El autoconsumo solar en España: situación, retos y futuro tras la ralentización de las instalaciones

  • El autoconsumo fotovoltaico en España ralentiza su crecimiento en 2024 tras el auge vivido entre 2019 y 2022, registrando una disminución tanto en nuevas instalaciones como en la incorporación de baterías.
  • El almacenamiento energético gana peso en los sistemas de autoconsumo, pero la mayoría de instalaciones no permiten aún operar en caso de apagón salvo que dispongan de inversores híbridos y sistemas de respaldo específicos.
  • La normativa española obliga a la desconexión durante apagones, excepto en instalaciones con sistemas de respaldo, lo que limita la independencia energética total frente a cortes de red.
  • El sector reclama simplificación administrativa y nuevas medidas regulatorias para impulsar tanto el autoconsumo individual como el colectivo y facilitar el acceso y la eficiencia del sistema.

paneles solares autoconsumo

Decenas de miles de hogares y empresas en España confiaron en el autoconsumo solar para ganar independencia energética y reducir la factura de la luz. Sin embargo, los apagones de la red eléctrica han puesto de manifiesto que la mayoría de instalaciones no están preparadas para funcionar de forma autónoma si se produce una interrupción, salvo que dispongan de determinados componentes avanzados.

Durante los últimos años el autoconsumo solar creció de forma sostenida, impulsado por la eliminación de trabas regulatorias y las ayudas europeas. Hoy existen en España casi medio millón de hogares y más de 75.000 empresas con sistemas fotovoltaicos para autoconsumo, sobre todo ubicados en tejados y cubiertas. Sin embargo, en 2024 el ritmo de nuevas instalaciones ha caído notablemente respecto a los años anteriores, un reflejo de la nueva realidad del sector.

Una de las preocupaciones recurrentes de los autoconsumidores es saber por qué, teniendo placas solares e incluso baterías, se quedan sin suministro eléctrico durante un apagón. La respuesta reside en la configuración técnica y normativa de la mayoría de sistemas: solo las instalaciones que cuentan con inversores híbridos aptos para «modo isla» y sistemas de respaldo específicos pueden seguir funcionando con energía solar y baterías si la red general falla.

El mercado español se enfrenta así a un cambio de escenario: si en 2022 se instalaron más de 240.000 autoconsumos, en 2023 la cifra se redujo a 127.000, y en 2024 bajó todavía más, situándose en menos de 80.000. Las razones son varias, desde la desaparición del «efecto llamada» por altos precios de la electricidad o las ayudas, hasta la incertidumbre ante normativas y precios negativos en el mercado eléctrico.

¿Por qué mi instalación de autoconsumo se apaga si hay un corte de red?

Uno de los principales malentendidos entre los usuarios de autoconsumo es asumir que basta con tener placas solares para garantizar el suministro en caso de apagón.

La mayoría de sistemas de autoconsumo conectados a red desconectan automáticamente su producción cuando detectan la pérdida de tensión en la red pública. Esta actuación es obligatoria por normativa (protección anti-isla), para proteger a los técnicos de la red ante posibles trabajos de mantenimiento.

Para que una vivienda o empresa pueda aprovechar la energía solar durante un apagón necesita:

  • Inversor híbrido o con función de backup capaz de operar en modo isla
  • Un banco de baterías adecuadamente dimensionado
  • Sistema de conmutación (bypass) que aísle la instalación de la red
  • Sistema de gestión que priorice consumos críticos (alumbrado, frigorífico, wifi, electrodomésticos esenciales…)

Actualmente, la gran mayoría de las cerca de 500.000 instalaciones de autoconsumo en España no cumplen estos requisitos, de ahí que la pérdida de red implique quedarse sin suministro aunque haya placas solares y baterías instaladas.

Tipos de instalaciones de autoconsumo y su comportamiento en apagones

Existen tres grandes configuraciones de autoconsumo fotovoltaico desde el punto de vista de capacidad de respaldo:

  • Instalaciones conectadas a red sin baterías: Son las más comunes (alrededor del 85% domésticas). Proporcionan energía solar instantánea en paralelo a la red, pero en caso de apagón se desconectan automáticamente. La energía nocturna o en mal tiempo siempre se cubre con la red eléctrica.
  • Instalaciones conectadas a red con baterías (sin modo isla): Permiten almacenar energía solar para usar cuando no hay producción, pero también requieren la presencia de red para funcionar. Se desconectan igualmente durante apagones salvo que incorporen sistemas de respaldo especiales.
  • Instalaciones híbridas con respaldo (modo isla o backup): Estas instalaciones sí pueden seguir suministrando energía solar y de baterías a la vivienda o empresa durante un corte de red, siempre que lleven los inversores y automatismos adecuados. Son minoría en España pero predominan en países como Alemania.

