El autoconsumo energético se está consolidando como una de las principales vías para acelerar la transición hacia un sistema energético más sostenible y participativo en España. Durante los últimos años, tanto hogares como empresas e instituciones han dado pasos firmes para impulsar soluciones que permiten generar y consumir energía propia, apoyándose especialmente en la energía solar fotovoltaica.
Los datos recogidos durante el año 2024 subrayan el crecimiento sustancial de iniciativas de autoconsumo a través de comunidades energéticas y proyectos colectivos, además del desarrollo de productos específicos y asesoramiento personalizado para facilitar la adopción de este modelo. Esta tendencia, aunque llena de retos, refleja un giro en la manera en la que los ciudadanos y organizaciones entienden la energía, orientándose hacia la independencia eléctrica, el ahorro y la descarbonización.
Avance de las comunidades energéticas: consolidación e impacto social
El año 2024 ha sido clave para el desarrollo de las comunidades energéticas en España. Según diversos estudios sectoriales, a lo largo del año se crearon unas 200 nuevas comunidades, lo que representa un incremento del 44% respecto al año anterior y eleva la cifra total a 659 comunidades activas.
El autoconsumo fotovoltaico es la opción mayoritaria dentro de estas comunidades, aunque sólo aproximadamente el 18% tiene ya instalaciones operativas. Esto refleja un desarrollo desigual, motivado en parte por la falta de un marco regulatorio específico y las dificultades administrativas que frenan la conexión de los sistemas de autoconsumo colectivo. Aun así, la participación ciudadana es contundente: el 92% de las comunidades incluye miembros de la sociedad civil y el 57% cuenta con apoyo municipal, especialmente en autonomías como Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco y Navarra.
Además de impulsar la independencia energética a escala local, estas comunidades destacan por su impacto social, la lucha contra la pobreza energética y la promoción de la igualdad. Ejemplo de ello es el avance en la presencia femenina en órganos directivos: en 2024, el 40% de las comunidades cuenta con al menos la mitad de mujeres en sus órganos de dirección.
Iniciativas públicas y privadas para la promoción del autoconsumo
Las administraciones públicas, junto con empresas energéticas y actores locales, han reforzado la oferta de servicios y asesoramiento para facilitar la adopción de soluciones de autoconsumo. Ejemplos como el de Barcelona Energia muestran cómo las comercializadoras públicas pueden promover el suministro renovable y la gestión eficiente, alcanzando un crecimiento constante en usuarios y puntos de suministro, tanto en hogares como en entidades públicas y empresas del área metropolitana.
En el ámbito local, municipios como Sant Joan Despí destacan por ofrecer servicios de asesoramiento personalizado en autoconsumo fotovoltaico a través de iniciativas como La Teulada, que sirve de guía tanto para ciudadanos particulares como para empresas que se plantean invertir en energía solar y reducir emisiones.
El apoyo de la administración se ha visto reforzado, además, con jornadas informativas, como las promovidas por las Oficinas de Energía de Canarias, donde se explican las ventajas y ayudas disponibles para formar comunidades energéticas y adoptar el autoconsumo. Estos esfuerzos ayudan a que más personas comprendan cómo pueden beneficiarse directamente de la generación y gestión de su propia energía.
Retos pendientes y oportunidades del autoconsumo en España
A pesar del avance, el desarrollo masivo del autoconsumo colectivo sigue enfrentando barreras importantes. Las trabas administrativas, la ausencia de un marco normativo claro y la lentitud en la tramitación afectan tanto a las comunidades energéticas como a quienes desean acogerse a modelos de autoconsumo avanzado, como el autoconsumo con baterías o la gestión de excedentes.
Instituciones y expertos coinciden en la necesidad de transformar la legislación y simplificar los procedimientos, permitiendo así escalar los proyectos y multiplicar el impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Las ayudas públicas, los incentivos fiscales y la digitalización de la gestión de la energía están empezando a dar sus frutos, abriendo la puerta a ahorros significativos en la factura eléctrica y una mayor resiliencia ante la volatilidad de los precios.
Por otro lado, la colaboración entre ayuntamientos, empresas, asociaciones y ciudadanía permite experimentar con soluciones como la batería virtual, la integración de movilidad eléctrica y nuevos modelos de gestión colectiva que maximizan el beneficio del autoconsumo y aceleran la transición hacia una energía limpia, local y asequible.
El tejido energético español vive una transformación histórica, en la que el autoconsumo deja de ser solo una opción para convertirse en una necesidad fundamental para alcanzar objetivos de sostenibilidad, democratización y ahorro. La promoción de las comunidades energéticas y un asesoramiento activo desde instituciones y empresas continúan redefiniendo el panorama eléctrico, fomentando la participación, la equidad y el control local sobre la energía.