China y la reducción del uso del carbón: Un paso hacia un futuro más limpio

  • China ha reducido significativamente el uso de carbón desde 2015, en parte debido a la ralentización económica.
  • Las energías renovables en China están creciendo rápidamente y son clave para reemplazar el carbón.
  • El país busca alcanzar la neutralidad de carbono para 2060 y mejorar la calidad del aire a corto plazo.

China

China es el mayor emisor de gases invernadero del mundo, siendo responsable de una significativa porción de las emisiones globales, en especial por su histórico uso del carbón como principal fuente de energía. Las acciones del país para reducir su consumo de carbón tienen repercusiones globales, y cualquier pequeña reducción de sus emisiones puede parecer descomunal cuando se compara con los esfuerzos de otros países.

A pesar de su papel dominante en las emisiones globales, China ha comenzado a tomar medidas significativas para reducir el uso de carbón y transitar a fuentes de energía más sostenibles. Según un análisis, en los primeros cuatro meses de 2015, China redujo su uso de carbón en un 8 por ciento en comparación con el mismo período de 2014. Esta reducción de emisiones fue equivalente a todas las emisiones de dióxido de carbono del Reino Unido durante el mismo lapso.

Reducción del uso del carbón en China

Acciones documentadas y análisis del uso de carbón en China

El análisis, publicado por Greenpeace y Energydesk China, revisó tanto datos industriales como gubernamentales. Este informe encontró que China había reducido el uso del carbón en un 6,1% en los primeros cuatro meses de 2015. A su vez, esto se traduce en una reducción del 5% en las emisiones domésticas de CO2, lo que supone un impacto relevante a nivel mundial en términos de gases de efecto invernadero.

Lauri Myllyvirta, una analista de Greenpeace que formó parte del equipo de investigación del informe, explicó que esta reducción se debió principalmente a la disminución de la producción industrial y la generación de energía térmica. Al mismo tiempo, el crecimiento acelerado de las energías renovables, como la eólica y la solar, ha servido para compensar esta caída en el uso de carbón.

En 2014, China redujo el consumo doméstico de carbón en un 2,9%, lo que significó la primera disminución en más de una década. Además, la producción de carbón cayó un 2,5% durante ese año, lo que supuso un importante hito para el país, siendo la primera reducción significativa en emisiones de carbón en más de diez años.

China reducción del carbón

Causas principales de la reducción de consumo de carbón

Si bien estas cifras parecen indicar un paso decidido hacia un futuro más verde, la ralentización de la economía china es uno de los factores clave detrás de esta caída en el consumo de carbón, al no crecer al objetivo esperado del 7%. Aun así, el gobierno chino ha mostrado claros indicios de complacer tanto a las necesidades económicas del país como a sus compromisos internacionales como parte del acuerdo climático de París.

Cabe destacar que China ha anunciado planes significativos para reducir el uso del carbón principalmente a través de la modernización de plantas de energía y el cierre progresivo de aquellas que no cumplen con los nuevos estándares de eficiencia. Según el Consejo del Estado Chino, todas las plantas que no cumplan con los estándares de eficiencia y reducción de emisiones serán cerradas antes de 2020.

A nivel internacional, esta decisión también ha generado repercusiones. El Gobierno chino ha financiado el desarrollo de centrales de carbón en países como Pakistán, Sudáfrica y Bangladesh, lo que plantea serios desafíos a las metas internacionales de reducción de emisiones, incluido el Acuerdo de París. China financia cerca de una cuarta parte de todas las plantas térmicas de carbón fuera de sus fronteras.

Plantas de energía en China

Impacto en la calidad del aire y el plan a largo plazo

El objetivo de China no es solo reducir sus emisiones para cumplir con acuerdos internacionales, sino también mejorar la calidad del aire. En regiones como Pekín y Shanghái, la contaminación atmosférica ha alcanzado niveles peligrosos durante las últimas décadas, y gran parte de esto se atribuye al uso intensivo de carbón en la generación de electricidad. Los planes del gobierno apuntan a mejorar la eficiencia energética y reducir los niveles de polvo y dióxido de azufre (SO2) emitidos por el carbón. Para 2020, las emisiones de polvo se reducirían en aproximadamente 1 millón de toneladas, mientras que las emisiones de SO2 disminuirían en 1,2 millones de toneladas.

En términos de eficiencia energética, China ha logrado una disminución del 18,8% en la intensidad del carbono entre 2015 y 2020, superando sus propios objetivos. Esto significa que el país ha mejorado considerablemente la cantidad de CO2 emitida por cada unidad de PIB generada.

A pesar de todos estos logros, la transición completa de China hacia fuentes no fósiles sigue siendo un objetivo lejano. En 2020, el porcentaje de la energía del país que todavía proviene del carbón era del 56,8%, mientras que las energías no fósiles, como el gas, la energía nuclear, hidroeléctrica y eólica, representaron solo el 24,3% del mix energético.

Reducción del carbón en China

A través de la modernización de sus plantas y la creciente inversión en renovables, el país asiático ha mostrado un aparente compromiso con reducir sus emisiones de carbono. A largo plazo, China se ha comprometido a alcanzar un pico de emisiones de carbono antes de 2030 y una completa neutralidad de carbono para 2060, todo ello como parte de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) actualizada en el marco del Acuerdo de París.

El eventual éxito de estas medidas no solo afectará el futuro medioambiental de China, sino del mundo entero, dado su papel clave en las emisiones globales y su capacidad para influir en cómo otros países manejan la transición energética. Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, los resultados iniciales son alentadores y muestran que una reducción significativa del consumo de carbón y la implementación de energías renovables son pasos posibles.

El compromiso de China con la mejora de su entorno y la lucha contra el cambio climático podría ser el catalizador que permita a otras grandes naciones seguir su ejemplo y hacer frente a esta crisis global con la urgencia que merece.


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