El último apagón que dejó a miles de hogares y empresas sin suministro el pasado 28 de abril ha desencadenado una serie de cambios en el funcionamiento del sistema eléctrico español que se reflejan en las facturas de la luz. A pesar de los avisos de que el incremento sería temporal, tanto usuarios de mercado regulado como de contratos fijos están experimentando una subida en los importes durante este verano.
La incertidumbre por la falta de explicaciones claras sobre el origen del apagón, junto con la introducción de nuevos conceptos en las facturas, sitúan a los consumidores en una situación de indefensión, sin un responsable al que reclamar y enfrentándose a una factura más elevada en los próximos meses.
¿A qué se debe la subida de la luz tras el apagón?
La clave está en la «operación reforzada» que Red Eléctrica ha puesto en marcha tras el incidente de abril. Con el objetivo de garantizar la estabilidad del suministro y evitar otro «cero energético», el gestor de la red ha aumentado el peso del gas y la energía nuclear en el mix energético, relegando parcialmente la producción renovable. Esta decisión, según datos de diversas asociaciones de consumidores y portavoces sectoriales, ha provocado un encarecimiento importante de los servicios de ajuste, que anteriormente tenían poca repercusión y ahora se trasladan directamente a las facturas.
La patronal eléctrica Aelec y la Asociación de Comercializadores Independientes de Energía (ACIE) estiman que los costes de seguridad del sistema, que estaban en torno a 11 euros/MWh en abril, han subido a 24 euros/MWh en mayo. Según Red Eléctrica, en solo un mes, las restricciones técnicas han generado un sobrecoste aproximado de 200 millones de euros, que finalmente se reflejan en los consumidores y las comercializadoras.
Como consecuencia, las familias con tarifa PVPC han notado el incremento desde mayo, ya que el precio del megavatio hora pasó de 18,4 euros en abril a 29 euros en mayo. Quienes tenían contratos de precio fijo tampoco han quedado exentos: muchas comercializadoras han añadido la partida «Servicios de Ajuste del Sistema» (SSAA) en la factura o han comunicado revisiones al alza, justificándolas con este «evento extraordinario». Aunque en las letras pequeñas suele otorgarse la facultad de trasladar estos gastos regulados, no siempre se oficializa un cambio en el precio contratado.
¿Qué medidas han tomado las compañías eléctricas?
Según diferentes asociaciones y portales especializados en ahorro energético, ya hay comercializadoras notificando subidas a sus clientes y advirtiendo que la situación podría prolongarse, dado que Red Eléctrica no ha confirmado cuánto durará el régimen de operación reforzada. Las empresas independientes agrupadas en ACIE tampoco han recibido respuestas sobre cuándo se dejará de priorizar el gas y la hidráulica en la gestión del sistema.
Las grandes empresas del sector proponen al Gobierno modificar el calendario de cierre de centrales nucleares, argumentando que su continuidad podría ayudar a estabilizar el sistema y reducir la volatilidad en los precios. Sin embargo, las autoridades insisten en que cualquier cambio debe garantizar tanto la seguridad del suministro como que los costes no se disparen para los consumidores.
¿Cuánto se ha encarecido la factura?
El impacto en los bolsillos de los usuarios ya es palpable. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la factura media ha aumentado entre 5 y 8,5 euros mensuales por hogar desde el apagón. La mayor utilización de gas natural y las nuevas partidas reguladas disparan el gasto, y todo indica que estos sobrecostes podrían mantenerse mientras se siga con la actual estrategia de cautela en la operación del sistema.
Además, desde enero el IVA de la electricidad ha vuelto al 21%, tras finalizar las medidas extraordinarias por la crisis energética, lo que ha contribuido a elevar los recibos tanto en el mercado libre como en el regulado.
¿Hay forma de evitar o reducir el impacto?
Pese a las dificultades, los expertos recomiendan revisar las condiciones de los contratos y estar atentos a los nuevos conceptos en las facturas, especialmente en los periodos de renovación automática. Plataformas anti-fraude como Zonox detectan cargos inesperados sin suficiente comunicación por parte de las compañías.
Asimismo, se aconseja consultar las horas más económicas del día para usar electrodomésticos de alto consumo (lavadora, lavavajillas, aire acondicionado), concentrar en esos tramos el uso de estos aparatos, ajustar la potencia contratada, evitar el modo standby y escoger programas de lavado en frío, como medidas para reducir el gasto. No olvidar revisar cada mes la factura en detalle para detectar posibles sobrecostes.
¿Hasta cuándo se prevé esta situación?
Por ahora, ni Red Eléctrica ni el Gobierno han dado un calendario preciso sobre cuándo finalizará la operación reforzada. La mayoría de los expertos prevén que los costes extraordinarios podrían mantenerse durante buena parte del verano, especialmente si la demanda continúa alta y persiste el temor a nuevos apagones. La incertidumbre sobre el futuro de las centrales nucleares y el debate sobre la seguridad del suministro también contribuyen a que los cambios en la factura puedan prolongarse.
Los usuarios deben enfrentarse a nuevas subidas, a un entorno regulatorio cambiante y a la necesidad de estar mejor informados sobre los detalles de sus contratos y facturas. La combinación del apagón de abril, los ajustes técnicos y el aumento de impuestos ha puesto a prueba tanto la paciencia como el bolsillo de muchas familias, por lo que es recomendable estar atentos y comparar opciones para evitar pagar más de lo necesario.
