El carbón, una fuente de energía fósil ampliamente utilizada, sigue siendo clave en la matriz energética global, a pesar de los esfuerzos crecientes para disminuir su impacto ambiental. Aunque muchos lo consideran un recurso del pasado, la realidad es que su consumo mundial sigue aumentando, principalmente gracias a economías emergentes como China e India. Esta demanda energética empuja al carbón a ocupar una posición central en los esfuerzos por garantizar suministro eléctrico y de calor.
En la última década, otras fuentes de energía como el petróleo y el gas natural han experimentado fluctuaciones en sus niveles de consumo. De acuerdo con un informe de Enerdata, desde 2008, el carbón ha superado al petróleo en muchos países del G20. En 2008, el carbón representaba cerca del 27% del consumo energético, mientras que el petróleo sumaba un 35%. No obstante, para 2013, el carbón incrementó su participación al 34%, mientras el consumo de petróleo se redujo a un 29%, y el gas mantuvo su cuota en torno al 20%. A pesar de esto, el carbón continúa siendo la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
Impacto del Carbón en las Emisiones Globales de CO2
El uso del carbón sigue siendo una de las principales causas del aumento de las emisiones globales de CO2. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), entre el 60% y el 67% del crecimiento de las emisiones desde el año 2000 ha sido provocado por la quema de carbón para la generación de electricidad y calor. La creciente demanda de energía en países como China e India ha impulsado estas emisiones, haciendo que el carbón continúe siendo un factor clave en la crisis climática.
En 2023, las emisiones globales alcanzaron niveles récord, lo que es alarmante considerando los acuerdos internacionales como el Acuerdo de París. El consumo de carbón por parte de economías emergentes es una de las principales razones tras este aumento en las emisiones. Por ejemplo, en China, se quemaron más de 4.250 millones de toneladas solo en 2023, lo que representó más del 50% del consumo global de carbón.
Diferencias Regionales en el Consumo de Carbón
El consumo de carbón varía notablemente entre las diferentes regiones del mundo. Mientras que algunos países como los Estados Unidos y varias naciones de Europa (España, Italia, Gran Bretaña) han reducido su dependencia del carbón en favor de fuentes renovables y gas natural, otros como China, India y gran parte del Sudeste Asiático han incrementado su consumo.
Por ejemplo, el uso de carbón en los Estados Unidos ha disminuido alrededor de un 20% en 2023, una tendencia que también se observa en otros países de Europa. En contra posición, economías como China e India han seguido dependiendo fuertemente de este recurso. En 2023, China representó más del 54% del consumo mundial, impulsando un incremento de 220 millones de toneladas, mientras que India aumentó su dependencia del carbón un 8%, un claro reflejo del continuo crecimiento de su industria y demanda de electricidad. En el Sudeste Asiático, Vietnam incrementó su uso en un 25% durante el mismo año.
Razones del Aumento en el Uso del Carbón
A pesar de los esfuerzos por reducir la dependencia del carbón, existen varios factores que han impulsado su consumo en los últimos años. Una de las principales razones es la inestabilidad energética generada a raíz de eventos globales como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania. La primera generó un aumento súbito en la demanda de electricidad debido a la reactivación de las economías, mientras que la segunda provocó una crisis en los mercados de gas natural, llevando a muchos países a volver al carbón como una alternativa más barata.
Otro factor clave ha sido la falta de fiabilidad de las energías renovables en países con alta volatilidad climática. En varias regiones de Asia, como China e India, las bajas producciones hidroeléctricas y los problemas para expandir la capacidad de energías limpias han forzado a continuar utilizando el carbón como principal fuente de generación eléctrica.
El Futuro del Carbón
A pesar de las crecientes preocupaciones ambientales, el consumo de carbón parece que seguirá desempeñando un papel crucial en la generación de electricidad y la industria. La AIE ha proyectado que el consumo de carbón alcanzó su máximo nivel histórico en 2023, con más de 8.500 millones de toneladas quemadas. La tendencia, sin embargo, apunta a una reducción progresiva a partir de 2024, a medida que las energías renovables comiencen a reemplazarlo.
En muchos países desarrollados, como en Estados Unidos, Japón y las principales naciones de Europa, se están tomando medidas contundentes para reducir la dependencia del carbón. Estados Unidos, por ejemplo, ha fijado como meta la eliminación de las plantas de carbón para 2035. Similarmente, Japón, a pesar de ser aún un gran consumidor, ha anunciado que cerrará parte de sus plantas de carbón para la misma fecha.
China e India, a pesar de ser los mayores consumidores, también han comenzado a invertir significativamente en energías renovables. En India, se espera que la dependencia del carbón disminuya drásticamente hacia finales de la década, mientras China ha anunciado planes para reducir su consumo como parte de su objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.
Es importante destacar que, si bien las proyecciones apuntan a una disminución del uso del carbón, su consumo seguirá siendo un tema relevante en los próximos años. La transición no será rápida ni sencilla, especialmente en países en desarrollo donde el acceso a tecnologías limpias es limitado. Sin embargo, con aumentos significativos en la capacidad de las energías renovables y normativas más estrictas, es posible prever un descenso global del uso de esta fuente de energía y, con ello, una reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático.