El Ministerio de Energía ha reducido el volumen máximo de las ayudas a la inversión que cobrarán los proyectos ganadores de la próxima subasta de renovables: un 11% en el caso de la eólica, y el doble en el caso de la energía solar fotovoltaica (22%). La eólica también ve aumentado el número de horas que tendrá que operar para percibir todas las ayudas.
En el texto definitivo han cambiado los parámetros retributivos de unas plantas de referencia con las que tendrán que comparar sus proyectos los concursantes a la hora de hacer sus ofertas, porque recibirán las ayudas en función de dicha comparación.
Si el borrador consideraba que la retribución a la inversión de la fotovoltaica sería de un máximo de 50.507 euros por MW instalado, ahora es de 39.646 euros por MW, un 22% menos; en el caso de la eólica ha pasado de 53.623 euros por MW a 47.684 euros por MW, un 11% menos. También ha bajado en el caso de otras tecnologías, las cuales no tienen opciones de ganar.
Menos costes de explotación
También han variado otros parámetros, como los costes de explotación de las centrales –un 2,5% en el caso de la eólica y un 0,5% en el de la fotovoltaica-, o el número de horas de funcionamiento de la energía del viento, que han pasado de 2.800 horas al año a 3.000 horas.
Como resultado, si antes la eólica ganaba cuando los concursantes ofertaban descuentos a los incentivos menores al 26,4%, ahora solo gana si el descuento ofertado es menor al 6%; a partir de ahí gana la solar.
Ahora bien, si los concursantes pujan tan a la baja que empatan, renunciando a las ayudas, la adjudicación corresponderá a los proyectos con más horas de operación, lo que otorga ventaja a la eólica, ya que la fotovoltaica cuenta con 2.367 horas anuales.
Este criterio de adjudicación ha producido el enfado de una patronal solar, Unef, a reclamar al Tribunal Supremo la suspensión cautelar del concurso por discriminación.
Menos ayudas
Por otro lado, al aumentar el número de horas de operación de la eólica disminuirá el volumen de las ayudas, puesto que si las plantas adjudicatarias no alcanzan ese nivel de operación, los incentivos bajan proporcionalmente.
Sin embargo, en las últimas modificaciones no varían mucho las previsiones de la patronal, puesto que se esperan ofertas con el máximo descuento que anulan la percepción de ayudas. En realidad, los concursantes pujarán por entrar en el régimen regulado porque tendrán garantizado un ingreso mínimo del mercado eléctrico que permitirá financiar los proyectos.
Antigua noticia: La UNEF pide al TS que suspenda la subasta de renovables
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) dedidió este viernes, en una reunión extraordinaria, solicitar al Tribunal Supremo (TS) que aplique medidas precautelares para la suspensión de la próxima subasta de renovables. Según su director general, José Donoso, la petición se basa en que el mecanismo que prepara el Gobierno, recogido en sendos borradores de orden ministerial y resolución, favorece enormemente a la eólica, con eso contradice el principio de neutralidad tecnológica establecido en el real decreto sobre la subasta publicado hace unos días.
“La percepción generalizada es que hay una discriminación importante hacia la fotovoltaica, ya que con las condiciones de la subasta no se puede ejercer el grado de competitividad alcanzado por esta tecnología desde el punto de vista económico”, explicó Donoso.
El mecanismo de la subasta limita los descuentos que ofrecen los interesados, lo que eleva la probabilidad de empate, lo que da ventaja a la eólica, a su juicio, en un procedimiento de desempate porque premia los proyectos con más horas de funcionamiento, lo que rompe con el principio de neutralidad tecnológica establecido por el propio Ministerio de Energía.
Precisamente ayer, el departamento dirigido por Álvaro Nadal aprobó la orden ministerial que regula esta subasta, la cual se prevé para finales de abril o principio de mayo, por 2.000 megavatios (MW) de potencia renovable, ampliable en 1.000 MW más si los resultados de la subasta ofrecen precios competitivos. La subasta se llevará a cabo mediante un mecanismo de eficiencia, de manera que resultarán adjudicados aquellos proyectos que supongan un menor coste para el consumidor. Según Energía, será tecnológicamente neutra, “permitiendo competir en igualdad de condiciones a las distintas tecnologías renovables”.