En la mayoría de los países se promueve el ahorro energético para reducir las emisiones de CO2.
Pero los grandes gastos energéticos, derroches y hábitos de consumo insostenibles se producen con mayor intensidad es en los países desarrollados e industrializados. Ya que los países pobres no tienen niveles de industrialización alto y los gastos en energía de su población no esta tan extendido.
Los países desarrollados (PD) son los máximos contaminadores del planeta pero en estos últimos años se han comenzado a internalizar la necesidad del ahorro energético y de los cambios de comportamientos para reducir los niveles de emisiones.
Los estados son los máximos responsables de guiar a los integrantes de la sociedad por un camino hacia el uso racional y eficiente de la energía.
Además es vital que se fomente y ayude a extender masivamente la utilización de las energías renovables para toda clase de actividades.
Los países desarrollados pueden ayudar a los pobres a implementar el uso de energías alternativas y transferir tecnología.
Los países más importantes son los que marcan tendencia en cuanto al tipo de tecnología y estrategias energéticas que se desarrollan en el mundo.
El desarrollo económico es posible utilizando las energías renovables y un consumo eficiente de energía.
La modificación de las políticas energéticas de los PD basadas en el petróleo, los combustibles fósiles y nuclear lleva tiempo pero debido a la presión social por la preocupación ambiental se esta avanzando en este sentido.
El ahorro energético debe ser practicado en todos los ámbitos y no solo pensando a corto plazo sino también en el futuro.
La educación es fundamental para que se logren reducir notablemente las emisiones, es muy importante enseñar a ahorrar energía a toda la población para que sus consumos sean responsables y conscientes.