Muras: el pueblo gallego donde el viento paga la factura de la luz

  • Muras subvenciona hasta el 100% de la factura eléctrica de sus habitantes.
  • El ayuntamiento convierte los impuestos eólicos en ayudas sociales, beneficiando a pequeños negocios y residentes.
  • A pesar de los beneficios, Muras sigue enfrentando problemas de despoblación y falta de oportunidades laborales.

Eólica

En el corazón de Galicia, en el interior de la provincia de Lugo, se encuentra Muras, un pequeño municipio que ha revolucionado la manera en que sus habitantes afrontan el coste de la energía eléctrica. Con un curioso título, este pueblo ha sido nombrado por muchos como el lugar con la luz más barata de España, y profundizar en su historia permite entender cómo una combinación de viento, justicia social y decisiones políticas han transformado su economía y calidad de vida.

Un modelo energético basado en el viento

Muras es un municipio rural en el que conviven 668 habitantes y 381 aerogeneradores, una relación que, de hecho, podría parecer desproporcionada. Desde mediados de la década de los 90, las empresas eólicas han visto en las montañas de la Serra do Xistral el lugar ideal para instalar sus parques de aerogeneradores, aprovechando los vientos fuertes y constantes de la región. Empresas como Acciona, Iberdrola, Endesa y Norvento han establecido una fuerte presencia en esta zona, explotando los 20 parques eólicos distribuidos por las tierras de Muras.

El impacto visual y sonoro de los molinos, sin embargo, no siempre ha sido bien recibido por los vecinos. “Los beneficios de producir esta energía no repercutían para nada en los vecinos, pese a que eran ellos los que sufrían el ruido y el impacto visual”, explica Manuel Requeijo, el alcalde de Muras, quien asegura que este desajuste fue el motor detrás de la iniciativa de transformar los ingresos fiscales que el ayuntamiento recaudaba de las grandes compañías eléctricas en compensaciones para los ciudadanos.

Muras

Financiación de los recibos eléctricos

Desde el 2016, Muras ofrece una ayuda a todos sus residentes empadronados para cubrir su consumo eléctrico doméstico y de negocios pequeños, como bares y explotaciones ganaderas. Este apoyo financiero cubre entre el 100% y el 70% de la factura de la luz, con una cobertura máxima de 500 euros anuales para las familias con rentas más bajas, es decir, aquellas que no superan los 9.500 euros al año.

Para los hogares con rentas superiores, también existen compensaciones, aunque en menor proporción. Las ayudas se ajustan progresivamente: para quienes tienen ingresos entre 15.000 y 22.000 euros anuales, las subvenciones alcanzan los 500 euros, mientras que para ingresos entre 22.000 y 29.000 euros la cifra desciende a los 400 euros, y 300 euros para aquellos que superan ese umbral.

Además, las pequeñas y medianas empresas (PYMES) de la región pueden también beneficiarse de ayudas de hasta 1.500 euros anuales, siempre y cuando justifiquen el gasto en luz. Este programa de apoyo se potenció aún más durante la pandemia de COVID-19, cuando las empresas locales afrontaban graves dificultades económicas.

Impacto en la población y condiciones sociales

El pueblo de Muras enfrenta además un severo problema de despoblación. Con una población mayormente envejecida (aproximadamente el 60% de sus habitantes tiene más de 65 años), la mayoría de las 175 familias que han solicitado el apoyo disfrutan de facturas eléctricas gratuitas o tarifas muy reducidas, llegando a pagar solo el 10% de su consumo en algunos casos.

Pese a las ayudas, el éxodo rural sigue siendo uno de los principales problemas que enfrenta la localidad, que en las últimas décadas ha visto reducir su población de casi 1.200 habitantes en 1998 a poco más de 600 en la actualidad. Aparte de la desventaja que supone la escasez de niños en edad escolar, lo que ha llevado a la Xunta a amenazar con el cierre del colegio local, el envejecimiento de la población también plantea retos económicos, ya que la mayoría de sus habitantes se mantienen con pensiones mínimas.

El ayuntamiento de Muras, bajo el liderazgo del Bloque Nacionalista Galego (BNG), ha enfrentado esta situación con una serie de iniciativas, como la mejora de las infraestructuras eléctricas. Gracias a los impuestos que se recaudan de las eléctricas, se han destinado recursos para llevar el tendido eléctrico a los hogares que aún carecían de este servicio básico, un déficit que fue especialmente notorio cuando se instaló el primer aerogenerador hace 20 años. La mejora de la red eléctrica ha permitido que vecinos como Germán, un octogenario de la aldea de Baxín, tengan acceso a electricidad en su hogar por primera vez.

Muras aerogeneradores

El negocio del viento: benefactores y controversias

El negocio de la energía eólica también ha dejado una importante suma en las arcas municipales de Muras. El ayuntamiento cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros para 2017, de los cuales 1,5 millones provienen de los ingresos derivados de los parques eólicos. Esta cifra incluye impuestos como el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) y el IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas), los cuales suman un total de 900.000 euros, mientras que otros 535.000 euros provienen del Fondo de Compensación Medioambiental que la Xunta de Galicia gestiona gracias al canon eólico.

Si bien el ayuntamiento se beneficia de estos ingresos, el alcalde Manuel Requeijo ha expresado su preocupación ante el hecho de que los verdaderos ganadores sigan siendo las grandes multinacionales. Según estimaciones del Observatorio Eólico de Galicia, los parques eólicos de Muras generan beneficios anuales que oscilan entre 70 y 90 millones de euros, pero solo un pequeño porcentaje de esa cifra regresa a la comunidad local.

A pesar de los beneficios económicos, el pueblo sigue perdiendo población, lo que plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo del modelo económico basado casi exclusivamente en la energía eólica. Los ecologistas, como la Asociación para la Defensa Ecológica de Galicia, también han manifestado su preocupación por el impacto ambiental de los parques eólicos, criticando la explotación de los recursos naturales sin una clara compensación para las comunidades afectadas.

Aerogeneradores

Retos futuros y el freno al éxodo rural

Más allá del dinero recaudado, el ayuntamiento de Muras tiene claro que su mayor reto es frenar la despoblación y evitar el cierre de servicios esenciales como el colegio. Aunque las ayudas hacia el consumo eléctrico han atraído a algunas familias a considerar mudarse a Muras, la falta de empleo estable y viviendas adecuadas ha frenado esta tendencia.

El alcalde Requeijo ha insistido en que la solución a largo plazo no reside solo en ofrecer beneficios económicos, sino en generar un desarrollo sostenible que atraiga inversiones industriales y laborales. Mientras tanto, el ayuntamiento está utilizando los fondos disponibles para mejorar infraestructuras como el alumbrado público y las redes de agua, aumentando la calidad de vida de los residentes actuales.

Al final, Muras ha abierto una puerta para debatir sobre nuevas maneras de gestionar los beneficios de los recursos naturales. Aunque la energía eólica no cambiará el mundo de la noche a la mañana, en Muras ya ha supuesto un alivio para muchas familias que ahora pagan una fracción de lo que solían por la electricidad.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Miguel Ángel Gatón
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.