar un serio obstáculo para el desarrollo de los aviones eléctricos.

«Las pruebas y el desarrollo de los aviones eléctricos se están haciendo principalmente en vuelos cortos. Si prohibimos estas rutas, afectará negativamente al progreso de la electrificación en la aviación», afirma Sánchez-Prieto.

Avances que nos acercan a la aviación eléctrica

A pesar de los desafíos, los avances son palpables. Un ejemplo es el Pipistrel Velis Electro, que recientemente batió el récord del vuelo eléctrico más largo con una autonomía de más de 15 horas. Este avión, diseñado para vuelos cortos y de entrenamiento, representa un avance fundamental en el desarrollo de las aeronaves eléctricas.

Otro proyecto relevante es el de Heart Aerospace, que está desarrollando un avión eléctrico con capacidad para 30 pasajeros y una autonomía de 400 km. Sus planes incluyen comenzar los primeros vuelos comerciales en 2028.

Por último, el impacto de la transición hacia los vuelos eléctricos no solo se verá reflejado en una menor huella de carbono, sino también en una reducción significativa de la contaminación acústica y las vibraciones en las áreas cercanas a los aeropuertos, mejorando la calidad de vida de los habitantes de estas zonas.

Es indudable que el camino hacia la electrificación en la aviación es complejo y llevará tiempo. Sin embargo, gracias a los avances en tecnología de baterías, motores eléctricos y biocombustibles, estamos cada vez más cerca de ver aviones eléctricos recorriendo los cielos de forma diaria y comercial.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.