La normativa española (RD 244/2019, UNE-EN 50438:2014, REBT…) regula los requisitos técnicos y de seguridad que deben cumplir estos sistemas, diferenciando entre instalaciones convencionales y aquellas habilitadas para funcionar de forma autónoma.

La importancia de las baterías y el avance del almacenamiento

Las baterías solares se han convertido en un componente estratégico para maximizar el autoconsumo y acercarse a la autosuficiencia energética. En España, el 26% de las nuevas instalaciones residenciales ya las incorporan, aunque la mayoría todavía no permite operar en modo aislado sin red.

Según datos de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), en 2024 se instalaron 327 MWh en baterías, un 34% menos que el año anterior, reflejando la ralentización del sector. Sin embargo, el peso de las baterías está creciendo en sectores industrial y comercial, donde la continuidad del suministro es más crítica.

El almacenamiento permite:

  • Extender el uso de energía solar durante más horas al día
  • Reducir la dependencia de la red en horas de precios altos o generación contaminante
  • Mejorar la planificación y la eficiencia de las instalaciones
  • Asegurar suministro de emergencia si la instalación está preparada para ello

Mientras que en países como Alemania o Italia más del 70% de las instalaciones residenciales incluyen baterías, en España ese porcentaje oscila entre el 10% y el 26% según la fuente, con tendencia al alza conforme bajan los precios y aumenta la concienciación.

Normativa, retos administrativos y futuro del autoconsumo

El autoconsumo fotovoltaico en España está regulado por un marco legal que ha evolucionado significativamente desde 2019, favoreciendo la expansión de instalaciones residenciales e industriales. Las principales normativas implicadas son el Real Decreto 244/2019, la directiva técnica UNE-EN 50438:2014 y el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, entre otras.

En los últimos meses, el sector reclama nuevas medidas para seguir creciendo, especialmente tras la ralentización de los últimos dos años:

  • Simplificación de trámites administrativos y digitalización de procesos
  • Revisión del término fijo de la tarifa eléctrica para incentivar el ahorro
  • Reconocimiento legal del autoconsumo sin placas (solo almacenamiento y gestión inteligente)
  • Ampliación del rango de potencias con tramitación simplificada hasta 500 kW
  • Creación de la figura del gestor de autoconsumo colectivo para agilizar proyectos compartidos

También se reclama una mayor homogeneización de procedimientos entre Comunidades Autónomas y distribuidoras, y políticas fiscales que incluyan reducciones de impuestos sobre materiales y componentes para facilitar el acceso a la tecnología.

Autoconsumo industrial y colectivo: ventajas y obstáculos

El autoconsumo industrial lidera la potencia instalada en España, representando cerca del 74% del total frente al 26% residencial. Las empresas encuentran en la energía solar una fórmula para aumentar su competitividad, protegerse de la volatilidad de los precios eléctricos y dar pasos firmes en sostenibilidad.

No obstante, el autoconsumo colectivo (comunidades de vecinos, polígonos industriales, etc.) avanza lentamente debido a la complejidad de trámites, la falta de incentivos concretos y la escasa coordinación administrativa.

Entre los obstáculos más destacados se encuentran:

  • Dificultad para coordinar acuerdos de reparto y contadores adicionales
  • Desigualdad en la aplicación de la normativa según la Comunidad Autónoma
  • Poca preparación de las redes urbanas para gestionar flujos de energía colectiva
  • Desconocimiento generalizado sobre las ventajas y opciones del autoconsumo compartido

Las perspectivas de futuro pasan por acelerar la digitalización y homogeneización de trámites, fomentar el acceso a financiación y seguir reduciendo los costes de los equipos clave como inversores híbridos y baterías.

Pese a la contracción vivida en los últimos dos años, el autoconsumo fotovoltaico sigue siendo una de las tecnologías más accesibles y competitivas para avanzar hacia la descarbonización y la autosuficiencia energética. El almacenamiento y la gestión inteligente de la energía serán protagonistas en el camino hacia un modelo energético más sostenible y descentralizado en España.

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